EL LIMONERO REAL

EL LIMONERO REAL (1974) de Juan Jose Saer es una novela que se constituyó con el correr de los años y junto con "Cicatrices" y "Glosa" en uno de los mejores muestrarios narrativos de un escritor. Si Cicatrices era un solo hecho descompuesto en diferentes puntos de vista y Glosa era la reconstrucción de un punto de vista ilusorio en base las versiones sobre un hecho, "El limonero..." es un mundo cerrado en un tiempo y bajo una mirada determinada. Se trata de un día entero en la vida de Wenceslao. Saer, para escribir este día entero, necesito un total de nueve años de trabajo. El resultado es admirable. Nuestra cabeza esta cruzada no solo por un arco narrativo en tiempo presente. Pensamos en pasado todos los días de nuestra vida y dedicamos al menos un recuerdo al día a revisitar ciertas partes de nuestra historia personal para recontarnoslas a nosotrxs mismos. ¿Por qué hacemos esto? Saer no propone solución alguna, solo lo muestra. Ese día de año nuevo nuestro protagonista rememora la muerte de su hijo ocurrida seis años atrás y se encuentra con su familia con la que va a comer un cordero asado en la última noche del año con sus hermanos, sus sobrinos y sobrinas y sus padres. La prosa de Saer va tomando consistencia a medida que transcurrimos por sus páginas. Es el legamo que se junta con otros sedimentos llevados por la corriente y va acumulandose capa sobre capa formando las islas del litoral, esa zona que es la zona donde transcurren todas las historias de Saer, aun las que geograficamente no ocurren allí. El limonero real, con sus regresos memorísticos, el fundido a negro de la conciencia, el registro de una forma de hablar que no es la formal, es un desafío de lectura que a muchos puede parecerle desolador para afrontar. Otros lectores, aquellos que vuelven con obsesiva tozudes a las prosas díficiles sentiran con el libro la posibilidad de alcanzar una cima. Uno no sabe bien que cima alcanzó, pero sabe que para comprender este universo narrativo el esfuerzo ha sido grande y la recompensa...alta.

Toda la historia me conmovió, los hechos y el relato que me acercan a un lugar muy conocido, mi querido Río. Que complejo y que humilde. Hermosa lectura para recomendar.

Lo leí por recomendacion. "Es lento pero dale tiempo". Nunca mejor dicho. Una vez que te adentrás en las descripciones de este hombre no podes salir. Incluso volvés a leer párrafos porque no podes creer lo que está escrito. Es un libro que suena, y que para mi sorpresa huele. Nunca se me habian jugado tantos sentidos en un historia. Y además sumamente visual, tan visual que traslada, te transporta a ese mundo litoraleño. Y cuando pensas que entendes la lógica de la prosa, te descoloca de una manera abrumadora. Que lindo viaje este libro.

La historia se construye con muchos detalles y uno siente que está en esa tarde calurosa a orillas del río, esperando que ella pueda salir de la tristeza y de la casa.

Esta novela me produjo un carrusel de emociones contradictorias. Me llevó casi un mes leerla, porque para leer a Saer hay que estar predispuesto, un ambiente relajado, sin distracciones. Es fácil perder el hilo de la narración porque Saer se permite jugar y experimentar con su obra, cambiando tiempos verbales, intercambiando narradores, yendo y viniendo. Hubo momentos en que me agotaba y quería dejarla; otros en que quedaba maravillado por las imágenes que el autor describía con la minucia de un orfebre. Al no tener capítulo marcados, cuesta también encontrar los momentos de "descanso"; la narración es un vértigo constante. El limonero real transcurre en un día, el último del año, y se basa en dos ausencias que afectan al personaje principal, Wenceslao: la de su hijo, y la de su mujer. El arte de Saer consiste en hacer pensar que no pasa nada, narrando lo más trivial en un grupo de personas marginales de la ribera de Santa Fe que festejan el fin de año. Lo que más me gustó: el trabajo de cada uno de los personajes, las acciones, cómo hablan, cada uno con su sello distintivo.