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Sinopsis de LAS PARTICULAS ELEMENTALES

La novela narra el improbable nudo que unirá los destinos de dos hermanastros: Michel, prestigioso investigador en biología, especie de monje científico que a los cuarenta años ha renunciado a su sexualidad y sólo pasea para ir hasta el supermercado; y Bruno, también cuarentón, profesor de literatura, obsesionado por el sexo, consumidor de pornografía, misógino, racista, un virtuoso del resentimiento.

25 reseñas sobre el libro LAS PARTICULAS ELEMENTALES

Para mí es un autor siempre interesante. No me encandiló este libro, sin embargo tampoco pude dejar de leerlo, hay muchos pasajes que llevan a la reflexión. Lo disfruté.


No me gustó. De una sordidez a la que no le enconré sentido.


Una novela que mezcla literatura y ensayo, ciencia y filosofía, realismo crudo y ciencia ficción. Es la historia de dos medios hermanos: Michel, que va a revolucionar la biología molecular, vive ajeno al placer sexual e incluso al amor, y Bruno, un profesor atormentado por el deseo y una sexualidad que siente casi inaccesible. Ambos son marcados desde niños por la liberalidad sexual de unos padres ausentes. Ambos experimentan diferentes formas de soledad: Michael es incapaz de conectar con los otros, y Bruno parece condenado a fracasar en su búsqueda del placer. Bruno es infeliz a causa de su deseo, pero Michel, libre de este, también queda al margen de la felicidad. No hace falta estar de acuerdo con todo lo que dice Houellebecq para sentirse golpeado por su pesimismo, por la honestidad a veces brutal con la que escribe sobre los estragos que el tiempo ocasiona en el cuerpo y sus posibilidades; sobre la sexualidad y, en especial, el deseo sexual como fuente de angustia existencial. Admiro el coraje de Houellebecq para escribir sobre ciertos temas que están más allá de lo polémico. Me alarma un poco lo autobiográfico que se siente en algunos momentos. Quizás por eso incomoda, por eso transmite tan bien la angustia de todos sus personajes. Recuerdo que hace unos años leí que Houellebecq había dicho: “Mis libros pueden volverte no apto para la vida”. La frase me pareció un poco exagerada, pero me llamó la atención y no la olvidé. Me hizo pensar en el efecto Werther. Con este libro lo entendí un poco mejor. La decadencia (de la moral, de la sociedad, de la mente, del cuerpo, etc.) es un proceso irreversible, y sus historias lo transmiten demasiado bien.


Monótono, reiterativo . Nada nuevo. Otra lectura del mismo autor de Plataforma, menos ácido, mas previsible, demasiado explícito.


Divertido a ratos, devastador en su mayor parte. Una mezcla natural de literatura romántica, filosófica y brevemente científico-técnica, sin desalentar pero nunca dejando de desafiar al lector. Probablemente será una de mis lecturas favoritas de 2022.


Bastante más después de lo habitual me veo habitado por la necesidad de escribir sobre lo que leí, pero junto a toda la contrariedad propia que esta obra en particular y que el mismo Houellebecq pueden infundir hay también un rasgo incontrovertible en sus letras, un rasgo que comparte con los nombres imperecederos de la literatura, con quienes importa leer: persistencia. Lo que puede funcionar como evidencia en contra de esta premisa no haré más que señalarlo y reconocer su superficie, pues en mayor medida ya se ha hecho hasta el cansancio: hay una clara dicotomía en Las partículas elementales que subyace en el propio Houellebecq, y que acá ha decidido retratar de manera explícita a través de dos hermanos. ¿Es el libro vanal (incluso efectista para algunos), de una morbosidad carnal y cruda, de perspectivas controvertidas, peligrosamente honesto, reaccionario? Sí. ¿Es el libro trascendental, de una sustancia ulterior a su contraparte que empuja hacia el horizonte, que apunta y busca hacia donde los grandes lo han hecho antes en las letras? Sí. Si hay algo que se le puede conceder expeditamente a sus detractores, es que la proporción de esta dicotomía, al menos en términos cuantificables, no es equitativa; que hay materia del primer cuerpo incluso hasta el cansancio, y que este otro lado, esta área iluminada por búsquedas, por preguntas, por respuestas intangibles y superiores habita la novela en menor medida de lo que uno querría. Pero si bien esta premisa es difícilmente discutible, lo que pocas veces se constata, ya sea porque se es indiferente a las razones o porque simplemente no se vislumbran, es que esta abundancia de lo denostable en la novela reincide hasta el hastío precisamente como razón, como fin mismo, como objetivo: hastiar. Houellebecq quiere hacer una mostración explícita de la degradación del hombre occidental contemporáneo, Houellebecq cree que los distintos acontecimientos y eventualidades señaladas en la obra han traído al hombre a su estado actual: una convergencia de hechos históricos y acontecimientos más bien culturales (como la proliferación física-científica incrementada desde la relatividad de Einstein, o el movimiento Hippie y la subyacente liberación sexual) han desembocado en la fragmentación del individuo, lo han alienado e individuado en el colectivo, arrastrándolo hacia pseudo espiritualidades del esoterismo (como el New Age) o la conceptualización del libertinaje como acto de valor y validación del albedrío, como respuestas desesperadas o incluso síntomas de una metástasis que se ha alojado en el hombre a partir del curso de estos acontecimientos. De manera que toda esta excesividad que uno encuentra en su obra busca operar como evidencia presenciable del estado de degeneración y degradación en que se encuentra hoy el individuo; así, esta proporción de las partes se entiende incluso como necesaria, pues tal como lo deplorable es perfectamente ejemplificable a través del hastío, a través de Bruno, por el otro lado las verdades son mucho más contundentes y precisas; la verdad no necesita justificarse a sí misma repetidamente, la verdad es implacable y determinante, la verdad es Michel. Houellebecq dice y profetiza que el hombre necesita un nuevo paso, necesita, como él las llama, una nueva mutación metafísica; y que semanas, quizá ya más de un mes después de haber leído esta novela e incluso compartido en mi imaginario lo que tanto se le recela, el hecho de que haya persistido y persista como una necesidad de decir algo sobre ella, tal como otras veces ha provocado Sartre en mí, me dice que no ha ocurrido como una simple coincidencia, me dice que ambos Michel, tanto Djerzinski como Houellebecq, apuntan directo al centro del tiempo, hacia la persistencia.


'El mundo se había regalado un ojo capaz de contemplarlo, un cerebro capaz de comprenderlo'


La vida de una generación la de los 60, dos hermanos, un tanto diferentes pero cercanos a la vez, en algunos puntos se desarrollan diálogos de química o ciencias naturales, otros de Filosofía, Literatura. El libro tiene mucha influencia del Marqués de Sade y Céline como Michel en algunos libros los menciona.


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FRASES DEL LIBRO LAS PARTICULAS ELEMENTALES

Quiero vivir contigo. Tengo la impresión de que ya está bien, que ya hemos sido lo bastante desgraciados durante demasiado tiempo. Luego vendrán la enfermedad, la invalidez y la muerte. Pero creo que podemos ser felices juntos hasta el final.


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