LOS PELIGROS DE FUMAR EN LA CAMA

Muy bueno. Pero no me engancho tanto con Enriquez como me engancho con Schweblin.

"A esa edad suena música en la cabeza, todo el tiempo, como si transmitiera una radio en la nuca, bajo el cráneo. Esa música un día empieza a bajar de volumen o sencillamente se detiene. Cuando eso pasa, uno deja de ser adolescente. Pero no era el caso, ni de cerca, de la época en que hablábamos con los muertos. Entonces la música estaba a todo volumen y sonaba como Slayer, Reign in Blood”. Esta cita ilustra a la perfección la esencia de los personajes de “Los peligros de fumar en la cama”: adolescentes o jóvenes omnipotentes, dispuestos a todo y un poco desquiciados. Pero en este libro de cuentos también tenemos protagonistas que sienten que está bajando el volumen en la música de su cabeza y se enfrentan de pronto con la pesadilla de volverse adultos. Como siempre, el trabajo que hace Mariana con sus personajes es excepcional. Sin embargo, su mayor logro con este libro es el de haber creado “ficción de horror en argentino”, como dice ella. Aquí la autora logra apartarse de la tradición de la literatura gótica y de terror europea y norteamericana haciendo confluir ciertos tópicos y temáticas tradicionales con condimentos más locales: supersticiones, violencia institucional, santoral pagano, geografía, etc. Además, agrega cuestiones propias de su estilo narrativo: la suciedad, la decadencia del cuerpo, lo monstruoso. Si bien para Elsa Drucaroff el hilo conductor de este libro es el gore, considero que lo que amalgama todos los cuentos es lo siniestro. Enríquez prescinde bastante de las temáticas comunes del terror refugiándose en las manifestaciones de lo siniestro, de lo que debería haber permanecido oculto pero ha salido a la luz. Así, encuentra en lo cotidiano el material necesario para el extrañamiento. Crispa su realidad para volverla terrorífica y ese, creo, es el mayor acierto de la autora con este libro.

No leo libros encasillados como de terror. Algo me despertò su contratapa. Casi abandonado en el primer cuento, vuelve a caer en mis manos, y comienzo a desandarlo desde el final. Hoy se usa mucho en el periodismo y en la literatura el término "inquietante", y de alguna manera me encontré en ese estado. Desasociego. Muy bien escritos. Con imágenes fuertes, contundentes

Es un libro que muchos podría describir como extraño, y hasta cierto punto creo que es verdad, pero hasta cierto punto es porque el terror o miedo que maneja juega con otros aspectos que no son los típicos. Creo que lo que más me agrada es la forma en la que están escritos algunos relatos, son interesantes e intrigantes y cuando piensas que inicia la historia a tomar más profundidad, termina. Te deja en un limbo en el que hace que cada uno nos imaginemos lo que sigue y como termina todo. Por otro lado, debo admitir que no logré identificarme del todo con lo que pasa. Algunas me parecen muy interesante y creo que son bastante complejas y buenas, pero por el contrario hay otras que me parecen bobas e incluso sosas, o hasta que creo que son buenas, pero no lo suficiente como para que me gusten e incluso pasan desapercibidas. Algo que me agrada es que siento que las historias tienen su propia alma, son tan particulares, con la redacción, con los personajes, las tramas e incluso el lenguaje que hace que sientas que son escritas por diferentes personas; eso hace muy interesante el libro completo. A pesar de que se supone que sea terror, no siento que ese nivel me allá atraído, siento que está en el limbo de ¿qué género es? Pero eso me parece que es algo demasiado personal. Es bueno, pero aun así siento que me dejó con algunos relatos debiendo demasiado, por lo que para mí por un lado puedo decir que pasó el libro desapercibido. Mi relato favorito que me encantó fue “Los chicos que faltan” me parece muy bueno, todo el conjunto de aspectos que los componen es asombroso.

Los relatos de LOS PELIGROS DE FUMAR EN LA CAMA nos muestran, de manera admirable, al individuo de ciudad, es decir a nosotros mismos, a nuestros contemporáneos: sujetos fóbicos, hedonistas hasta al punto de la flagelación, paranoicos, inclinados a los medicamentos (con los que se busca una placidez letárgica), depresivos. El elemento sobrenatural (que aparece en la mayoría de los cuentos, aunque no en todos) no desdibuja esta característica del libro: a un lado de los fantasmas están los hombres y las mujeres de hoy, haciendo lo que pueden por seguir adelante en un mundo que no ayuda. Éste es uno de los aspectos destacables del libro. Es muy común que en las historias de fantasmas los personajes vivos se vean desdibujados por la presencia de lo sobrenatural, a lo que se le da una mayor atención. Aquí ocurre todo lo contrario, la descripción de los personajes «vivos» son tan interesantes (y a veces más) que la de los «muertos». Cuentos como «Dónde estás corazón», «Ni cumpleaños ni bautismos», «Carne» o «Los peligros de fumar en la cama» (en los que el elemento sobrenatural está ausente o reducido al ámbito de la especulación) nos conmocionan de una forma especial, mostrándonos que el infierno puede estar en cualquier departamento o en cualquier casa, que los monstruos pueden ser nuestros vecinos o, en el peor de los casos, nosotros mismos.

12 cuentos lúcidos e inquietantes. No calificaría estos cuentos como "terror", esa categorización fue lo que me mantuvo alejada de leerlo antes.

Después de leer “Nuestra parte de noche” quería más así que fui a por este libro de relatos. Me ha gustado, pero creo que el error ha sido leerlo después de la novela, estoy segura de que si lo hubiera leído antes lo habría disfrutado más. Aún así, tiene una variedad de cuentos interesante, algunos realmente buenos!

Doce cuentos de suspenso, bien argentinos, tan originales como su título.