ELENA SABE

Un libro duro, que te deja con el cuerpo frío. La historia es sencilla y va transcurriendo poco a poco, pero con esfuerzo y mucho peso, como los pasos de Elena, su protagonista. Trata temas intensos, como las dinámicas familiares rígidas, la maternidad, la enfermedad, la religión, la fe y las creencias y convicciones. Para más detalles, hay varias reseñas por aquí más detalladas, que recomiendo, al igual que el libro.

Dramático. Una versión cruel como la Casa de Bernalda Alba, ... La entenderán con mayor intensidad aquellos que hayan convivido con una enfermedad tan cruel como el Parkinson. Historia corta, de fácil y rápida lectura.

Madres e hijas. Un relato durísimo, sobrecogedor, brutal, carente de ternura. . Al inicio parece que el argumento es el de una novela policial, donde una madre con Parkinson busca al asesino de su hija. Pero pronto se observa que nada tiene que ver con eso, sino que se trata de una relación dura entre madre e hija que se agrava con la enfermedad de la madre. Dolor, irá, frustración, que se entrelazan con otra relación entre otra madre y su hija

Elena recibe la noticia de la muerte de su hija, el cuerpo de Rita fue encontrado colgado del campanario de la iglesia, dentro del mismo predio del colegio donde ella trabajaba como preceptora. El juez interviniente declara que se trató de un suicidio, y es a partir de allí que Elena comienza a sacar sus propias deducciones no pudiendo encontrar pruebas que sustenten que su hija haya decidido quitarse la vida. Buscará hasta el final respuestas a esta muerte. Este viaje lo recorrerá en partes retrospectivas hacia lugares de su pasado y transitando una enfermedad que poco a poco va acabando con su cuerpo. El relato es profundo, no le escapa a ningún golpe bajo e invita al lector a entablar diálogos invisibles con Elena, a veces con cierto enojo con su crudeza y aparente frialdad y otras empatizando con su soledad y todo lo que no fue.

Lo mejor que he leído estos últimos meses y para mi de momento, el mejor de la autora. Se que se apoderará de mi pensamiento y de mi ánimo durante bastantes días y será difícil de olvidar. Quizás porque el tema empieza a estar más cercano de lo que querríamos para muchas de nosotras.

Un drama cuya protagonista es Elena, una anciana que además de soportar la muerte de su hija, padece una cruel enfermedad. La minuciosa descripción del mundo exterior e interior de esta mujer, su padecimiento físico y su soledad, es impresionante y absolutamente conmovedor. Así como también la certeza que la impulsa a moverse en pos de la verdad a cerca de la muerte de su hija aunque la revelación resulta demoledora. Es una novela corta, atrapante y estremecedora. Logra transmitir cada padecimiento de ese cuerpo castigado, el dolor que no tiene nombre de quién ha perdido lo más amado y nos obliga a pensar en la maternidad, deseada y no deseada. Interpela creencias, desafía mandatos y pone en tela de juicio a nuestras convicciones. ¡Excelente!

¡La Piñeiro si que sabe contar historias!

Elena Sabe, esta bien escrita, se lee rápidamente. No me encantó, no es un buen momento personal para leer la novela ya que se me mezcló muchos sentimientos que estoy atravesando en el ámbito familiar y los expresa muy bien la autora, Claudia Piñeiro. Por otro lado, es público la posición de ella sobre el aborto pero me hubiera gustado saber con anterioridad que estaba reflejado fuertemente en la novela.