JANE AUSTEN

Hay momentos en que parece dudoso hasta qué punto tal afecto existe; y mientras no conozca plenamente sus sentimientos, no puede extrañarte mi deseo de evitar dar alas a mi propia inclinación creyéndola o llamándola más de lo que es.

Si un libro está bien escrito, siempre me parece que es demasiado corto

-Hubiera podido fácilmente perdonar su orgullo, si no hubiera sido porque se metió con el mío

- He luchado en vano. Ya no quiero hacerlo. Me resulta imposible contener mis sentimientos. Permítame usted que le manifieste cuán ardientemente la admiro y la amo.

No creo que jamás haya abierto un libro en mi vida en el que no se dijera algo sobre la inconstancia femenina. Canciones y proverbios, todo habla de la fragilidad femenina. Pero quizás diga usted que todos han sido escritos por hombres."

¿Puede haber síntomas más claros?¿No es la descortesía con todos los demás, la esencia misma del amor?

La vanidad y el orgullo son cosas distintas, aunque muchas veces se usen como sinónimos. El orgullo está relacionado con la opinión que tenemos de nosotros mismos; la vanidad, con lo que quisiéramos que los demás pensaran de nosotros.

¡ Con que bajeza he obrado-exclamó-, yo, que me enorgullecía de mi inteligencia! ¡ yo que tantas veces he desdeñado el candor de mi hermana y halagado mi vanidad con recelos inútiles o censurables! ¡ que humillante este descubrimiento!, pero ¡cuán merecida esta humillación!

...todo impulso del sentimiento debe estar dirigido por la razón, y a mi juicio, el esfuerzo debe ser proporcional a lo que se pretende.”