Bella y oscura es el relato alegórico de lo que poseemos sin haber conquistado: la sabiduría de la infancia. Es la evocación de un tiempo pasado, solitario, fermento necesario de la libertad esperada; es la belleza que la fantasía extrae de la crueldad y de los inocentes olvidos de la niñez. En Bella y oscura se cuenta la infancia vivida y soñada de una niña que viajará desde la soledad del orfanato hasta el marginal Barrio donde la acoge una singular familia: Doña Bárbara, su abuela, mujer de poderosa presencia; Amanda, su tía, de carácter débil, sometida a Segundo, un marido egoísta y pendenciero; Chico, su primo, taciturno observador y vigilante de la actividad del Barrio; y Airelai Una obra distinta, de admirable contención expositiva, que confirma no sólo el pulso narrativo que reconocemos en Rosa Montero, sino también su voluntad radical de sustraerse a toda rutina literaria y su capacidad para crear un rico y maduro mundo propio.
Es una novela extraña y muy peculiar. Te adentra en un mundo de fantasía a la vez que te muestra lo más oscuro de la vida. Bastante interesante.
Aunque la historia está centrada en la mirada infantil, lo cierto es que Rosa Montero logra penetrar en los más recónditos recovecos del alma pueblerina española. Retrata en forma óptima los miedos, los deseos, las fantasías de esos seres. Y como regalo, está la imaginación de Airelai, que nos recuerda tanto su novela anterior, "Temblor". Obra bien lograda.
Las palabras crean mundos, y son capaces de crearme ahora, mientras te estoy escribiendo, la ilusión consoladora de tu presencia.
¿Saben qué? Todos los viajes terminan convirtiéndose, antes o después, en una pesadilla…
Todos los humanos llevamos dentro de nosotros la posibilidad de ser divinos y también la de ser diabólicos.
Porque si hay algo seguro en ese inseguro mundo es que el tiempo siempre se cumple y que el final siempre nos atrapa.