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Sinopsis de CINCO HORAS CON MARIO

Novela que pone al descubierto el alma femenina para llegar al fondo de la sociedad española de su tiempo. Retrata, desde la voz más íntima de una mujer, la complejidad de todo un país. A través del soliloquio de Carmen, una mujer conservadora de clase media-alta, Delibes recrea los problemas de comunicación en el matrimonio, la sociedad provinciana de la época y el conflicto de «las dos Españas», temas que hoy siguen vigentes y con pleno sentido en nuestra lectura contemporánea. Una mujer acaba de perder a su marido y vela el cadáver durante la noche. Sobre la mesilla hay un libro ―la Biblia― que la esposa hojea. Va leyendo los párrafos subrayados por el hombre que se ha ido para siempre. Una oleada de recuerdos le viene a la mente y empieza un lento, desordenado monólogo en el que la vida pugna por hacerse real otra vez. La pobre vida llena de errores y torpezas, de pequeños goces e incomprensiones. ¿Ha conocido Carmen alguna vez a Mario? Escuchamos el irritante discurrir de estrecha mentalidad de la esposa mientras otro hombre irá poco a poco descubriéndose, para el lector aunque no para ella, con toda su desesperanza y su fe en la vida.

25 reseñas sobre el libro CINCO HORAS CON MARIO

Mario acaba de morir. Su mujer, Carmen, sobrevive a los pésames y las frases hechas destinadas para tales eventos. Cuando llega la noche decide hablar con su marido. Así comienza un monólogo que abarca prácticamente la totalidad del libro. En dicho monólogo Carmen expresa a borbotones muchas de los reproches interiores que siente hacia Mario. Saldrán a flote los elementos que definen a una y otra persona de esta pareja: recovecos, manías, estrecheces de mira, objetivos, metas, meteduras de pata, sexualidad reprimida, decepciones, vivencias, ilusiones, etc. Pero también es un retrato de dos tipos de mentalidades de la época en la cual en España había grandes polaridades: ricos/as y pobres, de izquierdas y de derechas, religiosos/as o no, etc. El personaje de Carmen, o Menchu, es increíble. Delibes utliza sus reiteraciones y su lenguaje para transmitir ese murmullo constante y esos runrunes que han atormentado y aún hoy atormentan a esta mujer con muchas necesidades insatisfechas. Me ha parecido una obra impresionante que, si bien puede cansar en algún momento, habla de tantísimas cuestiones importantes en la vida de cualquier persona que asombra que el medio para hacerlo sea precisamente un monólogo. Es una obra psicológica, social, crítica, descriptiva y mucho más. Se habla del amor, del deseo, de la muerte, de las rigideces morales y sociales, de las apariencias, de las expectativas, de las ilusiones frustradas, de la pareja, de los principios, de la ignorancia, del miedo, de inteligencia, y de mucho más. Lo mejor: de todo lo que habla y de cómo consigue que el lenguaje de un personaje denote tanto.


Cuando comencé éste libro no sabía qué esperar de él, me gusta leer todo tipo de literatura, pero, es verdad que lo referente a muertes me da un poquito de respeto. Hace muchos años leí "El camino" de Delibes, fue un gran libro y me gustó mucho. Sin embargo éste desde la mitad hasta prácticamente tres capítulos antes del final me ha aburrido muchísimo y estaba deseando terminar. Pero he de decir que me ha gustado el final, no lo esperaba, o bueno, sí pero no, ( si lo leéis sabréis a lo que me refiero) me hace reflexionar sobre la sociedad, recrea muy bien la España de aquella época y cómo se vivía entonces, y por desgracia creo que no hemos cambiado mucho en algunos aspectos 🙄 Cómo siempre os invito a que lo leáis.


Lectura obligatoria en el colegio. Y lo sigo recordando como imprescindible.


La viuda de Mario nos cuenta su vida en común mientras el fallecido está corpore insepulto.insatisfacciones, mezquindades y otras situaciones muy normales en la vida cotidiana, contado con la maestría de Miguel Delibes.


La gran mayoría de la obra está formada por el monólogo que Carmen Sotillo pronuncia ante el cadáver de su marido Mario Díez al que está velando. A través de este monólogo, Delibes nos enfrenta a las dos Españas: la España opresora, representada por el personaje de Carmen, y la España oprimida, representada por Mario. A través de las palabras de Carmen, podemos descubrir a una mujer elitista, clasista, tremendamente superficial y materialista. Además, el monólogo está repleto de los reproches que Carmen le lanza a su marido (por ejemplo, que no le haya comprado un 600, cuando todo el mundo tiene uno, o que no le haya dedicado el suficiente cariño que un marido se supone tiene que dedicar), cuyo único objetivo es intentar justificar lo que se revela al final del monólogo, pero que el lector intuye a lo largo del relato. Al final de la novela, te acabas apiadando de Mario, el hombre de izquierdas que ha fallecido, y juzgando a Carmen como una mujer opresora. Esta es precisamente la intención que tiene Delibes con esta novela, poner en evidencia el discurso del régimen franquista con una velada, pero evidente crítica. Todo ello lo consigue a través del empleo de la técnica del monólogo interior. Esta técnica está en relación con la corriente objetivista y experimental de la novela española de la década de los 60, con la que pretende dar un mayor protagonismo a los personajes y dejar en segundo plano al narrador.  La verdad es que he disfrutado bastante con la lectura de esta novela. Aunque llega a hacerse en algunos momentos algo pesada por la insistencia de Carmen Sotillo en determinados temas, creo que es una gran novela innovadora que representa muy bien a las dos Españas y que consigue sacarte alguna que otra sonrisa a lo largo de la lectura. 


Entre mis libros favoritos. El escritor involucra y mete en la situación de la situación al lector. Lectura ligera y entretenida. Totalmente recomendada.


Cinco horas con Mario es una de las novelas más conocidas de Delibes. Publicada hace casi medio siglo, no ha perdido vigencia, ni literaria ni humanamente. Es lógico que el país haya cambiado mucho desde entonces. También la mentalidad de sus ciudadanos. Sin embargo, los sentimientos de los personajes, salvando las distancias, sí permanecen. Y, desde luego, el monólogo interior que cada uno de nosotros mantiene en las horas y días posteriores a la pérdida de un ser querido existe de forma innegable. ¿Quién no ha hablado con un muerto, sobre todo en esas primeras horas sin él, aunque todavía con su cuerpo visible y con algo de calor en su interior? ¿Quién no le ha agradecido lo bueno y reprochado (en menor medida, pues parece que la muerte casi todo lo perdona) lo malo? La novela comienza con la impresión de la esquela aparecida en los periódicos de marzo de 1966, fecha del extraño y desde luego inesperado fallecimiento de Mario Díez Collado, a la temprana edad de 49 años. Además de informar de la muerte de Mario, la esquela nos sirve para conocer a su familia: su esposa Carmen, sus hijos Mario, María del Carmen, Álvaro, Borja y María Aránzazu y hermanas, cuñadas, etc. Esto es importante, pues todos los personajes citados en la esquela, y algunos más, irán apareciendo en el monólogo de Carmen ante el féretro de su esposo.El monólogo, de 27 capítulos, va precedido de una introducción y seguido de un epílogo o desenlace en el que aparecen los signos y gestos más o menos típicos de momentos tan desagradables como el que la novela trata. Los besos, los pésames, los apretones de manos, los golpecitos en la espalda, las frases que vienen (o no) a cuento en esos instantes, los reconocimientos, los susurros, las alabanzas, las críticas, el recogimiento de unos, la entereza de otros, los aspavientos de los más exagerados, etc. Lo primero que llama la atención de la novela es la forma en que la esposa se dirige a Mario. Le habla como si aquel todavía estuviera vivo y, por tanto, pudiera escucharla. Algo que se mantiene hasta la última línea del monólogo, que conmueve y sobrecoge a la vez. Algo que indica que Carmen se resiste a la idea de que su marido, con sus mil y un defectos, no volverá ya a la vida. La impotencia que siente al ver que él no le responde irá creciendo a lo largo de novela, hasta un final que no desvelaré (por si alguien todavía no la ha leído).Del monólogo, por no demorarme demasiado - pues daría para muchos párrafos -, me centraré en la presentación de las dificultades y momentos tensos del matrimonio, que los ha habido, desde luego; y en la crítica social que Delibes hace de la sociedad de la época: hipócrita, fingida y vivida de la cara a los demás. Carmen es presentada como una mujer conservadora, estricta, intransigente, defensora a ultranza de su familia y de la moral y los valores cristianos y criticona de todo lo que atente contra lo anteriormente expuesto. Por contra, Mario representa el polo opuesto: luchador, comprometido, inconformista, intelectual, moderno y no expuesto a la norma de la época. Las discusiones entre ambos, pues, serán la norma durante el casi cuarto de siglo de convivencia en común.La novela aborda temas tan importantes e interesantes como la falta de comunicación en el matrimonio, la necesidad de compartir aspectos básicos sobre la educación de los hijos, el machismo (visto desde ambas perspectivas, la femenina y la masculina), el conflicto de las "dos Españas" - recordemos que la época abordada por la novela es 1966, en pleno franquismo - y hasta la lucha de clases. El lenguaje coloquial de la época, el desorden temporal en la exposición de los hechos y las repeticiones de los más importantes (para Carmen) otorgan a la novela mayor verosimilitud, agobio y también carácter cómico.Los largos párrafos de cada capítulo - todos ellos comienzan con introducciones sacadas de la Biblia que Mario leía a menudo y que descansaba en su mesita de noche, con algunos pasajes subrayados -, con muchas comas pero pocos puntos, imprimen una velocidad a la lectura y a los pensamientos que en ocasiones llegan a provocar vértigo. Un vértigo que es, precisamente, el que debe sentir la propia Carmen al pronunciar su soliloquio. Una amalgama de hechos, acciones y sentimientos que amenazan con desprenderse de su boca y perderse para siempre. Con todo, pese a que Carmen es presentada de forma que caiga mal al lector - sobre todo de género masculino -, tampoco Mario sale bien parado en algunos temas: desatención de su esposa y de sus hijos, falta de ímpetu en las tareas domésticas, incomprensión hacia su mujer, depresión, etc. Y es que cuando un matrimonio fracasa - y lo hace con mayor facilidad de la mostrada por el número de divorcios -, aunque una de las partes tenga más responsabilidad que la otra, ambas son copartícipes del mismo. Eso sí, como bien demuestra Carmen a lo largo de las cinco horas que pasa a solas con su esposo, siempre quedan los "te quiero", los "cariño" y los "amor".


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FRASES DEL LIBRO CINCO HORAS CON MARIO

Mira Mario, veintidós años y todo el día de Dios leyendo y pensando, que leer y pensar es malo, cariño, convéncete...


Publicado porSergio Ramon

Una mujer es un ser indefenso, Mario, necesita que la dirijan, calamidad, por eso me hubiera horrorizado casarme con un hombre bajito, que la autoridad debe manifestarse inclusive en la estatura, fíjate, que te parecerá una bobada.


Publicado porSergio Ramon

Y no es que yo vaya a decir que no hay injusticias, ni corrupcion, ni cosas de esas que tú dices, pero siempre las ha habido, no? como siempre hubo pobres y ricos, Mario, que es ley de vida, desengáñate.


Publicado porSergio Ramon

¿No te parece significativo, por ejemplo, que el concepto de lo justo coincidiera siempre sospechosamente con nuestros intereses?


Publicado porDubudubu

Amor, amor, dale con el amor, qué sabrá de amor un hombre que la noche de bodas se da media vuelta y si te he visto no me acuerdo.


Publicado porNines65

Todo el mundo tiene un montón de lágrimas por derramar en la vida, es como una fábrica, lógico, y si no las echas a tiempo, las echas a destiempo, la cosa no tiene vuelta de hoja.


Publicado porDubudubu