El joven Cándido, discípulo del doctor Panglós, a su vez discípulo de Leibniz, filósofo del optimismo, padece el infortunio de ser fiel a la lección aprendida en la adolescencia: “el nuestro es el mejor de los mundos posibles”. Tal doctrina se ve refutada a cada momento por una avalancha desastrosa de acontecimientos: Cándido soporta guerras, sufre inquisiciones, sobrevive atroces terremotos, causa muertes y recibe heridas, y es el testigo perplejo de una humanidad que se mueve a tontas y a locas, deforme, degradada, bastarda, esclavizada. Si este maratón de desdichas puede seguirse con una sonrisa siempre próxima a estallar en una carcajada a mandíbula batiente, es gracias a la desatada y exuberante imaginación de Voltaire, dotada de una visión tan divertida como profunda.
Cándido o el optimismo es un libro que desde el inicio nos hace pasar momentos divertidos. Las aventuras de cándido al lado de una serie de personajes que van hilando historias poco creíbles, como el ahorcamiento fallido de un filósofo, una baronesa que de pierde su categoría y belleza para terminar fregando pisos y lavando platos para un rey pobre, nos hace ver que Voltaire tenía una peculiar forma de ver el mundo, y sin miedo alguno, plasma sus impresiones en esté libro. Un libro que debemos leer para entender las referencias que hacía Voltaire a la sociedad del siglo XVIII.
CÁNDIDO o el optimismo - François M. Arquet de Voltaire Esta breve novela cargada de ironía y sarcasmo fue publicada por Voltaire bajo seudónimo. Con varias capas de lectura, traza una novela filosófica en la que arremete contra el clero y su hipocresía incluyendo entre sus personajes a la hija de un Papa. Pangloss el filósofo que no es sino la parodia de Leibnizt, repitiendo que todo es perfecto, que el mundo es perfecto y que estamos ante el mejor de los mundos, mientras en torno suyo las desgracias se suceden y Voltaire nos muestra la miseria humana de su época. Cándido, una y otra vez supera la desgracia resignado a que las cosas suceden necesariamente y siempre de la mejor forma posible, como Pangloss le enseñó desde su infancia y manteniéndose firme sólo por amor. Un amor que comprende no es tal, cuando por fin puede compartir sus días con su amada. El deseo crea necesidades y monta sus propias quimeras. Cándido descubre que el hombre no ha nacido para el ocio, que se aburre una vez conseguido su objeto de deseo y que en un mundo cargado de desgracias el trabajo nos libre del fastidio, del vicio y de la indigencia.
El Cándido simbólico. La búsqueda de un amor y la mera obtención de la sabiduría como una calamidad, como un estado sin salida más que por medio de la distracción. El estado en el que el individuo es presa de la duda incesante acerca del sentido. Cándido no encuentra más que su sinsentido, como Sísifo su roca, tan sólo se encuentra con la pregunta de "para qué tanto recorrido?". Tanto así que ya no encuentra razón para debatir sobre la causa fundamental de la obra, sobre su adoctrinamiento, sobre la base filosófica de Leibniz, ahora prefiriendo pasar tiempo trabajando en una huerta. "Pangloss decía algunas veces a Cándido: Todos los sucesos están encadenados en el mejor de los mundos posibles; porque si no te hubieran echado a patadas en el trasero de un magnífico castillo por el amor de Cunegunda, si no te hubieran metido en la Inquisición, si no hubieras andado a pie por las soledades de la América, si no hubieras pegado una buena estocada al barón y si no hubieras perdido todos tus carneros del buen país de El Dorado, no estarías aquí ahora comiendo azamboas en dulce y alfóncigos. Bien dice usted, respondió Cándido; pero es necesario cultivar nuestra huerta."
Confieso que no había leído antes a Voltaire, uno pensaría que sería un mamotreto infumable y dificilísimo de leer, más si digo que este libro es un tratado de filosofía. Pero todo lo contrario, una historia cortita que se lee en una sentada, cuenta la historia de Candido un joven ingenuo y por eso su nombre, que vive mil aventuras, desde Europa, América, conoce el Dorado, siempre en busca de la felicidad y de un mundo perfecto, y se cruza en el camino con mil desgracias. De fácil lectura, muy entretenido, sorprende por lo accesible a pesar de haber sido escrito hace siglos, y tan actual en cuanto a la condición humana. Repito que es un tratado de filosofía para simples mortales... muy entretenida y sumamente recomendable
Voltaire lo escribió para atacar al optimismo cristiano de la época. Eso me encanta. Me gusta el sarcasmo. Un plus: me sirve de compañía cuando me siento desdichada. Cándido es alguien que la está pasando peor que yo.