NOSOTROS DOS EN LA TORMENTA

Yo, a Sacheri le leo todo. Lo que venga. Lo conocí a través de sus cuentos de fútbol y después seguí con sus novelas. Su prosa sencilla, a veces con toques de épica, busca conmover y muchas veces lo logra. Y voy a decir algo fuerte y claro: Sacheri escribe de Argentina para el mundo. No me vengan a decir, que fuera de las fronteras argentinas no se va a entender lo que escribe por sus localismos o argentinismos. ¡No señor! Se entiende y bien. Además, le he seguido la pista. Si lo pude bancar desde sus primeros cuentos de fútbol, cuando tenía un quilombo para entender lo que quería decir, con mayor razón ahora, que encontramos a un Sacheri cada vez más universal. A éste, de “Nosotros dos en la tormenta” lo pongo en el podio, junto a “La pregunta de sus ojos” y “Lo mucho que te amé”. Desplegado con capítulos cortos, con diálogos, a varias voces, impulsa que la lectura de las 476 páginas fluya a velocidad de crucero. Me recordó a “Patria”, esa genialidad de Aramburu, por los desgarros de una sociedad enfrentada a momentos críticos y por las convicciones inquebrantables de unos pocos que buscan imponerse a muchos, tras unos ideales que se cultivan con el sustrato del fanatismo. Corre el año 1975 en una Argentina convulsionada, que no puede superar la crisis política y social, y que dentro de poco derivará en la dictadura. Y dos muchachos, amigos de toda la vida corta que tienen, militan en dos grupos armados distintos, pero unidos por la convicción de que la revolución que liberará al pueblo ya se viene y ellos son la vanguardia. Y ésta es la historia del día a día, de los planes y los operativos, de la violencia que provocan, de las víctimas, de la angustia de las familias, de los padres, que desde el amor, sufren por los hijos metidos a guerrilleros, incapaces de sacarlos del encandilamiento, porque ellos creen poseer la verdad revelada. Esos diálogos entre el padre y el hijo, será tal vez lo que más recuerde de esta lectura. Desde lo personal, Sacheri lo logra hacer conmovedoramente universal. “En eso nos parecemos, hijo. En tener unos sueños que no se van a cumplir. La diferencia es que yo ya lo entendí.” “Porque los únicos sueños que valen la pena son los sueños grandes, los sueños colectivos, los sueños que tienen como destinatarios al pueblo. No los de un pequeño burgués, que lo único que le importa es tener su prosperidad individual, de tener su casita y su autito y su negocito” Y su familita. Y el padre trata de convencer. De decirle que está equivocado “No en la pequeñez de mis sueños ni en la grandeza de los tuyos”, sino equivocado en que la revolución es inminente, y la revolución es victoriosa y es una decisión de los revolucionarios. “Vos y tu sueño inconcluso y desmesurado. Y lo más triste y desolador de tu fracaso y de tus sueños, es que no te vas a enterar, pero yo sí, estaré en lo que me quede de vida para llorar tu sueño y tu ausencia. Y mis sueñitos, que sin vos no sirven para nada”. Notable Sacheri. Pero, tengo un pequeño pero. Que lo malo es cuando te pusiste a imitar a King, che Eduardo, con eso del spoiler que te mandaste de “El desierto de los tártaros” de Buzzati. Un precioso libro en que cuentas el final. Si hubiera sido algo de la trama no más, está bien, pero no cuentes el final. A mí me da alergia cuando en un libro me cuentan los finales de otros libros. Porque le matas el encanto a más de alguien. Eso no se hace, Sacheri. Al menos yo, menos mal que ya había leído ese Desierto de Buzatti. Y en el resto, todo muy bien Eduardo. Un saludo a Castelar desde allende Los Andes y espero ir el 2024 por tu “Funcionamiento general del mundo”, que buena crítica tiene.

Que buen autor es Eduardo Sacheri. Todos sus libros me gustan. De fútbol, de historia, las novelas, las películas que se hacen con sus libros... En este caso habla de una época muy difícil de Argentina. Año 1975 con Perón muerto recientemente y su esposa (Isabelita) gobernando. Y nos adentra en la vida de dos amigos que escogieron ser parte de organizaciones revolucionarias clandestinas. Montoneros (de izquierda peronista) y el ERP (izquierda trotkista). Es verdad que la historia es demasiado argentina y que para una persona que no es argentina pueda ser un poco confusa. Pero para los que vivimos aquí es revivir una época compleja, peligrosa y que derivó en muchas cosas de lo que hoy es Argentina. Sacheri no toma partido, no juzga, no hay buenos y malos, sólo cuenta la historia con una muy buena novela. Siempre con su Castelar natal o zona oeste del Gran Buenos Aires como centro neurálgico de la historia. Las reflexiones del padre de Alejandro (único personaje que habla en primera persona) me parecen brillantes, desgarradoras y sabias. Recomendado si les gusta Sacheri y quieren entender un poco a través de una novela lo que pasaba en los años anteriores al golpe militar de 1976. Junio 2023

Sacheri escribe simple y claro y este libro no fue la excepción. Siempre, para mí, es un placer leerlo. Tiene esa virtud de captar y describir al ser Argentno que me gusta mucho. No creo que sea su mejor novela pero siempre vale la pena leerlo.

Me encanta Sacheri, es un escritor sin vueltas, sencillo, claro y conmovedor. Me gustan todos sus libros casi por principio y este no será la excepción. Sin embargo, tal vez porque el tema es tan difícil para los argentinos, no adjetiva, no toma partido, no logra que sus personajes nos sean empáticos . Excepto el padre de Alejandro, ninguno logró conmoverme. Ni siquiera el Cabezón, con sus dudas, me resultó cercano. Tal vez otro punto, es que para los que no han vivido este período en Argentina, las motivaciones no queden demasiado claras. Pero Sacheri es Sacheri, y me gusta a pesar de esos detalles. Me conmueve la descripción de las calles y lugares donde pasé la adolescencia. La manera en que logra darnos una visión de las distintas posiciones de la vida, sin hacer juicios de valor. En definitiva, no es su mejor novela, pero hay que leerla, sobretodo los jóvenes que tan poco recuerdan nuestro pasado tan reciente

Una historia muy nuestra de una época que siempre nos ronda y nunca nos abandona...

Como con La noche de la usina y Lo mucho que te amé, volví a disfrutar intensamente con este autor que, como pocos, retrata la "argentinidad emocional" en todos sus matices, con la sencillez de las simples cosas y la profundidad de los sentimientos. Sacheri ha escrito una obra ambientada en los años de plomo de Argentina y en una geografía que conoce bien: el barrio, el pago chico, la ciudad y su gente. A esa cartografía (detallada y precisa) le suma la descripción de las costumbres, los rituales, las dinámicas familiares, un modo de vivir y de pensar de la sociedad de los tumultuosos '70, con ese estilo intimista que lo caracteriza y que tan bien maneja. Año 1975. El país se desangra en medio de una violencia demencial por una de sus tantas dicotomías (hoy le decimos "grieta") y ninguna relación humana se mantiene ajena a sus efectos y consecuencias. Y es precisamente una amistad entre dos personas, el núcleo de esta historia, la que aúna todas las otras historias de gente común y tejen esta trama de fuertes vivencias que, como si fuera un thriller, va de menor a mayor. Quienes vivimos y registramos el clima político de aquellos tiempos, veremos activada la memoria emotiva, los recuerdos y las sensaciones de y sobre una generación que abrazó una causa (¿o la causa los abrazó a ellos?) por idealismo, con inocencia, con compromiso y también con engaños y decepciones. De esa sociedad fragmentada, no están aquí todas las partes, no se escuchan todas las voces: hay ausentes con aviso. Y la sinopsis lo dice: es una novela sobre la amistad en medio de un apasionamiento revolucionario. Nada más. Y nada menos. Muy bien escrita, adictiva y súper recomendable! 3/6/23

Me encantan los libros de Sacheri. Tiene una prosa quizás muy "Argentina" pero que probablemente por eso mismo siempre me parece una narración cercana, que me moviliza como lectora. Este libro narra hechos ocurridos en la Argentina de 1975, previo al golpe militar. Y lo narra desde distintos puntos de vista, desde la mirada interna de cada personaje, que cree tener la razón en sus argumentos. Muy interesante para quienes no vivimos en esa época, en el prólogo incluso él aclara que investigó mucho antes de escribir la novela. Poder mirar de manera retrospectiva los distintos puntos de vista de la historia también nos ayuda a entender. El libro me encantó. Me generó tensión, angustia, emoción... imposible leer las reflexiones del padre de Ernesto/Alejandro sin conmoverte. Le doy 4/5 y solo porque quizás es un relato difícil de comprender para quien no es Argentino,. La sinopsis: "Nosotros dos en la tormenta cuenta el día a día de dos militantes, de dos células, de sus acciones violentas y de aquellos que se ven afectados por estas: las víctimas y sus familias, pero también los seres queridos de los propios guerrilleros. Es la historia del entusiasmo y las dudas, del arrojo y la rivalidad, del encandilamiento que provoca fijar la vista sin descanso en un sol brillante e imperioso, de la dinámica enloquecida de una época turbulenta, donde el tiempo jugará en contra de todos y le abrirá camino al poder de la muerte. Inquietante, conmovedora y cercana, esta novela nos retrotrae a la década del setenta de un modo nuevo: sin esquivar las paradojas y descubriendo a los seres humanos cobijados bajo las banderas de los apasionamientos políticos más extremos."

No me gusto mucho. Parece hecho más para el cine que para leer