MENDEL EL DE LOS LIBROS

Los libros no sólo nos presentan diversos mundos, también pueden ser todo un universo para alguien, quien con ellos atesora conocimiento, recuerdos, y además, representar su carta de presentación ante una sociedad, muchas veces acostumbrada a la indiferencia y el olvido. El autor con tan pocas líneas, nos acerca a la vida de Jakob Mendel, quien fuese en su momento toda una personalidad en Viena, y no precisamente por ser de la nobleza, o tener mucha fortuna material, sino porque era un librero que muchos creían la clave para encontrar cualquier título. Todo lo que tenía era un espacio en el café Gluck donde ofrecía su extenso catálogo, cuya mente prodigiosa lograba albergar hasta con el más mínimo detalle. Sin embargo, de un día para otro en medio de su ingenuidad, da un paso en falso que cambiará su vida para siempre. Zweig una vez más nos demuestra que no necesita una historia demasiado adornada, para hacernos SENTIR en muy pocas palabras. Desde la sencillez de la vida de un personaje muy normal a excepción por su extraordinaria memoria, recordamos y añoramos a un Mendel en nuestras vidas, aquella(s) persona(s)que valoramos, cuando quizás ya es demasiado tarde. Quienes ya han leído a Stefan no se defraudarán, y aquellos que aún no lo han leído, se están perdiendo de un estupendo escritor.

Otro maravilloso libro de Zweig. Lo descubrí hace poco y me arrepiento de no haberlo leído antes. Y ahora cada libro que leo es uno mejor que otro!!!!! No mucho más que decir ya que por estos lares todos ustedes lo conocen 😉

Es un placer leer de nuevo a Stefan Zweig. Otro relato (o cuento) increíblemente bien narrado, donde el protagonista es un librero excéntrico que hace que sientas ternura y pena por él. Una joya literaria, como todos los del autor.

Se trata de un pequeño relato (57 páginas), brillante y difícil de olvidar. La pluma de este autor es increíble, qué manera tan atrapante de narrar. Ya sabes nada más empezar que es de esos libros que no podrás parar de leerlo hasta terminar. Recomiendo la lectura sin leer la sinopsis, para dejar que Zweig te atrape con su magia.

Mendel el de los libro es una historia bella y nostálgica. Hermosa por sí misma, su prosa, su personaje. Aunque de Mendel, por el propio Mendel, no sabemos nada, dos voces que aún guardan su recuerdo, a su manera, nos hacen partícipe de una historia que nos logra envolver y no podemos evitar sentir afecto y admiración por Mendel. El libro se lee de un tirón y como siempre las guerras dejan un mal sabor de boca y marcadas a las personas hasta el punto que logramos evocar su esencia de lo que fueron en base a los recuerdos. La verdad es que me imaginaba un libro totalmente diferente cuando lo compré y me sorprendió plácida y agradablemente. Stefan Zweig, es un escritor increíble. En mi adolescencia leí “Viaje al pasado” y no supe apreciarlo por lo joven y superficial que uno puede ser a los catorce años. Leer Mendel el de los libros fue la mejor decisión y una de mis mejores lecturas del año. Viaje al pasado lo tengo por ahí, y sin duda lo volveré a leer y veré otros libros del autor.

Zweig nunca deja de asombrarme. Este relato es un ejemplo de lo que significa disfrutar, paladear y hasta levitar con una historia llena de magia, una oda a los libros y a los libreros. Porque en contraposición con la facilidad que encontramos hoy en día para adquirir un libro, hubo un tiempo en donde este hecho era un arte y quienes lo procuraban eran hacedores de felicidad al poner a tu alcance aquel volumen que ansiabas o aquella edición que buscabas frenéticamente. Mendel es excéntrico, erudito, caprichoso, meticuloso y único en este arte. Encuentra todo lo que busques, su memoria es extraordinaria y ponerla en duda es un sacrilegio. Es respetado, alabado, una leyenda para casi todos. Sin embargo se encuentra en el lugar y tiempo equivocados y comete el error de ser sincero. Zweig nos hace presenciar su cima y su descenso, cómo mengua y cómo es desplazado. Lo hace con tal maestría que sientes su congoja, su perplejidad, su miseria y cuando finalizas te emocionas con y por él y a pesar de la intensidad del final agradeces todo lo que Stefan te ha transmitido con tal precisión y generosidad que el relato ya forma parte de ti y tú sufres una transformación gracias a él

Un libro brillante con un personaje entrañable. La belleza del libro se basa en lo singular del protagonista, un ser que no es empático en absoluto y esta más cerca de ser un antihéroe que cualquier otra cosa. Sin embargo, para quienes amamos la literatura, alguien como Mendel se nos antoja un mago absolutamente original. He leído poco del autor pero todo lo que me he encontrado es una maravilla y este libro no es la excepción. La gran capacidad de decir las cosas con la cantidad justa de palabras para que el lector quede satisfecho. Una peculiaridad para reflexionar sobre el paso del tiempo...En la actualidad Mendel no tendría sentido alguno y la mera existencia de este libro sería impensada

Magnífico relato de Zweig que sabe a poco. Y con tan poco, da para reflexionar sobre muchos temas que dan vueltas en mi cabeza durante días. Qué caprichoso es el cerebro humano que para dar un don a alguien le restringe de otros. Mendel tiene gran capacidad memorística pero dificultad para entender las relaciones sociales, y esa particularidad lo hace único, auténtico y especial. Qué triste que los hombres, corrompidos por la maldad, el horror de la guerra, el egoísmo y los prejuicios, no puedan entender la inocencia y pureza de otros. Qué duro el paso del tiempo, que todo lo borra, que todo lo olvida. Que arrasa como un huracán las vidas y las historias que antes fueron y ya no són. Qué acertado el cuerpo humano que priva de memoria al que no soporta recordar, porque lo vivido no se ha podido digerir o le quita la visión al que no quiere seguir viendo lo que pasa a su alrededor, porque en la penumbra del pensamiento todavía existe un refugio donde vivir. Qué maravilloso este señor Zweig que nos da tanto en tan poco.