LA NIETA DEL SEÑOR LINH

Con el corazón encogido. Así leí esta historia que es pura humanidad. Un anciano deja atrás su aldea hecha polvo y cenizas por la guerra. Arranca hacia adelante, hacia el mar para buscar la esperanza en medio de tanta miseria. Pero él se siente rico, porque lleva a la sangre de su sangre, a su nieta en brazos. Y también dos tesoros adicionales: una vieja fotografía y el saquito de tela con un poco de tierra de su aldea. Es el señor Linh y ésta es su historia. Una historia conmovedora por los cuatro costados, de sobrevivencia en el exilio forzado, que realza el coraje y la resiliencia y especialmente el valor de la amistad, esa que no necesita de idiomas porque se comunica con el alma. Pero por encima de todo, está ese indescriptible amor de un abuelo hacia su nieta. Bueno, en realidad Claudel logra describirlo ¡y de qué manera! Con un lenguaje sencillo, de estilo ahorrativo, “minimalista” le dicen los entendidos, sin adornar nada, sin pompa, roza la perfección desde lo breve de las frases y los párrafos, sin renunciar a lo poético de la narración como cuando “En el cielo, las golondrinas escriben invisibles poesías en la suave brisa”. Cuando queda sólo un poco de vida, cuando ya no hay familia, ni patria ni tiempo, entonces los sueños te sostienen para seguir. Al escribir mis sensaciones sobre este libro que terminé de leer hace rato, tengo que reconocer algo que sucede con pocas lecturas: que me sigue apretando el corazón. Y a la vez pienso que toda la humanidad cabe dentro de una persona aunque sea de ficción. Cabe dentro de un personaje entrañable e inolvidable como el señor Linh.

La guerra, esa bestia que no conoce nombres, edades, ni tierras. Una vorágine que provoca la sequía y destrucción de la ilusión,que asola y aniquila a quien se encuentra provocando desconcierto,soledad.Destruye ciudades, familias y , aún peor, trastorna para siempre a los supervivientes. El señor Lihn ha perdido demasiado, su avanzada edad y la experiencia de tanta pérdida lo lleva a alejarse de lo que más quiere porque ya no tiene nada. Su familia, su tierra, sus raíces han desaparecido y tan sólo le queda luchar por su nieta. Huir para construir un futuro para ella es su único objetivo. Emprende un largo camino que promete ser el el comienzo de una nueva vida pero es muy doloroso: la nostalgia, la confusión de no entender ni hacerse entender en ese país de la esperanza es demasiado duro,desolador.  Sus recuerdos invaden su mente y el dolor está siempre presente, pero todo lo acepta porque su querida nieta merece que él se sacrifique. Todo por su nieta, su pequeña y dulce nieta. Este es un relato que me llenó de congoja durante toda su lectura. El sufrimiento de un emigrante, el peaje que hay que pagar por buscar una vida mejor,saber que es mucho lo que dejas atrás pero saber que es la única alternativa es algo tan valiente y tan triste a la vez  que difícilmente quien no lo haya vivido entienda bien la huella que deja y cómo te puede transformar hasta perturbar tu concepto de la realidad. Esta novela está tan bien escrita que sientes con el protagonista todos sus miedos, su pesar y su ansia por reconstruirse. En mi opinión, ese efecto en el lector es lo que la hace una historia emocionante, preciosa y especial.

Leí este libro en dos trayectos de un vuelo corto que tuve el fin de semana. Digamos que fue el libro ideal para pasar el rato que necesitaba, más allá de eso en lo que a mí respecta es de aquellas lecturas que pasan sin pena ni gloria. Lo que me gustó: Es un libro corto, de fácil lectura y sin mayores enredos. Yo describiría el libro como un poema largo, el Señor Linh en un adulto mayor que se ve obligado a dejar su país con su nieta en brazos luego de la destrucción que dejó la guerra, la historia nos va sumergiendo en la tristeza del personaje, la melancolía por todo lo que perdió, el miedo y la incertidumbre de un futuro incierto en el que sencillamente se espera lo que pueda traer el siguiente día. Si bien en general la historia no cumple con mis expectativas, resalto lo agradable de los personajes y la simpatía de los diálogos. Lo que no me gustó: El escritor no ofrece un final a la historia y siempre me siento un poco frustrado con este tipo de lecturas. Si el libro me está vendiendo una situación triste y melancólica Yo si espero que más allá que me brinde un final feliz o trágico por lo menos me insinúe hacia donde pueden ir los personajes, pero en este caso al cerrar el libro simplemente quedé con el interrogante; bueno ¿Y qué?. El final del libro fácilmente podría ser el comienzo del mismo.

La nieta del señor Linh, de Philippe Claudel Una novela que refleja el dolor de quienes se ven desplazados por la guerra, los que han perdido todo lo material y seres queridos, por lo que deben trasladarse a otros lugares desconocidos, donde ni siquiera el idioma está a su favor. A esto se enfrenta el señor Linh, que únicamente lleva consigo un poquito de su tierra natal, una fotografía y en brazos a su nieta, la cual le da fuerzas para enfrentarse a ese mundo nuevo, que si bien le tiende una mano humanitaria, no logra conectar con él. A pesar de todo, busca la forma no solo de mantenerse con vida, sino además de entablar amistad con alguien que, aunque no habla el mismo idioma verbal, si logran entenderse con el lenguaje del corazón. Una historia de resiliencia, de lucha, de amor y amistad que vale la pena leer. Leído en junio 2022 CITA Demasiadas derrotas y demasiadas huidas, ¿qué es la vida sino un collar de heridas que cada hombre se cuelga al cuello?

Este libro nos cuenta una historia entrañable sobre un señor mayor que tiene que emigrar de su país por la guerra, y lo único que lleva encima es un bebé, por el cual seguirá viviendo y conseguirá encontrar las fuerzas para seguir adelante. Nos enseña lo importante que es tener algo por lo que vivir y como los humanos nos aferramos a la más pequeña cosa para tener motivos para seguir hacia adelante. Al final de la historia nos dan un matiz que hace que toda la historia cobre un sentido totalmente diferente y que hace que en cada pequeña escena le encuentres el sentido real y la lógica. A mi al principio este hecho me dio un poco de rabia, pero al irlo pensando me empezó a gustar y encontrar la historia más realista y a empatizar más con los personajes. Aún que se me hizo un poco confuso por este final, la historia es muy corta y se lee en un momento. Vas viendo como vive el señor Linh y cómo actúa la gente con él des de su perspectiva, como se siente y lo perdido que esta al encontrarse en un país del cual no conoce a nadie ni entiende el idioma y extraña a sus familiares ahora muertos. Comentar, también, que me encanto la amistad que hace con el señor que no deja de fumar y que entiendo muy bien la necesidad que tienen los dos de llevarse bien y compartir el inmenso dolor de la perdida.

DIARIO DE A BORDO: 21/2/24 Una novela corta y desgarradora. He acabado con las existencias de pañuelos en casa. La historia nos habla de un anciano refugiado de guerra. El miedo por encontrarse en un nuevo país donde no conoce el idioma. El dolor de abandonar todo lo que le es conocido y querido. Los recuerdos de su vida pasada y de los muertos que ha dejado atrás. La lucha por seguir adelante a pesar de los traumas. La soledad de la vejez y la amistad. Totalmente recomendable.

¡Cielos!, cómo me he quedado. Impactante y entrañable novela. Una extraordinaria obra que te lleva por el camino de la soledad junto al señor Linh. Sorprendente y maravillosa lectura en la que además de la soledad, también nos acompañan los sentimientos y la humanidad. ¿Pueden expresarse más sentimientos y emociones en las páginas de un breve libro? Breve, sí, pero entrañable, intenso y sobrecogedor. Dejando la adjetivación que no deja de avasallarme, voy a intentar comentar la emotiva historia que nos acerca a la amistad y también al amor en aquellas personas que han perdido lo que más querían. Y esto es lo que el señor Linh, procedente de un país asolado y destruido por la guerra, en la que han perecido sus seres queridos, debe afrontar. Y junto con su pequeña nieta Sang Diu, viaja en un barco hacia una casa de acogida en una gran ciudad. Y sin conocer el idioma, ni las costumbres, sin conocer nada ni a nadie, intenta sobrevivir con el único interés de salvar a la pequeña a la que viste y alimenta con ternura y devoción. Esa es su única preocupación y motivo para seguir adelante con su soledad. Entonces aparecerá un hombre, el señor Bark, y una gran amistad, aún sin entenderse con el idioma, se conocerán en lo más importante, no hay ninguna duda. Y es que vemos el alma de sus protagonistas. Se unen, se entienden, se relacionan, se buscan y se encontrarán. Ambos han sufrido, han perdido a seres queridos, y ¿qué les queda? Respuesta, la humanidad. Porque es un libro lleno de sentimientos, también los nuestros afloran, es un libro de pérdidas, aunque también de encuentros, y en definitiva, es un gran libro sobre la bondad humana pero también la destrucción.¿Nos reconocemos? Así, en una calle cercana al centro de acogida y en un banco sentados, haga frío, llueva o haga calor, es donde empezará y surgirá, de manera pausada, esa gran amistad, porque, a pesar de hablar idiomas distintos que no conocen, también queda claro que tienen uno muy poderoso en común, y esta es la magia que es capaz de transformarlo todo en una fábula sobre la amistad. Aquí la tenemos y es espectacular. Sin embargo, podemos encontrar algunos rasgos que te llevan a hacerte preguntas muy pronto, te hacen pensar, incluso volver atrás y adelante con cierta extrañeza, pero sobre todo, aparece una inmensa inquietud, que no te abandona hasta las últimas páginas y su final, cuando descubrimos lo que nunca sospechabas. Inmenso, poderoso, grande, inquietante siempre. Durante toda la lectura, se va incentivando el interés hasta la última página, donde un gran final inesperado, sorprendente y conmovedor, te arranca a partes iguales, el dolor, la ternura , el asombro, una sonrisa y una lágrima. Una gran lectura inexcusable para los que aquí estamos.

El libro, a pesar de lo corto, es impactante por la forma en la que puede hacer sentir. Desde el comienzo hace que el lector se ponga en los zapatos de un desplazado por la violencia, un hombre sin tierra, desarraigado, que no puede acostumbrarse si quiera a percibir esos nuevos olores provenientes de lo desconocido. Como lo señala el mismo señor Linh: “Esta tierra no huele a nada”. No es su lugar, allí lo miran con desapego, cómo un extraño. Su lazo con el mundo: la responsabilidad de cuidar a su nieta de pocos meses de nacida. Esa es la forma en la que la vida cobra importancia y hace que el personaje se esfuerce día a día por sobrevivir. Debe llevarla a un lugar en donde no lo comprenden, no me entienden ni su idioma ni sus costumbres. Esa niña debe ser el vínculo para la adaptación, porque la lucha de su bienestar debe fungir como la coraza que usa el caballero para enfrentar a sus oponentes en las justas. Es un viejo con una carga muy alta, él lo sabe pero debe luchar esa última batalla, la de la supervivencia del ser que le es más querido, su responsabilidad. Cómo puede crear un vínculo con esa tierra lejana, en donde lo ven como un bicho raro y se ríen de él? Los caminos del destino son inescrutables, pero actuar bien siempre depara algo bueno para su actor. El señor Lihn, por fin, encuentra un lazo que le permite agarrarse a esa nueva realidad. Gracias a su bondad, a su mirada, logra sentirse en un lugar que si tiene olores. Es recompensado con una de las riquezas más grandes con las que cuenta la humanidad: la amistad. Tiene buen inicio y buen final. Es muy corto pero logra transmitir mucho y eso hace que la lectura sea ama es y enriquecedora. Es un libro totalmente recomendado y pienso que quedará en mi memoria como un texto muy querido.