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Sinopsis de ESTUPOR Y TEMBLORES

La historia de una joven belga que empieza a trabajar en una gran compañía japonesa. Amélie, originaria de Bélgica y que vivió su infancia en Japón, siempre admiró el refinamiento y el arte de vivir de este país. A la edad adulta, vuelve allí con un contrato de intérprete en el seno de la prestigiosa compañía Yumimoto, con el fin de trabajar y vivir allí como japonesa en cuanto empleada. La joven se topa con un sistema rígido al cual le cuesta adaptarse y encadena un error tras otro. Bajo las órdenes de la bella señorita Fubuki Mori, ella misma bajo las órdenes de Señor Saito, que está bajo las órdenes de señor Omochi a las órdenes de señor Haneda: la joven "Amélie-san" está a las órdenes de todo el mundo. Ésta es la historia de un decaimiento cruel e injusto: Amélie baja los escalones de la jerarquía de la sociedad hasta el puesto de « dama pipí ». Se niega, sin embargo, a dimitir para guardar su honor (noción fundamental de la cultura japonesa). Trabajos absurdos, órdenes dementes, tareas repetitivas, humillaciones grotescas, misiones ingratas, ineptas o delirantes, superiores sádicos, la joven Amélie empieza en contabilidad, luego a servir cafés, pasa a la fotocopiadora y, descendiendo los escalones de la dignidad (aunque con un despego muy zen), acaba ocupándose de los lavabos... masculinos.

35 reseñas sobre el libro ESTUPOR Y TEMBLORES

ESTUPOR Y TEMBLORES Hace tiempo tenia esta novela en pendientes, luego de ver una reseña de una buena amiga, este domingo he dedicado lectura a la autora Amélie Nothomb, quien nos hace una autobiografía de parte de su vida en Japón, cuando se estableció con su familia una temporada, en el país del sol naciente. Todo comienza cuando es aceptada como traductora en una multinacional japonesa, pero inmediatamente los sueños, metas y deseos de ser distinguida delante de los demás, van quedando eclipsadas mientras pasan los días. ¿Pero cuál será el motivo? ¿No cumple con los requerimientos necesarios?. Esta historia humillante, cruel y hasta racista, deja ver las intimidades personales del rechazo a los inmigrantes por parte de los japoneses, donde la autora muestra de una manera graciosa y a veces hasta sarcástica, constantes atropellos y situaciones angustiantes, una experiencia que en lo personal, yo nunca hubiera permitido vivir, pero que en la realidad Nipón, te adaptas o te adaptas. Al ser una novela corta, para no caer en spoiler, solo me queda decir que he reído bastante, en ocasiones he querido matar al vicepresidente de la empresa y a la misma autora por tonta, o lo mejor... poner una bomba en las instalaciones… 💣🔥🔥 pero también tiene un sentido de fragilidad, esa que se siente cuando la falta de apoyo de los demás te hace sentir vulnerable. Recomendada para leer de un tirón.


Libro autobiográfico que cuenta sus experiencias al ingresar a trabajar como traductora en una empresa en japón y como sus ilusiones se fueron haciendo añicos a medida que pasaban los días. Me sorprendió mucho la cultura japonesa, como hay que ser sumiso y respetar siempre lo que dice la persona que se encuentra arriba tuyo en el escalafón de la empresa. Como la mujer es denigrada, maltratada, y no es más que la sombra del hombre que tiene al lado, pensé que era una sociedad un poco más abierta. Si bien intenta escribirlo con gracia y soporta con estoicismo las humillaciones a las que la someten a diario, me pareció terrible. Me compadecí de ella muchas veces y la admire por aceptar las normas y jugar con las cartas del lugar. Libro muy recomendable. Realmente esta escritora no defrauda.


Si Estupor y temblores es, como parece ser, una historia con grandes connotaciones autobiográficas... comprendo perfectamente porqué me gusta tanto esta mujer y, creo que, a partir de ahora, voy a entender mejor sus libros. No he dejado de reír desde que empecé hasta que terminé esta lectura. Las dosis de ironía de Amelie y su forma de afrontar situaciones que a cualquiera de nosotros nos amargarían la existencia, en ella, es tremenda. La burla y el sarcasmo, ante superiores con un rígida jerarquía y un sentido de absoluta superioridad hacia todo lo occidental, con actitudes totalmente desconcertantes, no tiene desperdicio. Amelie Nothom demuestra su carácter extravagante, pero a la vez tranquilo y sosegado en este libro corto en el que nos cuenta su pequeño paso por una gran empresa Japonesa, la ilusión de su vida. Amelie-san Es una joven Belga cuyos primeros años de su vida los vivió en Japón, sus maravillosos recuerdos la hacen sentirse tremendamente atraída por la cultura de este país y, arrastrada por sus recuerdos, decide trasladarse a vivir al país del sol naciente. Después de terminar sus estudios universitarios y con un perfecto dominio del Japonés consigue trabajo en la gran compañía Yumimoto. Allí conocerá la verdadera realidad del carácter nipón y su imposibilidad para adaptarse a él. En la empresa el orden jerárquico es sagrado y, entre unos superiores y otros, empiezan a hacerle la vida imposible a la nueva, joven, mujer y, por si esto fuera poco, occidental empleada. Lo peor es el despotismo de su jefa más directa, una joven de gran belleza, que asombra y obnubila a Amelie, llamada Mori Fubuki. Mori es la única mujer en la empresa con un puesto de responsabilidad, llegar a ello le ha costado mucho. La posición que la mujer ocupa en l sociedad japonesa lo dificulta sobre manera, y, la posibilidad de un triunfo fácil para una recién llegada, la hace sentirse agredida. Las humillaciones que sufre Amelie no tienen nombre. Sin embargo, ella reacciona a cada una de ellas de una manera mordaz, ridiculizando, con muchísima diplomacia a su superiora, a la que saca constantemente de sus casillas. En consecuencia, Mori la humilla cada vez más y más. Ella se adapta a cada una de las situaciones con una naturalidad que nos hace sonreír, a todo le encuentra el punto positivo y si tiene una ventana cerca por donde ver la inmensidad de la gran ciudad, pierde la noción del tiempo y es feliz. Llegado el momento de la despedida de todos sus jefes la situación se convierte en algo estrambótico y ridículo en el que cada unos de sus superiores sacarán su carácter y la harán moverse por diferentes sensaciones. El rencor, la antipatía o el odio no serán una de ellas. Amelie parece estar por encima de eso. Podría parecer que se humilla en algún momento, pero la realidad es, que se lo pasa todo por el forro. Divertida, ocurrente, original y todos sus sinónimos son los adjetivos que, para mí, definen esta obra. Definitivamente me encanta esta peculiar mujer.


Estupor y temblores. Reverencia japonesa.. el piso 44. Sabotaje. El ventanal. Suicidio ideológico. Imaginar ser Dios para descender en la escala hasta la zona del retrete. No es por falta de capacidad. Es pervivencia cultural, que obliga a la supervivencia como extranjero. Amelie narra de manera irónica, mordaz, cargada de una actitud festiva, lo que representa un verdadero acto de segregación, y rechazo a los extranjeros en el país del sol naciente, Demostrar capacidad y poseer opiniones propias, es la lesión mas humillante que un extranjero puede inferirle a un Japonés. Pero el Japonés, posee mil y un estratagemas para denostar esas capacidades, o simplemente in visibilizarlas. Tal vez debería decir civilizar lo incivilizado. Basta con tirar de la cadena del retrete, y las ambiciones se van por el desagüe, que perdurará por sobre la humanidad, Pues es el único acto humano corrupto, que posee algo de incorruptible. Nothomb busco notoriedad en su país de origen, pero su ascendencia Belga la sigue convirtiendo en una extranjera, Y allí donde busqué sobresalir será arrasada por una “ Tormenta de nieve “ Nuevamente Nothomb elige tan certeramente el lenguaje, las referencias, que convierten un descenso al infierno en un ascenso al paraíso de la lectura. La referencia a la película de David Bowie. Nunca más acertada... aunque no se parezca a Bowie. Renunciar.... nunca a su escritura, Nunca


Interesante libro corto para descubrir lo jerarquizada y tradicional que es , aún hoy en día, la sociedad japonesa empresarial. Tampoco debe sorprender que el papel de la mujer y su importancia social sigue estancada pese a ser una de las grandes potencias mundiales. Es una lectura amena y ágil que aborda el primer año de la autora trabajando en una de las más importantes empresas japonesas. Sorprende la frialdad de todos sus superiores, la destrucción física y mental que conlleva la degradación laboral y el hermetismo de una sociedad que hasta hace medio siglo su exportación industrial y cultural era una quimera solo abierta tras la derrota en la Segunda Guerra Mundial.


Que la sociedad japonesa no es sólo cómic, mangas, samuráis y sushi, deberíamos saberlo. Está más que jerarquizada,y el peso de la tradición, y costumbres en su vida, pese a su apariencia de modernidad, es demasiado. El papel de la mujer y su importancia social, no es precisamente la que correspondería a un país que es la tercera potencia económica mundial. Es muy complicado para un occidental adaptarse a su estilo de vida, y es que no dan muchas facilidades, precisamente. La autora de éste librito, que trabajó en una oficina en Tokio para una multinacional, nos lo cuenta y sabemos de primera mano su experiencia. De valorar que nos muestra los entresijos del mundo laboral en ese país, y como cada superior a tí, tiene otro por encima, y así sucesivamente, lo metódicos que son, el freno que le ponen a los occidentales, y lo poco que valoran a la mujer. De forma irónica, y presuntamente divertida, nos enseña todas las humillaciones a la que la sometieron, tanto que empezó en contabilidad, y terminó limpiando los baños masculinos de su departamento. No me gustó la forma en que está escrita, me parece la historia poco creíble (no entiendo que te manden a limpiar el vater y no te niegues), tampoco que la subyugación a la belleza japonesa de su superiora te dé para obediencia ciega (¿ atracción sexual no resuelta? ), y en general, esa pasividad y sumisión mostrada por la protagonista. Entiendo la metáfora, pero a mí ni me llegó, ni me convenció. También admito que no es mi tipo de humor. Lo del título sí me parece acertado: Estupor y temblores.


Me decidí a leer esta novela, por las buenas reseñas que vi por aquí. Ni había visto nunca el libro, ni oído hablar de la escritora. Y la verdad, que ha sido todo un descubrimiento. Lo que más me ha gustado es, sin duda, su sentido del humor. Ese sarcasmo, que creo que hizo mas llevadera su permanencia en semejante empresa. Y ese punto de picardia, de aceptar todas las críticas, e incluso ponerse ella misma peor, para que no le dieran mas caña. No deja de sorprenderme, por mucho que nos lleguen las costumbres y tradiciones de los japoneses, hasta que punto, llevado a ese extremo, pueden vivir tan normales. Ya le tendría que gustar a ella la experiencia, el trabajar allí, el sin vivir de un trabajo, no solo no gratificante, si no, tan humillante, para aguantar lo que aguantó. Porque a cualquiera que se lo cuentes, yo la primera, te digo al segunda día...enga!! hasta luego!!


No lo puedo evitar, me cautiva el personaje de Nothomb tanto como lo que escribe. De prosa sencilla, ingeniosa y breve, Estupor y temblores muestra distintas aristas de la cultura japonesa, tal como fue vivida por la autora durante el año en que trabajó para una multinacional nipona. Con situaciones que rozan lo hilarante, con una jefa que es a su vez subordinada de otro jefe, la protagonista, con estudios e idiomas a cuestas, irá siendo degradada cada vez más hasta tener como única misión la de mantener limpios los baños del piso 44 del edificio Yumimoto. Perdido por perdido (¿perdida la dignidad? No lo creo…), ni bien terminó su contrato, regresó a Europa y comenzó a escribir. Al año siguiente publicó su primera novela (Higiene del asesino) y por suerte para nosotros, nunca dejó de escribir.


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FRASES DEL LIBRO ESTUPOR Y TEMBLORES

La ventana era la frontera entre la terrible luz y la admirable oscuridad, entre los retretes y el infinito, entre lo higiénico y lo imposible de lavar, entre la cadena de Wáter y el cielo. Mientras existieran ventanas, el más débil de los humanos tendría su parte de libertad.


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