Empecé con mucha espectativa. La idea de una novela contada para atrás me parecía una buena idea, pero en el camino la novela no toma forma. Los eventos narrados no aportan de manera sustancial a la novela y lentamente va cayendo la trama. Lástima porque desde Autogol no encuentro a un Ricardo Silva Romero que me atrape.
Es la prueba de que la vida, es esperar pacientemente a que los amores de uno le sonrian.