Yo, Sinuhé, hijo de Senmut y de su esposa Kipa, he escrito este libro. No para cantar las alabanzas de los dioses del país de Kemi, porque estoy cansado de los dioses. No para alabar a los faraones, porque estoy cansado de sus actos. Escribo para mí solo. No para halagar a los dioses, no para halagar a los reyes, ni por miedo del porvenir ni por esperanza. Porque durante mi vida he sufrido tantas pruebas y pérdidas que el vano temor no puede atormentarme y candado estoy de los dioses y de los reyes. Es, pues, para mí solo para quien escribo, y sobre este punto creo diferenciarme de todos los escritos pasados o futuros.Yo, Sinuhé, hijo de Senmut, en mis días de vejez y de decepción estoy hastiado de la mentira. Por esto escribo para mi solo lo que he visto con mis propios ojos o comprobado como verdad.
Muy buena novela ambientada en el antiguo Egipto, que gusta pasadas unas cuantas páginas, ya que en las primeras sólo te pone en contexto. Muy recomendable.
muy entretenido. Narra con lujo de detalles, y en forma amena como era la sociedad en el antiguo Egipto
Libro imprescindible para todos los amantes de la novela Histórica, sobre todo sobre Egipto. Es uno de mis libros más queridos, lo he leído varias veces y me descubrió una cultura que tristemente desapareció, pero gracias a él he leído grandes novelas ambientadas en Egipto. Es una cultura que me apasiona. Muy recomendable.
En toda negociación, el hombre honrado esta destinado a llevar la peor parte mientras que la picardía y la mala fé se apuntan finalmente los tantos.
"La vida es como una noche fría, pero es bello que dos solitarios se calienten en una noche fría, aunque sus ojos y sus manos se mientan por amistad".
"La mujer es como el gato. Sus patas son dulces, pero ocultan unas garras aceradas que penetran sin piedad hasta el corazón"
«Porque yo, Sinuhé, soy un hombre y como tal he vivido en todos los que han existido antes que yo, y viviré en todos los que existan después de mí. Viviré en las risas y en las lágrimas de los hombres, en su bondad y su maldad, en su debilidad y su fuerza.»
"La fidelidad de la mujer es como el viento, continúa siendo la misma pero puede cambiar de dirección. Y su virtud es como la cera, se funde cuando se caliente".
En su maldad, el hombre es más cruel y más endurecido que el cocodrilo del río. Su corazón es más duro que la piedra. Sumérgelo en el río; una vez secas sus vestiduras, será el mismo de antes. Sumérgelo en el dolor y la decepción; cuando salga será el mismo de antes.