Una invitación a pensar sobre el poder de la vida para abrirse paso a través del dolor y poner otra vez en marcha la rueda de los días. Alejandro, El Mono, ha muerto. Su hermano y sus amigos, un grupo de hierro desde la infancia, apenas se dan tiempo para el dolor. Les preocupa Guadalupe, la hija del Mono. Quieren darle todo el amor que sentían por su amigo y asegurarle un futuro. Pero en el banco no quedó un peso. El Mono invirtió todo el dinero que tenía en la compra de un jugador de fútbol, un muchacho que prometía pero se quedó en promesa. Ahora está a préstamo en un club zaparrastroso del Interior. Y los trescientos mil dólares que costó su pase, a punto de evaporarse.¿Cómo vender a un delantero que no hace goles? ¿Cómo moverse en un mundo cuyas reglas se desconocen? ¿Cómo seguir siendo amigos si los fracasos van abriendo fisuras en las antiguas lealtades? Fernando, Mauricio y el Ruso, con las escasas herramientas que poseen, desplegarán una serie de estrategias nacidas del ingenio, la torpeza, el desconcierto o la inspiración, para conseguir su objetivo.Eduardo Sacheri demuestra una vez más su capacidad para construir personajes entrañables y contar historias que llegan de inmediato al lector. Papeles en el viento es un canto a la amistad, y una prueba de que el amor y el humor pueden más que la melancolía.
Todo amante del Futbol debería leerlo y mas a todos aquellos que le gusta pasar el tiempo con amigos.
Al igual que en La noche de la usina, hay personajes entrañables. Una historia donde la amistad vence a la muerte y la melancolía...
Mira, nene. No me hace falta olfatearlo. Porque miro fútbol desde hace mucho. Desde antes de se te pasara por la cabeza jugar al fútbol. Desde antes de que nacieras. Desde antes de que fabricaran el forro pinchado que usó tu viejo el día que te fabricaron a vos