Sinopsis de ALGUIEN CAMINA SOBRE TU TUMBA
“Ciudades de los muertos” Nueva Orleans, Luisiana, Estados Unidos, 2012 Hace horas que busco rastros de vudú en Nueva Orleans. Algo más que un simple muñequito souvenir o un guía que te repite su cuento por veinte dólares o una bolsita de gris-gris o un filtro de amor colorado. Más tarde debo visitar la tumba de Marie Laveau, reina del vudú en esta ciudad durante la primera mitad del siglo XIX, hermosa mujer de grandes aros, con el cabello recogido en un turbante. Su tumba es la más visitada de Estados Unidos. La primera es la de Elvis, en Graceland, en su casa (los restos de Elvis no están, no pueden estar, en un cementerio común: se producirían avalanchas). Antes de la visita ceremonial, ritual, a la tumba de Marie, quiero algo que parezca genuino. Y que esté acá, en la ciudad. No tengo forma de llegar a los pantanos de Luisiana, donde, dicen, todavía viven sacerdotisas vudú en tráilers. No tengo auto. Y no tener auto en Estados Unidos, es como no tener pulso. En Dumaine Street, a pasos de Jackson Square, en uno de los rincones más turísticos de la ciudad, está el Museo del Vudú. Es chiquito, sencillo; un museo pobre. No vende postales, no tiene público. El viejo sentado detrás del mostrador de la entrada parece complacido por la visita. Es afroamericano, tiene una camisa blanca, dice que “practica” y me ofrece un librito introductorio con información. El museo está vacío. Mi pareja y yo lo recorremos solos. Es apenas una casa con un pasillo y dos habitaciones. Las fotos que cuelgan en las paredes, enmarcadas, tienen como epígrafes explicativos textos amarillentos, algunos escritos a mano. Hay varios aparadores con reliquias detrás de las puertas de vidrio.
20 reseñas sobre el libro ALGUIEN CAMINA SOBRE TU TUMBA
De Mariana Enriquez leí " Nuestra parte de noche " y me había gustado mucho. Este relato de recorridos por distintos cementerios, en distintos países es muy interesante y pienso que debe inspirarla a tener ese estilo tan distintivo. Me gustó mucho. Tiene esa atmósfera de melancolía o de abandono. Personas que fueron y que ya no son . Historias que solo son ahora... Buscare mi propio epitafio. ..
Es un libro interesante, aunque esperaba más rigor respecto a la investigación y no tanta experiencia personal.
La verdad me aburrió un poco pero ofrece lo que promete. Recorridos de Mariana por distintos cementerios y contando historias y experiencias personales en ellos. Si te gusta la tematica, metele, si no te interesan los cementerios y... Yo lo dejaria pasar, que se yo.
Muy buen libro de Mariana Enriquez, en el que despliega su faceta de investigadora, aportando muchos datos y contagiándonos las ganas de conocer algunos de esos cementerios que ella describe de manera tan personal. Hay un tono intimista en los relatos que nos predispone de buena gana a compartir sus visitas a cementerios, temática a la que una buena mayoría de gente le huye... Me sentí identificada en su pasión por incluirlos en sus viajes... tomar mate sentada sobre una lápida en el cementerio de Trevelin habiendo llegado a pie con un grupo de amigos que también comparte esta pasión por los cementerios... tomar un almuerzo frugal en el cementerio de la isla Martín García... pasar por loca por haber visitado las catacumbas de París... conocer los magníficos portales de los cementerios de Salamone en la Pampa... conocer a un cubano que me autografió y me regaló el libro del Che que estaba leyendo ahí mismo, en la Necrópolis de Colón, en La Habana, son algunos de los recuerdos que volvieron con total nitidez a mi cabeza mientras leía el libro de Mariana Enriquez. En mi opinión un libro totalmente disfrutable.
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FRASES DEL LIBRO ALGUIEN CAMINA SOBRE TU TUMBA
“Qué hermosos son los cementerios, pienso mientras miro por la ventanilla el cielo gris (...) Donde quedan el nombre y la fecha, una voz que dice: estuve, fui. A lo mejor ya nadie sabe mi nombre, pero alguna vez alguien me recordó” .
Que hermosos son los cementerios, pienso mientras miro por la ventanilla (...). "Donde se pueda leer su epitafio". Donde quedan el nombre y la fecha, una voz que dice: estuve, fui. A lo mejor ya nadie sabe mí nombre, pero alguna vez alguien me recordó.
Cada lápida, cada regalo, cada ofrenda es una delicia de amor. Los robles con las ramas cubiertas de musgo español que parecen besar las lápidas escritas a mano. La niebla que flota imperceptiblemente en la enorme humedad de Nueva Orleans.
"Qué hermosos son los cementerios (...) «Donde se pueda leer su epitafio». Donde quedan el nombre y la fecha, una voz que dice: estuve, fui. A lo mejor ya nadie sabe mi nombre, pero alguna vez alguien me recordó.
