Un libro de herramientas de la más poderosa psicología cognitiva, con miles de estudios que avalan su eficacia. La vida es para disfrutarla: amar, aprender, descubrir... y eso sólo lo podremos hacer cuando hayamos superado nuestros miedos y descubramos El arte de no amargarse la vida.En la línea de los grandes libros de psicología para el gran público Rafael Santandreu, expone en esta obra un método práctico, claro y científicamente demostrado, para caminar hacia el cambio psicológico. Nuestro destino es convertirnos en personas más fuertes y felices.Con anécdotas extraídas tanto de su consulta como de su historia personal, el autor nos muestra cómo transformar nuestra forma de pensar y actuar. De deprimidos, ansiosos o“cascarrabias”podemos convertirnos en hombres y mujeres serenos, alegres y optimistas, con la ayuda de un terapeuta o ¡por nosotros mismos!
Leer a Rafael santandreu siempre es positivo. Este libro puede servir de ayuda a aquellas personas que necesiten una guía para mejorar su estado emocional. Sin embargo pienso que le falta un poco de orientación a la hora de indicar al lector los caminos o los métodos para llegar a ese equilibrio emocional deseado que evite determinados sufrimientos. Digamos que cuando el habla de su método lo veo incompleto, escaso. Sería mucho más útil si dedicará más tiempo a cómo recorrer ese camino de curación y menos tiempo a tantos ejemplos que pone en su libro. Aún así leerle puede ayudar sobre todo a personas que necesiten iniciarse en el cambio de pensamientos o actitudes que le hagan estar pasándolo mal.
Lo recomiendo porque siempre se puede sacar varias conclusiones interesantes aunque no estoy de acuerdo con algunas de ellas.
Cuando empecé a leer el libro me estaba gustando bastante pero es verdad que llega un momento que se hace un poco repetitivo. Aun asi me parece un buen libro y me gusta la idea que transmite de no "terribilizar". A mi parecer no tiene nada que ver con conformarse con lo que te ocurra como he leido en otros comentarios, yo lo interpreto más como una actitud ante los problemas y en no dejar que nos afecten hasta el punto de amargarnos, lo que no impide que nos ocupemos de ellos de la manera que creamos conveniente sin llegar a preocuparnos constantemente por ello. Si que me hubiese gustado que en algunos puntos se utilizaran otro tipo de ejemplos con los que haberme sentido más identificada.
Su fortaleza no está en defenderse de las críticas ajenas, sino en estar por encima de ellas. ”
La salud, por lo tanto, es algo de lo que ocuparse, pero no de lo que preocuparse.”
Valoremos lo que tenemos cerca: es más fácil y ecológico que ansiar paraísos lejanos.”