Novela picaresca, autobiográfica y de estilo epistolar. Un niño huérfano al servicio de diferentes amos (un ciego, un hidalgo arruinado, un clérigo avaricioso, un fraile de la Merced, un burlero farsante, etc.), y ejercerá varios oficios, que permiten al narrador realizar una sátira de los diferentes estamentos de la sociedad de la época y reflexionar con ironía sobre el tema de la honra.
Uno de los libros que salvarías de un incendio por su frescura, su sinceridad y por lo divertido que es. Además se lee de una tirada.
Lo picaresco y la sonrisa eterna, en este relato, cuyo protagonista es un niño al servicio, de personajes medievales. Oda al creador anónimo.
Cual "no principito" en un mundo de "no ensueños" el Lazarillo nos muestra el lado descarnado del ser humano a punta de chistes y sarcasmos. El humor es el combustible que enciende lo bello de lo feo en una sociedad que se mira al ombligo a causa de las necesidades económicas o de apariencias sociales. Digamos -sarcásticamente- que es un texto que permanece un poco vigente, sólo un poco.
Este tipo de obras hay que leerlas sí o sí ya que te sitúa en la historia de España y te permite reflexionar sobre la evolución de la literatura. Además es una gran obra.
“Verdad dice éste, que me cumple avivar el ojo y avisar, pues solo soy, y pensar cómo me sepa valer”
“¡Cuántos debe de haber en el mundo que huyen de otros porque no se ven a sí mismos!”
«¡Cuántas de éstas deben hacer estos burladores entre la inocente gente!».
«Yo he tenido dos amos: el primero traíame muerto de hambre y, dejándole, topé con este otro, que me tiene ya con ella en la sepultura; pues si de éste desisto y doy en otro más bajo, ¿qué será, sino fenecer?».