Sinopsis de LA CARTA ROBADA

La última historia protagonizada por el detective Auguste Dupin, en París en los años 1800. Un prefecto o detective como se quiera llamarlo.. de la policía recurre al detective Dupin y a su amigo, el narrador, con el objetivo de resolver el caso de una carta robada en las cámaras reales, la cual, el ladrón usa para obtener poder sobre él con fines políticos. El ladrón, es el Ministro D**, el cual fue visto por la víctima y un tercero, robando la carta. Dupin se niega a tomar el caso, dando consejos al Prefecto de cómo revisar la propiedad del ladrón, a efectos de hallar la carta en cuestión, ya que han sido infructuosas las cuantiosas búsquedas efectuadas. El prefecto procede a realizar una serie de allanamientos en la mansión del ministro D***, inspeccionando con microscopio cada rincón, mueble y objeto posible de la casa, donde la carta podría haber sido escondida, pero sus intentos, tal como la primera vez, fueron en vano. Sin saber qué más hacer o dónde buscar, el Prefecto vuelve por la ayuda de Dupin, ofreciéndole una gran recompensa por resolver el caso. Dupin acepta, para entregarle la carta que él ya había recuperado por sus propios medios, utilizando procedimientos más simples que los del prefecto. Dupin se puso en lugar del ladrón, lo analizó, y dedujo que éste no sería capaz de esconderla en lugares donde posiblemente la policía podría revisar, sino en el sitio más simple y visible, donde, por la naturaleza expuesta del lugar, la carta no sería buscada ni sospechada. Encontró la carta en un tarjetero, muy manchada y arrugada, se hallaba rota, casi en dos, por el medio, como si una primera intención de hacerla pedazos por su nulo valor hubiera sido cambiado y detenido. Dupin robó la carta y la reemplazó fácilmente por otra que había preparado cuidadosamente en casa, imitando el monograma de D***, con mucha facilidad, por medio de un sello de miga de pan…

22 reseñas sobre el libro LA CARTA ROBADA

Tercer relato en el que el protagonista es el sagaz Auguste Dupin. Este relato lo leí hace unos cuantos años y me he reencontrado con él después de leer los dos primeros relatos con Dupin como principal protagonista; me decidí a refrescar mi memoria con una segunda lectura, que me ha resultado muy gratificante, por cierto. El prefecto de policía acude a su amigo Dupin con el caso de una carta robada por un ministro que la está usando a modo de chantaje con fines políticos. El prefecto ha usado toda su inteligencia para buscar la carta en casa del Ministro, ha hurgado en todos los rincones con las técnicas más novedosas que se conocen en el momento sin éxito alguno y busca el consejo de Dupin, que le recomienda que vuelva a registrar la casa por segunda vez. Descorazonado y sin resultados, el policía vuelve a ver a Dupin y le ofrece una gran cantidad de dinero por resolver el caso. Dupin le dice que en cuanto le extienda la orden de pago le entregará la carta, y así lo hace dejando boquiabierto al Prefecto y a su amigo y compañero de residencia. Una vez el Prefecto se ha marchado con su preciada carta, Dupin le explica a su amigo cómo consiguió averiguar donde escondía el Ministro la carta robada y cómo se hizo con ella. Otra vez más nuestro Poe se pone en la piel de Dupin para deleitarnos con el arte de la deducción de su personaje para resolver un enigma que no supo resolver la policía... 30 de marzo de 2021


Auguste Dupin hace gala, por tercera vez, de su intelecto y capacidad deductiva para resolver un caso donde la clave es "fijarse en lo que se tiene al frente". A veces las respuestas o soluciones están frente a nosotros, sin embargo somos quienes insistimos en que debería ser más complicada la salida. Poe critica en este relato, el proceder de las personas que por medio de chantajes permanecen en el poder y a quienes buscan los medios más intrincados para resolver cualquier problema. Pero le adiciona una dosis predilecta de pluma finísima. Un genio.


Relato corto de poe, donde aparece nuestro detective dupin. Me recuerda al juego de buscar en una imagen un determinado objeto que esta tan a la vista, que nuestros ojos pasan de largo. Poe deja la sorpresa para el final y durante el desarrollo de la historia, hace mas una reflexión sobre el pensamiento, clasificandolo en bobos y menos bobos. También hay una breve alusion al abuso de poder. El relato no es de lo mejor del escritor, pero el final justifica sobradamente lectura, muy al estilo del autor, el giro es sorprendente.


Se han activado las alarmas en los círculos reales en una París del siglo XIX debido a la pérdida de una carta. Pero no se trata de cualquier documento, pues quien lo tiene ahora, lo ha sustraído con el fin de manipular cuestiones políticas. Lo curioso es que parece ser un caso sencillo, pues la víctima de dicho robo conoce al culpable, y además cuenta con un testigo...pero si se quiere encontrar este papel, es necesario actuar con cautela y estar siempre un paso más allá del sospechoso. Si bien Edgar Alan Poe logra constantemente mantenerme en suspenso con sus cortos relatos, siento que esta historia no es tan emocionante, y me enredó en una buena cantidad de líneas, entre teorías respecto a cómo anticiparnos de cierta forma a las actuaciones de otras personas, y que podrían facilitar nuestro proceder, a cuál el autor le da mayor relevancia, y no tanto al generar la intrigar y sospecha, en un caso detectivesco que finalmente requiere del apoyo del famoso detective Dupin. A pesar de que no me generó mayor tensión y expectativa, debo reconocer que este escritor mantiene su excelente forma de escribir, donde su narración transmite ese misterio, que siempre invita a seguir leyéndolo.


En virtud del “ dedo traidor “ me he visto obligado .. a leer este corto cuento de Poe . Aunque tal vez fue cosa del destino, por lo mucho que lo he disfrutado. Augusto Dupin desde la comodidad de Un sillón, al amparo de la penumbra y con una reconfortante pipa, asume el encargo de recuperar una carta robada, ocupado mas en disquisiciones filosóficas acerca de la limitación de las matemáticas para la solución de los enigmas por su estrechez y rigor, que en nada se comparan a una buena deducción, hace gala de su capacidad para observar como sólo unos pocos privilegiados se atreven, la actitud de las personas, para obtener resultados fundamentados en su manera de actuar, Así pues muestra un cuadro donde coloca 4 formas de mirar, que llevan a la técnica de ocultar a simple vista, de buscar minuciosamente, de observar deficientemente y de encontrar lo oculto a simple vista, basado...por supuesto en la deducción.. Al final perpetra una broma revanchista, y deja satisfechos a todos, aunque engañados a unos cuantos...


Desde el título "La carta robada", Por crea una trama que atrae la atención del lector, en el discurrir de la historia nos enteramos de la importancia de la carta, puesto que puede servir para chantajear a la persona implicada, hay algunos elementos que mantienen la tensión narrativa, como: las implicaciones del robo, las pesquisas que infructuosas que llevan a cabo la policía y el detective en casa del sospechoso para recuperar el objeto robado, el observación y el análisis minucioso de cada detalle que le permite al detective Dupin descubrir el misterio y así recuperar la carta. Definitivamente en algunas ocasiones lo que tenemos a la vista es lo más difícil de encontrar.


Al principio me gustó mucho , me intrigó. La historia como tal es buena , solo que para mi le hubiera restado unas páginas que hay de más en la historia, pero el escenario, los personajes estan muy bien montados.


Es la última parte de la trilogía protagonizada por el detective Auguste Dupin. Un relato muy ameno y entretenido; es de lectura ágil y con una trama que engancha e incita a seguir leyendo para conocer de qué manera se resuelve la historia. En cuanto a este último relato, cuyo nombre no deja mucho a la imaginación, puesto que cierto documento de la mayor importancia había sido robado de las cámaras reales y no media asesinato alguno. Éste vuelve a ser plenamente de ficción; y en él, el perfecto de la policía de París que ya se conoce de los dos anteriores relatos se presenta en el estudio del sagaz Dupin pidiéndole consejo acerca de cómo resolver el caso que le ocupa. ¿Cual es la clave para resolver el misterio? ¿Donde  hay que buscar un objeto que alguien ha escondido para que nadie lo encuentre? ¿Por qué los policías a menudo no consiguen dar con la respuesta? ¿Son adecuados sus métodos de investigación? ¿Qué es mejor: pensar con la razón, como un matemático, o con el corazón, como un poeta? La esencia de estas preguntas se va desgranando a lo largo de esta truculenta historia sobre el robo de una carta. Intrigas políticas y alta sociedad, un ministro ladrón y un policía incansable, pero, por encima de todos, el sorprendente personaje de Chevalier Auguste Dupin, un investigador que sabe razonar con una lógica distinta.Y es que, a veces, no somos capaces de pensar diferente de los demás. Lograrán encontrar lo que están buscando. Se conoce el contenido de la carta robada, se conoce al ladrón, pero no puede hacerse público por la posición jerárquica que éste ocupa; la solución es infiltrarse en su casa y conseguir robarle la carta al ladrón. El problema es que la casa en su totalidad ya ha sido registrada por la policía sin éxito; queda en manos de monsieur Dupin dar con ella y, seguro, la forma en que lo consigue no te la esperarás.


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FRASES DEL LIBRO LA CARTA ROBADA

No está del todo loco. Pero es un poeta, por lo que considero que esta a un paso de la locura


Publicado porEdd62

El prefecto tenia la costumbre de llamar “singular”, a todo lo qué escapaba a su comprensión. por lo tanto vivía rodeado de “singularidades “


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“ Un destino, si funesto, si nones digno de Atreo, es digno de Thieste, “


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Quizá la sencillez del asunto conduce precisamente al error.


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