Recopilación de cuentos con descripciones muy vívidas y sensibles del México rural. Se desarrollan en el poblado de Comala, en Colima, México, aunque su inspiración sea aquel pueblo de San Gabriel, Jalisco, escenario también de su novela Pedro Páramo, publicada dos años después de El llano en llamas. El paisaje es siempre seco y árido, y en él vive gente solitaria, silenciosa y miserable campesinos mexicanos que sobreviven sin esperanza, tras el fracaso de la Revolución mexicana.
Bueno, este libro lo empecé a leer por, un cuestionario de conocimiento general en el cual, muchos no supimos el nombre del autor, este libro te cuenta la forma de vida que tenia la sociedad de hace unos años, en México. La forma como Vivian y se expresaban (quiero pensar que los constaste “haigas” sean por eso), cosa que en lo personal me hizo entrar un poco en conflicto. Son 17 pequeños cuentos en los que Rulfo te adentra en el México de antes, tradiciones y costumbres, en las que vas desde el cuento sanguinario (muchas muertes), ligero romance, sacrificios, religiones, pueblos y más pueblos y mujeres con tres pelos por bigote.
Excelente forma de describir cada situación que sucede en cada cuento. Describe con magistral claridad las costumbres y expresiones de nuestros antepasados.
Estampas de la vida rural mexicana en el siglo pasado, que considero que es más o menor igual en cualquier parte del mundo. Muy bien escrito y narrado.
La mayoría de las historias de éste libro no me han enganchado demasiado (me ha gustado mucho más Pedro Páramo). Son cuentos para volver a releerlos más de una vez. Me gustó mucho Macario, Talpa, Anacleto Morones, no oyes ladrar a los perros?, Paso del norte y diles que no me maten!!!
¡Viejas, hijas del demonio! Las vi venir a todas juntas, en procesión. Vestidas de negro, sudando como mulas bajo el mero rayo del sol. Las vi desde lejos como si fuera una recua levantando polvo.
Es algo difícil crecer sabiendo que la cosa de donde podemos agarrarnos para enrraizar está muerta.
—Ésos son rumores. Trabajando se come y comiendo se vive. Apréndete mi sabiduría.
Uno platica aqui y las palabras se calientan en la boca, y se le resecan en la lengua hasta que acaban con el resuello
"Nadie te hará daño nunca, hijo. Estoy aquí para protegerte. Por eso nací antes que tú y mis huesos se endurecieron antes que los tuyos".
Un lugar moribundo donde se han muerto hasta los perros y ya no hay ni quien ladre al silencio;