LOS LLANOS

El narrador (Federico) alquila una casa en el campo después de cortar con su pareja (después de que lo deje su pareja) y relata su nueva vida en Zapiola, un pueblo de la provincia de Buenos Aires (la elección de irse al campo en el medio de la nada pareciera ser un cierto modo de escape). Es escritor, pero ya no tiene ganas de escribir y decide alquilar una casa en el campo como una pausa para darse tiempo para volver a empezar, para olvidar el pasado y hacer el duelo. En la novela entrecruzan la vida en el campo, la historia con Ciro (su ex pareja), la separación, la infancia y adolescencia del narrador en su pueblo natal en Córdoba. Hay un paralelismo entre el proceso de escritura y el trabajo en la huerta de la casa. Sembrar y esperar, ver crecer las plantas, alimentarse de la producción. La naturaleza, la huerta, los pájaros, los árboles y  los sonidos de la vida en la llanura pasan a ser los principales protagonistas de esta historia. En la soledad de Federico vas vivenciando junto a él la lentitud del tiempo, la monotonía de los días, el agobio del calor, el aburrimiento, el crecimiento de las plantitas de su huerta, una huerta que como dice el protagonista, armo para llenar el vacío, para reflexionar sobre la naturaleza, el amor, el empezar de vuelta.

Hermosa

Sencilla, melancólica y hermosa. Me terminó de arruinar la vida.

¿A quién no le hubiera gustado huir como el protagonista, empezar una nueva vida desde cero, totalmente distinta a la anterior, luego de una separación? Me encantó la forma en que el autor describe ese sentimiento de soledad, esa tristeza cotidiana que va mermando con el tiempo y la valoración de las cosas simples. Un libro hermoso.

Hermosa novela simple y corta, donde la soledad del personaje en la lejania de un amor y la reinvención de una hogar, te conectan con la naturaleza del sembrar a travez de una huerta, el cultivo del alma.

Cuando este libro llegó a mí y leí la palabra “rural” dentro de su sinopsis imaginé una lectura llana (valga la redundancia), lenta, monótona.  Me adentré de todos modos, dándole una oportunidad porque quizás la naturaleza a la que esta novela invita me vendría bien para transcurrir estos días complejos.  La lentitud de los días y las descripciones de cosas que me eran lejanas fueron en un principio desesperantes. Entendí la locura en la que vivimos inmersos con esta lectura, que por un lado me incomodaba y por el otro me daba paz. Esta novela no es sólo campo, es infancia, amor, soledad y vacío. Plagada de aromas, paisajes, silencios y reflexiones. Lo cotidiano mezclado con los recuerdos que nos habitan; la invitación a otras lecturas presentes en guiños sutiles.  Me quedo con el transcurrir en el vacío, con las estrategias que el personaje despliega para transitarlo y no perderse en él:  “Atarse a algo. A una huerta, un bosque, una planta, una palabra” “Armar una huerta para llenar un vacío”  Tal vez este espacio sea una forma de llenar mi vacío. La literatura, definitivamente lo es.  ¿Cuál es la tuya?  @lali.teraria

Excelente

💥🌸 Librazo del cordobes en esta primera novela larga, el protagonista viaja al interior de Buenos Aires luego de una separación de pareja, transita el duelo yéndose a una casa alejada en el campo donde crea una huerta, mientras trabaja la tierra, siembra, cava surcos, lucha con plagas, insectos y otras complicaciones que le surgen, se encuentra en un trabajo introspectivo, íntimo en la soledad del campo, queriendo encontrar respuestas, recordando parte de su infancia y remitiéndose en un ir y venir a Ciro. ✍️ "Es como si en el tiempo del duelo no hubiera narrativa" ✍️ "Un montón de pequeñas cosas me ponen de mal humor. El mundo está hecho de contratiempos y cosas que no funcionan y fracasos en la huerta y lamentaciones"