A toda hybris sigue su némesis. Toda injusticia merece castigo. La injusticia la cometió Atenas. Atenas incitó a la rebelión contra Persia y amontonó la leña para los incendios que devoraron ciudad tras ciudad. Y el ateniense que prendió la llama fue Ameinias de Eleusis. Por eso Atenas también debe arder. Por eso Ameinias debe morir. Siglo V a. C. Artemisia de Caria es una mujer singular. Última de su dinastía, gobierna Halicarnaso, ciudad leal al Imperio persa, y comanda su propio navío de guerra, el Némesis. Su llegada al poder ha sido de todo menos dulce: fuego, terror, mutilación y esclavitud sacudieron su ciudad y su linaje, y marcaron su destino. Y ahora su objetivo no tiene nada de fácil: redimir el nombre de su familia y alzar al bien sobre el mal, lo justo sobre lo injusto, la verdad sobre la mentira. Para ello deberá encontrar al causante de todo: un marino ateniense que navega en un siniestro trirreme negro, el Tauros. Aunque tenga que enfrentarse a las tormentas, hundir las naves de media Grecia y prender fuego a la propia Atenas. Eso la llevará a recorrer el laberinto de islas, bahías y puertos que cruzan el mar Egeo desde Asia hasta Europa, y a descubrir si realmente tiene la fuerza y la voluntad necesarias para cumplir su misión...
Espectacular. Roa se ha convertido en un esencial para los amantes del género histórico, entre los que me incluyo. Nos cuenta la historia de Artemisia I, mezclando la ficción con el H-312 (posible libro de Heródoto), y las segundas guerras médicas. Del libro me quedo con una frase "El cálamo como el remo, rompe la monótona superficie. Pero esta ve, mo oculta la huella del barco. Ahora la estela permanecerá. Una singladura que llevará esta nave a través de los siglos". Y asi es, Roa nos da a conocer un personaje poco conocido de este tiempo, y una historia contada desde otro ángulo.