Habla del daño que produce una relación tóxica y cómo consentimos que nos destroce. Naces, creces, amas, te rompen, aprendes y no mueres hasta que alguien deja de quererte. Estos poemas son la historia de Ella, la que fue callada porque sus gritos resonaban demasiado alto. Ella, que dejó de ser suya porque quien debía liberar su sonrisa, la acabó enjaulando y aplastando contra el asfalto. Sola, fue capaz de levantarse, de mirar a la cara a su pasado y decirle: «No me has vencido, soy indestructible». Ahora que ya bailas, el mundo entero va a quedarse a tus pies y donde antes había silencio ahora habrá música. La tuya.
Poemario nuevo. Fuertemente enfocado en la violencia de género. Asertivo, directo y punzante. Con gajos de amor maduro.
Este libro me ha enseñado muchas cosas. Me ha tocado fibras íntimas. Me ha hecho hasta llorar. Es sencillamente hermoso ver cómo con un poema se puede decir tanto.
«...los celos no son amor, la posesividad no es amor, la superioridad entre dos iguales NO es amor».
Duelen las heridas, sí, pero duele más no ser capaz de curártelas solo. No quiero que la poesía sea mi escudo, sino mi arma. Viajo en este tren sin rumbo fijo porque nunca he vivido de otra forma que no sea preguntándome qué coño vendrá mañana.
El amor era demostrarte cada día que, aunque al final todo resultase ser un error, lo volvería a cometer mil veces.
Lo mejor era que, cada vez que te miraba sonreír, me sentía un paso más cerca de la vida y cien más lejos de la muerte.
Hazlo si te atreves, pues hay que ser muy valiente para decirle a un niño que este es el mundo en el que vivimos, que este es el futuro que les dejamos.