POETA CHILENO

Me gustó, me entretuvo y me divirtió. La historia tiene toques de humor, tiene espacios de amor y odio. Hay sexo. Hay mucha literatura, se respira, se palpa. Aprendí algo de poesía y disfruté sin ser un amante del género. Y tiene esa relación tan linda entre padrastro e hijastro, una relación tan real como compleja pero tan llena de cariño. Me gustó, porque me gustan las historias simples y complejas de gente común. Un libro absolutamente recomendable.

Llevo un buen rato pensando cómo escribir esta reseña y sólo he llegado a una conclusión: esta es una novela difícil de reseñar. ¿De qué va "Poeta chileno"? ¿Qué nos cuenta? ¿Es un drama? ¿Una comedia? ¿Metaliteratura? ¿Una novela familiar? ¿Es acaso una novela? Pues ni yo mismo tengo estas respuestas. Sólo que es una obra bonita, tierna, con muchas luces, pero también unas cuantas sombras que por momentos tenía difícil cubrir las expectativas (que igual eran demasiado altas porque todas las reseñas aquí la ponían por las nubes...). ¿Qué me ha encantado? 1. Lo primero, cómo escribe el autor. El dominio del lenguaje y la belleza de sus líneas ha sido tan incontestable que le perdonaré que me ha tenido loco buscando palabras en el diccionario en casi cada párrafo (hasta el punto en el que muchas he decidido quedarme con la duda). 2. Los personajes. Mejor dicho: algunos personajes. Básicamente, nuestros dos poetas chilenos: Gonzalo, que es un amor, que es un poeta del que yo me habría enamorado, y sobre todo Vicente, que a todo eso se le suma un punto de agudeza cínica y de ironía que lo convierte en un personaje inolvidable. Los poetas que van apareciendo también son muy entrañables. 3. Cómo gira todo en torno a la poesía, que aparece como una especie de deporte nacional de Chile. Poemas y alusiones literarias por doquier. Por supuesto que conocía a muchos autores chilenos míticos, pero desconocía esta relación tan íntima. Ahora quiero ir a Santiago y sentarme en un café a que me reciten poemas o me aparezcan poetas a contarme sus excentricidades y fanfarronerías. En definitiva, durante la primera mitad del libro no sabía dónde me quería llevar el autor, pero estaba disfrutando del camino. Pero aquí llega un gran salto temporal que para mí lo hace decaer en picado... ¿Qué no me ha gustado? 1. Pues los personajes femeninos, básicamente. No sé si Zambra conoce poco la psicología femenina o pretendía resolver un pequeño ajuste de cuentas con este libro porque vaya tela.... Carla es una pija caprichosa y egoísta, inaguantable. Y la "gringa" que aparece a mitad, además de ser tonta perdida la pobre, creo que es el personaje más plano que he leído en mucho tiempo. Al menos, sirve como introductora de toda la fauna lírica chilena... 2. En general, toda esta parte central del libro, en la que se rompe con todo el camino que al menos yo estaba disfrutando. Aquí mi interés bajó al mínimo y solo reapareció al final. De ahí que al final me ha costado ponerle cuatro estrellas. Pero sí, aunque no me ha parecido la octava maravilla, lo recomiendo y recomiendo seguir de cerca al autor, que presiento que dará mucho que hablar. 8 de agosto de 2023

Es mi primer audiolibro, ha sido una maravilla y la experiencia de escucharlo en la voz del propio autor fantástica. Desde una aparente sencillez y cotidianidad, con afecto, sentido, y mucho humor nos lleva el autor de la mano por Chile y sus poetas con una pasmosa naturalidad. Un amor de juventud reubicado, un padrastro aprendiz de poeta, un hijastro querido, padre al margen, una gringa curiosa, amigos, diálogos, disputa, sexo, libros, cerveza con o sin alcohol, universidad, New York, poemas, Nicanor Parra, Gabriela Mistral, Enrique Lihn, Gonzalo Rojas, Roberto Bolaño, y ...... Alejandro Zambra, que una vez leído el libro pensé que quizás alguno de los personajes sea el mismo, que a lo Hitchcock, se reservara su cameo. Para todos aquellos que dudamos, o nos cuesta leer poesía, que la podemos sentir alejada de la realidad es éste libro, así como un punto de partida ideal por donde empezar. Como ser poeta, o escribir poesía, no es ninguna marginalidad, ni son bichos raros sus autores, ni su rima está exenta de vida diaria. Destacar sobretodo la dulzura que desprende el libro, lo entretenido que es, los diálogos y reflexiones son una pasada, me hizo reír mucho y sonreír bastante,y el haber conseguido eso hablando de poesía tiene un mérito tremendo. Recomendado sí o sí. Como diría Gustavo Adolfo Bécquer: Qué es poesía?, dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul. ¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú...... Alejandro Zambra, poeta chileno..

Libro sublime, que perdurará por un buen tiempo en mí. Típica portada que al principio no me llamaba mucho, pero que al leer tuvo todo el sentido. De lo mejor que tuve en mis manos en mucho tiempo, la forma sincera en como es relatado es magistral, muy a su estilo, con sus modismos locales, una prosa que aparece en momentos no esperados, rememoranzas, poesía, todo en uno. Excelente forma de haber conocido a este gran escritor chileno, del que ahora buscaré más libros. Es tan buen libro que me contagió las las ganas de volverme poetastro. La historia, entrañable, de una pareja que se conoce muy joven, y que vive muchas experiencias, un niño peculiar qué a medida que crece se convierte en el eje de la historia, esta muy bien lograda. Necesito volver a reeler en poco tiempo este libro, ya siento que lo extraño.

La historia de Gonzalo, un proyecto de poeta y de padrastro de su hijastro Vicente al que también le atrae desde pequeño la poesia. También esta novela nos hace un recorrido por las grandes poetas chilenos , de los cuales se dice que son de lo mejor este género. Muy recomendable!!

Me encanta el libro, me quedaría a vivir en él eternamente. Para mí tiene dos bloques claros. Uno se construye sobre la relación de un niño con la pareja de su madre. Existe entre ambos una relación afectiva que no está amparada con la filiación, con derechos jurídicos. Así, cuando la pareja se separa, el padrastro no cuenta con derechos que amparen la posibilidad de mantener los lazos afectivos con el niño. Es esta unha realidad poco comentada y que Zambra expone con mucho tino y delicadeza. En el segundo bloque se habla mucho de poesía chilena. No de manera académica y fría. Zambra sumerge al lector poco conocedor de la literatura chilena en un mundo paródico, de egos, creatividad. Despliega un ecosistema de poetas muy apetecible. Todo esto lo hace con un dominio increíble del lenguaje. Me encanta!

Me moría de ganas de leer esta novela, quizá movido por un amor de juventud, de ascendencia chilena, que me hizo idealizar esa aorta de tierra latinoamericana. "Poeta chileno" es una novela extraordinaria, con una prosa que rehuye de la grandilocuencia y que recurre al humor cuando la profundidad de los temas se comienza a atisbar. A través de dos antihéroes, padrastro e hijastro, Gonzalo y Vicente, dos nombres que no dicen nada y que tendía a confundirlos, se hace un análisis certero de la clase media chilena y del papel ridículo y tierno del hombre actual, abordando con gran sensibilidad la paternidad. Un hombre que ya no sabe cuál es su rol y que en esa búsqueda anda y naufraga. Destacaría el amor por la literatura que destila cada página. Y más concretamente por la poesía, hecha para perdurar, para invocar (de las novelas nos queda una atmósfera...si son buenas). Como con Vila-Matas, los golosos de nuevas lecturas saldrán con una lista interminable, obviando a Neruda, Nicanor Parra (delicioso el capítulo en el que lo visitan en su casa), Mistral, Pablo de Rokha o Huidobro. "Al final escribes de lo que quieres entender y ya está", dijo Alejandro Zambra en una entrevista. Qué gustazo que alguien comparta eso contigo.

Una historia de padres e hijos, de parejas que alivian mutuamente su soledad compartida.. Homenaje a esos seres del inframundo literario que llevan la poesía en las venas, sin expectativas que vayan más allá del próximo verso. Digresiones afiladas, tras una prosa aparentemente apacible, transiciones temporales que encajan sin artificios en la historia y la hacen cada vez más grande y atractiva. Me hubiera quedado a vivir dentro del libro.