El retrato de la oligarquía limeña que refleja el mundo de la oligarquía de otras muchas ciudades contemporáneas. El personaje central, Julius, un niño inteligente y bien tratado por la fortuna, un retoño feliz del bienestar, es principalmente un pretexto, el punto de continua confluencia de un sistema de costumbres y de ideas que configuran una situación teñida de buen gusto, amenazada por la fragilidad y subrayada por una injusticia terrible.
Un libro muy divertido .. me encanta la forma como Bryce trata de transmitir la forma como Santiago, el papá de Julius decía CARAJO!! Soy sincero, lo he intentado repetir. Te llegas a familiarizar con los personajes e inevitablemente llegas a sentir una especie de nostalgia por la niñez y la inocencia de Julius. Si eres peruano estás obligado a leerlo.
Uno de mis libros favoritos, los personajes te conmueven siempre de alguna manera. El estilo de Bryce Echenique es una delicia humorística y enternecedora a la vez, no sabes si reír o llorar. Si estás pensando en ver la película, POR FAVOR, lee el libro antes, es una joyita.
Excelente manera de empezar el mundo Bryce. La mirada tierna, crítica, ácida y muchas veces inocente de un pequeño que va descubriendo sin saberlo, la vida cruda y dura en un ambiente que refleja las taras y despropósitos forjados por una élite que a pesar que firma día a día su acta de defunción se resiste a desaparecer.
Susan: ¡fue ayer!, ayer cuando conoció a un peruano en Londres y se casó con él en Lima, ahora se casaba en Londres con un peruano conocido en Lima. Pensar que Juan Lucas estaba en Londres cuando ella salía con Santiago…
Otros niños también llegaban, que se conocían y no, niños lindos y no, desenvueltos y no, allí todo el mundo rivalizaba en belleza, en calidad, en todo lo que se podía rivalizar frente a la puerta de los Lastarria y era un poquito como si todo el mundo se estuviera odiando.
Porque solo el miedo los llevaba hacerse promesas y a decirse cosas que realmente no eran necesarias pero que eran tan hermosas"
El despecho era un sentimiento huraño que, mezclado con el licor, podía llegar a ser un despecho enfurecido.