Byung-Chul Han afirma que el exceso de positividad está conduciendo a una sociedad del cansancio. Según el autor, toda época tiene sus enfermedades emblemáticas. Así, hay una época bacterial que toca a su fin con la invención del antibiótico. A pesar del manifiesto miedo a la pandemia gripal, actualmente no vivimos en la época viral. La hemos dejado atrás gracias a la técnica inmunológica. El comienzo del siglo XXI, desde un punto de vista patológico, no sería ni bacterial ni viral, sino neuronal. La depresión, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno límite de la personalidad (TLP) o el síndrome de desgaste ocupacional (SDO) definen el panorama patológico de comienzos de este siglo. Estas enfermedades no son infecciones, sino estados patológicos que siguen a su vez una dialéctica, pero no una dialéctica de la negatividad, sino de la positividad, hasta el punto de que cabría atribuirles un exceso de esta última.
Señor Byung, usted es un asertivo critico. Este mundo es un espectáculo, méreme acá escribiendo para gente que ni conozco y a la que seguramente no le interesa esto. Muchos se mojan de sus lujos y de sus logros como si al mundo le importará lo que hacemos ¿Realmente los que estamos en Alibrate es nformación veraz de lo que leemos? ¿O no es más que la alimentación de nuestro narcisismo y vanidad?
Es muy interesante pero muy difícil de leer. No se si es la traducción o la manera de escribir pero tiene una prosa muy complicada
Interesante propuesta ya abordada por otros autores desde distintas disciplinas. Breve y conciso para describir la complejidad de una sociedad fatigable por exceso de positivismo.
Por falta de sosiego, nuestra civilización desemboca en una nueva barbarie.
El lamento del individuo depresivo, «Nada es posible», solamente puede manifestarse dentro de una sociedad que cree que «Nada es imposible». No-poder-poder-más conduce a un destructivo reproche de sí mismo y a la autoagresión.