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BIOGRAFÍAS Y MEMORIAS

PATRIMONIO: UNA HISTORIA VERDADERA

PHILIP ROTH

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8,8

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Sinopsis de PATRIMONIO: UNA HISTORIA VERDADERA

Herman Roth es un viudo de ochenta y seis años, un agente de seguros jubilado, conocido antaño por su genio, fortaleza y encanto, que lucha por su vida contra un tumor cerebral. En un portentoso acto de honestidad y sensibilidad, Philip Roth crea el que sin duda alguna es su mayor personaje: su padre, y lo hace en el marco de un relato impecable sobre la compleja relación que mantuvieron, sobre sí mismo, sobre la muerte y el temor que inspira.

11 reseñas sobre el libro PATRIMONIO: UNA HISTORIA VERDADERA

Pues...😭😭😭...y...😭😭😭. Qué libro precioso!! Este hombre escribe tan bien!! Sin que su prosa resplandezca, leerlo sigue siendo una exquisitez . No por una frase, no por una palabra bonita, sino por un todo tan pleno, tan conmovedor y tan extremadamente bien escrito. Roth es un hombre inteligente. Uno lo lee y puede percibirlo. Sabe ser mordaz, sabe ser irónico, sabe hacer reír, pero, sobre todo en este caso, sabe hacer llorar...😭😭😭. Me tuvo deshidratándome como una loca página tras página. El libro es autobiográfico y empieza cuando al padre de Roth, de 86 años, le detectan un tumor en el cerebro. Leí como este hombre se volvía loco tratando de paliar el sufrimiento del padre, cómo lo limpiaba, como le sostenía la mano, como lo escuchaba llorar extrañando a su mujer y como Philip Roth miraba y admiraba a su padre desafiando a la muerte y aferrándose a un ultimo soplo de vida con uñas y dientes. Sé que las comparaciones son horribles e inutiles, pero también sé que son inevitables. Hace poco leí un libro parecido: " las gratitudes" de Dephine Vigan, libro que me encantó. Pero aquí estamos hablando en otro idioma. La ficción, incluso la autoficción es bonita. El libro de Vigan es el que podes recomendar indiscutiblemente porque sabes con certeza que todos lo amarán. Este no. No es para todos pero es real. Es Roth, con el pecho abierto, desgarrado y sangrante, contándote lo que se siente ver apagarse a un padre. No tiene maquillaje, no es lindo, es crudo, es sucio, es totalmente verdadero y es bello. Porque no hay nada mas hermoso que ser humano, y Roth lo es tanto (🥺). Y para los que tenemos cierta edad, los que hemos perdido gente o los que sabemos que no falta tanto para ver a nuestros progenitores envejecer, deteriorarse, tal vez sufrir, perderlo todo...a todos nosotros este libro se nos meterá en las venas. Este tipo narra lo que muchos pasaremos, lo que hemos pasado, lo que estamos pasando. Duele, brilla, conmueve y rompe. Porque es Roth. Todo él. En carne viva.


Primer libro que leo de Philip Roth, magnífica novela y magnífico escritor. Novela autobiográfica en la que repasa parte de su vida, aunque se centra en un periodo doloroso, el declive de su padre a raíz de una dolorosa enfermedad. Cierto que era mayor, cierto que la muerte es ineludible, pero los padres no dejan de serlo porque se hagan mayores, no dejas de quererles, y sabes que aunque toque aceptarlo les vas a echar de menos, va a dolerte. Muy valiente escribir sobre este tema, desnudarse como lo hace el autor, contar intimidades de la forma que lo hace. Pero a pesar de que el tema es el que es, tiene muy buenos y divertidos momentos, a pesar de que se me ha encogido el corazón y he llorado, también he reído. Un libro conmovedor, con momentos divertidos, que es difícil que no te toque la fibra porque muchos ya hemos pasado por ver cómo nuestros padres se apagan. Muy personal, y muy buen libro. Mi total admiración por todo lo que este hombre hizo por su padre, que no es fácil. De nuevo, gracias a @marenpergamino por esta recomendación 😊


Philip Roth, el autor de este libro, vivió a finales de los ochenta un intenso año y medio acompañando a su padre próximo a morir. Nos va contando el desarrollo de la enfermedad con algunas páginas intensas de despiadado realismo, con una escritura clara y sencilla, incluso los saltos en el tiempo son fluidos y no hay dramatismo exagerado a pesar del tema que trata, todo esto hace que no complique la lectura y te sientas atrapado en la historia, su historia. A pesar de los defectos y manías de su padre, Roth lo cuida con enorme devoción y orgullo e infinita sensibilidad. Cuántas veces he visto en mi trabajo a ancianos de 90 años riñendo a sus hijos de casi 70 , o hijos que van a visitar a padre/madre a los pies de la muerte y les oigo recordando buenos momentos, pasando de la nostalgia a las risas, pero cuando salen de la habitación se desmoronan y rompen a llorar. Sus padres, que siempre han sido sus superhéroes, con el paso de los años van perdiendo su poder. Totalmente recomendable, es un libro que deja huella.


Desde mi perspectiva, el tema de este libro es dejar ir, así de simple, y desde mi perspectiva, lo ha logrado. Philip Roth, narra su experiencia al vivir la enfermedad terminal de su padre, momentos familiares que lo conectan con él y lo duro de tomar decisiones ante tremenda tragedia. Me cuesta, en este momento de mi vida, ser imparcial con mi crítica con esta novela. Muchos párrafos me han conmovido, porque es imposible no sentir empatía con el autor y su amor filial, sin embargo da tantas explicaciones (rebuscadas) para explicar la relación que tenía con su padre, que resulta pesado y me desenfocaba del propósito fundamental, por ejemplo: para contar cómo su padre y él compartían su afición por el béisbol nos narra en 10 páginas un partido de béisbol y yo ya me perdía de que era lo que quería decirnos Roth. Philip Roth es un gran escritor, pero tal vez yo no elegí su mejor libro para disfrutarlo.


Patrimony. A true story (1991), es una suerte de novela biográfica o autoficción que cuenta los últimos años de vida del padre de Philip Roth de nombre Herman, al que le fue diagnosticado un cáncer de cerebro a sus 86 años. Roth nos ofrece una radiografía de su padre: judío poderoso, severo, contradictorio, fiel a su familia, trabajo y patria. El autor aprovecha la muerte de su padre para también contarnos su propio devenir con la enfermedad y la muerte. Con gran sinceridad Roth se identifica plenamente en la fragilidad de su padre, puesto que él mismo ya estaba cerca de los 60 años y con problemas cardíacos cuando lo sepultó. Adicionalmente Roth nos ofrece meditaciones sobre sus padres y su familia: "Pero lo cierto es que el entretejido interior de la vida en común del padre y la madre, las dificultades y las desilusiones y las tensiones permanentes, se quedan para siempre en el misterio, sobre todo, quizá, cuando uno ha recibido una educación de buen chico –y, al mismo tiempo, de buena chica, en un hogar seguro y ordenado." Y medita sobre las distancias que al inicio lo separaron de su padre y que con edad y, la violencia del tiempo, lo unieron a él: "—A tu padre lo has perdonado. Le has perdonado la implacabilidad y la falla de tacto, el ansia de hacer encajar a todo el mundo en el mismo molde. Todos los hijos pagan un precio, y el perdón implica que perdones también el precio que pagaste. Hablas de él de un modo muy reconciliado." "Sí, siempre me estaba enseñando algo, no lo que enseña el típico padre norteamericano, no cosas del colegio, ni de deportes, ni de príncipes, azules, sino cosas más groseras y ordinarias de lo que podía aceptar mi adolescencia, ansiosa, con una muy predecible vanagloria, de un padre juicioso y digno que ocupara el lugar de aquel padre sin desbastar del que me avergonzaba a medias y que, sin embargo, al mismo tiempo –sobre todo en su condición de víctima del antisemitismo–, ponía en marcha mi solidaridad y me hacía detestar más a quienes lo envilecían. Él me enseñó la lengua vernácula. Él era la lengua vernácula, despoética y expresiva y a bocajarro, con todas sus cegadoras limitaciones y toda su perdurable fuerza." La novela tiene escenas muy gráficas sobre el dolor y la enfermedad: "Uno limpia la mierda de su padre porque no hay más remedio que limpiarla, pero después de haberla limpiado, todo lo que hay que sentir se siente como jamás antes se había sentido. Tampoco era la primera ocasión en que comprendía esto: una vez puesto a un lado el asco e ignorada la náusea, una vez se arroja uno más allá de las fobias, fortificadas como tabúes, queda muchísima vida por apreciar." "Éste era mi patrimonio: no el dinero, ni los tefelines, ni el cuenco de afeitar, sino la mierda." Roth tiene uno de los mejores cierres de toda su novelística: "Por la mañana me di cuenta de que se refería a este libro, que, como corresponde a la falta de decoro propia de mi profesión, estuve escribiendo durante toda su enfermedad y su agonía. El sueño me decía que –ya que no en mis libros ni en mi vida–, al menos en mis sueños yo seguiría siendo para siempre el hijo niño de mi padre, con la conciencia de un hijo niño, y que él seguiría vivo no solo como padre mío, sino como padre, en permanente juicio de todas mis acciones. No hay que olvidar nada." Patrimonio es una novela tierna, inteligente, notable, plagada de párrafos y momentos inolvidables que vale la pena leer y releer.


Las decisiones a tomar en las postrimerías de la vida de un padre en agonía. Es difícil. Muy difícil. El autor narra lo vivido y decisiones tomadas en los últimos meses de vida de su padre.


Intimista y revelador texto de Roth, una narración que no se queda en lo sensible solamente, pese al tema. En lo personal al haber pasado por una experiencia similar me resultó catártico.


Un hermoso libro. Corto, conciso, como los que me gustan. Poco se puede agregar a lo ya escrito en la reseña. Solo que me encantó!. Es el darnos cuenta del amor que sentimos por nuestros padres y que cuando somos jóvenes no sabemos que sentimos por ellos!. Altamente recomendable!


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FRASES DEL LIBRO PATRIMONIO: UNA HISTORIA VERDADERA

Hasta yo conocía la evidencia, que no se puede tener padre para siempre (🥺)."


Publicado pormarenpergamino

No hay que olvidar nada. Ése es el lema de su escudo de armas. Estar vivo, para él, es estar hecho de recuerdos. Para él, quien no esté hecho de recuerdos no está hecho de nada


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Para él, los ascensos venían a ser una especie de degradación. Lo suyo era pasarse la vida superando las cuestas más empinadas.


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