LA LIBRERÍA DEL SEÑOR LIVINGSTONE

"La librería del señor Livingstone" es un libro amable y cálido nacido para reconfortar a todo aquel que ame la lectura. No es un libro esencial, pero sí uno especial en el que florecen personajes tan peculiares como entrañables en el espacio soñado de una librería a la que es imposible imaginar sin suspirar. El señor Livingstone (el ser más adorable jamás salido de la pluma de un escritor), un librero londinense con muy poco sentido comercial y mucho amor por la literatura, se ve obligado a contratar un ayudante: una joven antropologa española, un poco perdida, un poco frustrada pero también un poco hada, un poco soñadora, un poco mágica. Este es un relato ameno, tranquilo y dulce, sin sobresaltos ni grandes conflictos que entraña en el alma la creencia de que la verdadera felicidad se obtiene paulatinamente, apreciando las pequeñas victorias cotidianas. En resumidas cuentas, un libro para sonreír desde la primera pagina hasta la ultima (y un poco más también).

Como ésta novela transcurre en Londres, debo decir que tiene partida de caballo inglés. Comienza rimbombante con sus aprestos de una encantadora librería y personajes interesantes, para ir derivando en un difuminado color rosa pálido y una trama que aunque entretiene se va enredando en poco convincentes romances. Veamos. Por las puertas de una librería bastante especial, atendida por un librero de estampa taciturna y sobria llamado Edward Livingstone, hace su ingreso Agnes Martí, una deprimida joven arqueóloga que circula por Londres buscando trabajo en cuanto museo existe. Ella, a la que permanentemente se le define como una “hada” sin quedar muy claro por qué (aparte de que le gusta caminar en calcetines y ser de grácil figura), decide aceptar la oferta de convertirse en ayudante del librero mientras continúa su búsqueda laboral. Y así empiezan las cosas. En la librería hay literatura de siglos pasados, circulan anécdotas de escritores, se pronuncian citas célebres y recomendaciones de títulos por doquier. Eso está muy bien. Y están muy bien también algunos diálogos ingeniosos que sacan más de una sonrisa. Y algunos personajes, como el mismo míster Livingstone, que de gruñón no tiene nada, están bien construidos. Los paseos por Londres y alrededores, son muy buenas guías de los circuitos culturales, museo británico incluido. El lado oscuro de la luna está representado por el romance, poco convincente. Si se quiere explotar el lado romántico, que sea bien hecho, que valga la pena. Y la transformación tan radical de los personajes, algunos de ellos no se habían acercado ni a dos metros de un libro de ficción y de la noche a la mañana pasan a ser adictos y comprensivos lectores. Y un desenlace liviano y más que predecible. En fin. Estamos ante el caso de una novela “feelgood”, para sentirse bien y asegurar un final para sonreír. Y así no más hay que asumirlo. Todos felices y a otro libro.

"Y se preguntaba si era posible que todas las cosas buenas de la vida cupiesen en una librería" La respuesta no tiene duda si esta librería la encontramos en un pequeño y encantador barrio de la la mágica ciudad de Londres, accedemos a ella empujando una pluma y, una vez dentro, con una rápida mirada alrededor, observamos las paredes llenas de libros, nos atrevemos y subimos unas escaleras de caracol mientras acariciamos una preciosa barandilla que nos lleva a la segundada planta, para descubrir acogedores rincones y un techo de cristal que nos permite admirar el cielo del encantador barrio londinense del Temple ¿Qué buen lector no encontraría el paraíso en un lugar así? Esta librería existe gracias a la pluma de Mónica Gutiérrez. Está regentada por el señor Livingstone, un misántropo al que no le gusta la gente pero que se rodea, con muchísimo amor, de peculiares personajes con los que prácticamente convive dentro de su librería. Un hombre íntegro, Inteligente, educado y con un humor irónico que combina en sus conversaciones con constantes citas de sus autores favoritos. En más de una ocasión nos hace sonreír. Agnes Martí, junto con Livingstone es el personajes principales de la obra, junto a ellos, Oliver Twist, un niño con todas las papeletas para ser de lo más repelente pero que sin embargo no puede ser más entrañable; Siovan, la novia de Edward Livingstone, una editora que encaja a la perfección con el librero y John , el enamorado de Agnes. Lo mejor del libro, la constante mención de obras y autores, además de las citas de pequeños párrafos de muchos de ellos ¡es toda una oda a la literatura! así como las descripciones de los lugares por donde se va desarrollando la historia. Dan ganas de coger un avión y salir corriendo para llegar a Londres lo antes posible. Lo peor: el pasteleo, demasiada tarta de fresa, en ciertos momentos pensé que me iba a dar un empacho de azúcar. No soy yo de un romanticísmo tan exagerado, un poquito vale... pero, tanto... Para mi gusto, Mónica se ha pasado. Bueno, no me quejo, lo uno por lo otro, como postre de After Dark y aperitivo de Africanus, no ha estado mal. En realidad buscaba un relleno.

📚🪐🧠 • La fórmula que se genera combinando libros, rincones ingleses, astronomía, arqueología y ternura, jamás podría fallar. La autora brinda una historia entre varias generaciones, donde juegan la picardía, humor ácido, y dulzura. Manuscritos, la evolución de complicidad entre un librero [y su docilidad disfrazada de distante terquedad], un niño, y los detalles de trasfondo que proporciona una historiadora, conforman un lindo relato, sin mucho conflicto ni plot twists; sí llevadero y ameno. Linda, sin demasiada intriga, propensa a fomentar la felicidad y coraje. • 🧠🪐📚 ["Su mundo era su librería; su estado, la lectura; y su Constitución, el índice alfabético de títulos y autores que había informatizado hacía unos años pese a que era capaz de encontrar de memoria cualquier ejemplar." M.G.]

📇 20/02/2021 Es un libro especial✨, cargado de referencias literarias, que transcurre en una preciosa y mágica librería de Londres "Moonlight Books". Es la librería que todos los amantes de los libros, desearíamos encontrar en nuestro barrio. Los personajes son entrañables, sobre todo me cautivó el pequeño Oliver. Es una lectura sencilla y agradable llena de libros📚, amistad y amor.💞

A riesgo de ser visitado en breve por el querubín fantasma de los amores pasados, futuros y presentes; consciente de que si por mí fuera, las floristerías solo venderían cactus el día de San Valentín, advierto, basándome en hechos absolutamente reales: Que el romance de la presente novela me produjo tal reacción que acabé en la UCI conectado a un gotero de 500 litros de insulina. Síntomas: - Parálisis cerebral. - Severo bizqueo ocular, llegando a juntarse el ojo izquierdo con la oreja derecha y viceversa. - Rotura de pleura. - Disminución del apetito en cualquiera de sus formas. - Hipo. - Dolor menstrual. - Alopecia. - Ganas de asesinar a la suegra ( no está demostrado que se deba únicamente al libro) Agnes y John, por dios bendito, por la salud de este Scrooge del corazón, amaros cuanto os venga en gana, pero no me lo contéis. Igual que en las cajetillas de tabaco se incluyen mensajes apocalípticos, la OMS debería obligar a determinadas novelas a advertir sobre la elevada cantidad de azúcar que su lectura aportará a nuestro sistema. Pero la librería del señor Livingtone, supongo, tiene otras virtudes y sería injusto no aplaudirlas. Estoy convencido de que muchos de los que deambulamos por estos lares estaríamos encantados de trabajar en un lugar tan mágico como Moonlight Books. Una librería muy especial llena de seres tan maravillosos como extravagantes, es sin duda, la baza más creativa, y redonda de Mónica Gutiérrez. Un niño llamado Oliver Twist que es dejado en el comercio por su abogada madre como si de una guardería se tratara. Un escritor residente, que sólo es capaz de encontrar a las musas en un rincón de este excéntrico hogar del libro Una clientela digna de acabar con la paciencia del más tibio de los hombres y, sin embargo o precisamente por ello, gente adorable. Un librero cascarrabias y misántropo absolutamente adorable. A esta entrañable casita azul llegará Agnes, arqueóloga perdida en Londres en busca de sus sueños, y un personaje que dejó de gustarme en el preciso momento que se enamoró. Sin el romance, la obra transita entre cuero, tinta y grandes clásicos de la literatura inglesa. Pura delicia. Llena de citas que serán instantáneamente añadidas a tu cuaderno de notas. Pero cuando el amor entra por la puerta, Rafa salta por la ventana, más aún cuando la almibarada pareja todavía no ha superado la barrera del primer pedo. Feel-good le llaman a lo que toda la vida se ha conocido como pastelazo de tomo y lomo. Al menos queda más chuli. ¿Verdad que sí, cari? Sentimientos encontrados, pues todo lo que rodea a esa maravillosa librería, la convierte en un mundo fascinante donde el placer no es otra cosa que perderse entre sus páginas. ¿ Y el amor? ¿De verdad era necesaria esa parte en tan mágico relato? ¿ A qué tanto interés de llevar a lectores como yo al borde del suicidio? No te lo perdono Mónica, pero si te reconozco que con todo lo demás disfruté como un enano, y no le realizo una genuflexión porque a buen seguro tus pies huelan a algodón de azúcar en lugar de a Roquefort.

Ha sido una lectura preciosa y acogedora, es de esas historias que apetece leer en un día frío bajo una manta y acompañándola de una bebida caliente. La ambientación se presta a ello desde el principio: estamos en Londres, en pleno invierno y rodeados de libros y de personajes entrañables. Agnes es una arqueóloga catalana en paro que decidió mudarse a Londres porque esperaba solucionar su vida laboral. Las semanas van pasando y teme tener que volver a España sin haber conseguido su sueño, cansada y desolada tras la entrega de muchos currículum. Su amiga y compañera de piso le sugiere que se dé un paseo por la zona del Temple para serenarse y despejarse. Allí se encontrará con la librería más acogedora del mundo regentada por un supuesto librero gruñón: el señor Livingston. Justo en ese momento el librero busca a un ayudante y Agnes parece ser la candidata perfecta. Me encanta la pluma de la autora, siempre es un placer leerla. Su estilo es delicado, fino y que logra transportarte a los lugares que describe. Es una novela llena de recomendaciones de libros, esto siempre es un plus, y de citas literarias.

Hace 3 días estoy dando vueltas en mi cabeza sobre este libro, qué pensar, qué sentir al respecto y sobre todo qué decirles a ustedes, queridos amigos. Después de mucho meditar, ir y venir, me he decantado por lo más honesto que puedo decirles y eso incluye mis contradicciones...de niño me preguntaba porque "he-man" tenía que arriesgarse y luchar contra los malos en todos los capítulos, yo quería que tuviera un día tranquilo. Eso no pasó nunca en ningún lado, las historias siempre están repletas de conflictos que llegan luego de una linda introducción y se resuelven hacia el final de las más variadas formas. Este libro llegó a satisfacer a mi niño interior, aquí no hay nudo ni desenlace, es una gran y bella introducción hasta el punto final. Nos encontramos con personajes muy queribles y con una cantidad de citas a otros libros y autores bien colocadas e inacabable. Me gustó, me puso contento y me dejó extrañado, pero recomendarlo es todo un riesgo.