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Sinopsis de LAS INTERMITENCIAS DE LA MUERTE

Una brillante sátira que juega con el miedo más profundo del ser humano, el de perder la vida. En un país cuyo nombre no será mencionado se produce algo nunca visto desde el principio del mundo: la muerte decide suspender su trabajo letal, la gente deja de morir. La eurofia colectiva se desata, pero muy pronto dará paso a la desesperación y al caos. Sobran los motivos. Si es cierto que las personas ya no mueren, eso no significa que el tiempo haya parado. el destino de los humanos será una vejez eterna. Se buscarán maneras de forzar a la muerte a matar aunque no lo quiera, se corromperán las conciencias en los "acuerdos de caballeros" explícitos o tácitos entre el poder político, las mafias y las familias, los ancianos serán detestados ppor haberse convertido en estorbos irremovibles. Hasta el día en que la muerte decide volver...

105 reseñas sobre el libro LAS INTERMITENCIAS DE LA MUERTE

Excelente! Con toda la ironía y el humor de Saramago. Uno de sus mejores libros a partir de una idea muy original. Don José saca a relucir todas las miserias y las bondades del ser humano. Contundente a veces, sutil otras, es un placer leerlo.


Algo complejo de leer puesto que el escritor no utiliza signos de interrogación, donde debería ir un punto, muchas veces hay una coma. Pero uno se acostumbra, una historia muy interesante, con algo de suspenso y misterio. Recomendado.


PARTE 2: Cuando la situación social, política, económica, religiosa y de seguridad no pude ser peor, la muerte comunica públicamente el reinicio de su temida actividad, pero aplicando un novedoso y terrible sistema: habrá un aviso previo y se concederá el plazo de una semana a todo aquél que deba fallecer, para que ponga en orden lo que le resta de vida. Las cosas parecen volver a la normalidad, las funerarias tienen que afrontar el sepelio de más de setenta mil cuerpos; los hospitales y los hogares del feliz ocaso superan la congestión; las aseguradoras optan por dejar inserta en sus pólizas una cláusula de muerte virtual a los ochenta años por conveniencias actuariales; la “Maphia” redirige sus actividades a vender protección armada a los gerentes y dueños de funerarias; y la Iglesia Católica recupera como por arte magia los fundamentos de su dogma. La muerte soló quería evitar la crueldad de un deceso a traición y darle la oportunidad a cada persona de separase armónicamente de la vida, pero sus intenciones fracasan: las misivas color violeta que envía siembran la desesperación, el pánico, y el caos, y son el origen de fuertes críticas mediáticas en su contra como expresión del descontento popular. Esta empresa postal de la muerte es el principio de la segunda parte de la novela, donde se dejan a un lado los inconvenientes sociales y morales causados por la muerte y se narra una exótica historia de amor: Un violonchelista, cuyo destino era morir joven, termina por cumplir descaradamente los cincuenta años, desacreditando al destino, la fatalidad, la suerte, el horóscopo, el hado y todas las demás potencias que se dedican a contrariar, con todos los medios dignos e indignos, nuestra humanísima voluntad de vivir. Sucede que la carta fúnebre no llega a este músico ensimismado en su arte, vuelve siempre a manos de la remitente, cosa sin precedentes en la historia de la muerte, que nunca había conocido un fallo operacional. Sumamente disgustada, la muerte busca un antecedente, revisa los reglamentos y directrices, pero un caso como el del violonchelista no aparece registrado en sus libros, nadie nunca había escapado del destino que lo lleva a la tumba. Este examen normativo le permite a la parca concluir que puede obrar como mejor le parezca para solucionar la situación, aplicando incluso medios excepcionales. Decide seguir los pasos del músico, se convierte literalmente en su sombra, va con él a todas partes, incluso a sus ensayos y le observa tocar con atención; delega sus funciones en la guadaña y se disfraza de una mujer joven y hermosa, para ir en persona a entregar la carta al destinatario renuente, y no cesa de seguirlo hasta el punto de pagar un palco exclusivo y verlo tocar con la orquesta sinfónica nacional. En este concierto el violonchelista toca un solo como nunca antes lo había hecho, con una maestría tan grande, que logra conmover hasta a su letal perseguidora, que lo observa monomaníacamente desde el palco. Luego ella lo busca tras bastidores y a partir de aquí el autor urde entre los dos personajes un romance que surge de manera intempestiva: con el trasfondo magnético de la música el uno queda cautivado por el otro, la misión fatal es abandonada y sustituida por la atracción mutua, que como siempre ocurre, acaba con la pareja en la intimidad de una cama. Átropos, vencida por la irrupción del amor, decide quedarse con este hombre, de manera que al día siguiente no muere nadie. Como dijo el propio Saramago “de dios y la muerte no se han contado nada más que historias y ésta es una más entre tantas”, pero dotada de la mágica fabulación de la realidad en la que destacó siempre este narrador incansable; se trata de una fábula en efecto, cuya moraleja nos dice que nada, ni siquiera la inmortalidad, es capaz de satisfacernos, que nuestro status quo social y moral es un artificio endeble, que se puede sumir en el caos con la simple variación en una de su piezas; nada es la vida sin la muerte que la dota de objeto y sentido, sin ella nadie aspiraría a trascender, ni a emprender las luchas que han edificado la civilización, es un hecho inevitable, pero aun así, más llevadero con la presencia del amor.


De repente, la gente no se muere más. Saramago, con toda su ironía, describe las situaciones más irrisorias, que sacan a la luz toda la histeria del ser humano. La gente pasa del festejo a la confusión, y luego a la consternación. Lo que parecía una gran noticia de golpe ya no lo es tanto. Los detalles divertidos sobre las reacciones humanas ente situaciones inverosímiles son un clásico de Saramago. Este es, para mí, uno de sus tres o cuatro mejores libros.


Primera lectura del año... Me gustó mucho el final, 🙌😳 pero el inicio se me hizo un poco tedioso.


Me encantó. No puedo creer tanta imaginación!


Una lectura ocurrente, profunda, hermosa. Un país cuyo nombre no se menciona entra en júbilo al saber que la muerte ha dejado sus actividades y nadie muere, sin embargo...¿Qué pasa con los enfermos terminales que sufren cada día? ¿Y los notarios? ¿Las funerarias y sepultureros? ¿Los animales tampoco morirán? ¿Las compañías de seguros? Empiezan los conflictos y las dudas y súbitamente algunos consideran la muerte como algo necesario y esta comienza a comunicarse con sus víctimas por medio de cartas. La historia puede resultar a veces hilarante, cínica, angustiante, en la que la muerte nunca tiene nada que perder; mas sí las personas. Admira la pluma de Saramago, ese pensamiento tan mágico y el gran legado literario que nos dejó.


Este libro parte de una metáfora y es que ocurre si la muerte no llega a una ciudad en particular, a partir de este supuesto Saramago nos muestra todo lo que puede pasar en una sociedad cuando lo que suele suceder no sucede y cómo las mafias y la política siempre logran sacar provecho incluso de las situaciones que parecen menos ventajosas. Es un libro con una excelente narrativa que engancha al lector de principio a fin


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FRASES DEL LIBRO LAS INTERMITENCIAS DE LA MUERTE

Momentos de debilidad cualquiera los puede tener en la vida, y, si hoy pasamos sin ellos, demos como cierto que los tendremos mañana.


Publicado porLector_anónimo_

Filosofar es aprender a morir.


Publicado porLector_anónimo_

Es así la vida, va dando con una mano hasta que llega el día que quita todo con la otra.


Publicado porCaro Ball

No diré que está loca, pensó, pero que es una mujer extraña, de eso no cabe duda.


Publicado porJap

La filosofía necesita tanto de la muerte como las religiones, si filosofamos es porque sabemos que moriremos


Publicado porPaco Garrido

Porque las palabras, si no lo sabe, se mueven mucho, cambian de un día a otro, son inestables como sombras, sombras ellas mismas, que tanto están como dejan de estar, pompas de jabón, caracolas que apenas dejan oír la respiración, troncos cortados."


Publicado porDanielgarcialan65