TIENE QUE SER AQUÍ

Dos renglones bastan para que mi subconsciente encienda la alarma y pase a un primer plano. Dos páginas y el flechazo es profundo. Capta toda mi atención y transito de lectura a divina contemplación. Dos capítulos y mi espíritu se eleva. Levito por el océano de una prosa que me mece y arrastra hasta el centro de su gravedad. Y entonces, solo tengo ojos para ella. Limpios. Curiosos. Ávidos. O' Farrel me deslumbra con una estructura que no siempre sale bien, pero que ella trenza con dedos alquimistas. La equilibrista del espacio y tiempo. Autora y su trapecio en el más difícil todavía. Tripe salto mortal con caída firme, limpia, sin un rasguño. Letras sencillas pero pulidas en blanco marfil. Una buena cantidad de personajes, todos con su propio lenguaje y personalidad danzan alrededor de Daniel y sus tormentos. Viven, fluyen y respiran tanto en su independencia como en lo orquestal con armónica precisión. Pasado y presente en un puzle cotidiano y coherente en su perfecta imperfección. Tiene que ser aquí es una novela repleta de saltos temporales donde la obsesión del ayer destroza la calma del hoy. Pero también una puerta abierta a la redención, a la reconstrucción y las segundas oportunidades. Un amor. Dos huidas. Hacia atrás; hacia adelante. Un camino repleto de vivencias, tropiezos y dramas cotidianos y excepcionales común a cualquier mortal. Pura vida. Padres e hijos que invierten los papeles cuando la ocasión lo requiere. Amor incondicional como medicina de las horas bajas. Una novela que me sorprende por su equilibrio, por su cadencia y por su asombrosa y exquisita inteligencia emocional. A veces dura, otras entrañable y siempre hermosa. Otra vez enamorado. La monogamia literaria es una distopia inalcanzable. ¡Ciencia ficción!

Este es uno de esos libros que te confunde y te sorprende al mismo tiempo. Cuando terminas, en lo único que piensas es en conocer toda la bibliografía de la autora porque sabes que has dado con un filón, por original , fascinante, diferente. Una historia que alterna cada capítulo centrándose en un personaje y que combina además varios contextos y tiempos de manera que inicialmente es necesario ir tomando nota para no perderte. Lo que en un primer momento puede resultar desconcertarte, va cogiendo ritmo y se van acomodando todas las secuencias de los personajes para formar una historia muy emocionante. Pero vayamos a la historia .Daniel es un especialista en lingüística que se encuentra por casualidad con una,mujer joven y su hijo en un lugar recóndito de Irlanda. Descubriremos qué hacen allí y por qué dos personas tan diferentes se cruzan en la vida de manera determinante. Aunque hay un protagonista como eje de la historia, su círculo vital y social no es menos importante. Quién es y qué ha sido de él ayuda a conocerlo realmente, mostrando tanto en sus mejores cualidades como en sus horas bajas. Me gustó mucho conocer en profundidad cada uno de los personajes , su perfil, personalidad, intereses y su propia historia personal aunque reconozco que algunos capítulos son irelevantes. La estructura de los capítulos desordenados en el espacio y en el tiempo en donde se profundiza en un personaje produce el efecto de no conocer la historia de manera lineal generando así suspense donde al final todo encaja, todos los hilos se unen, el pasado y el presente, más allá de la geografía o el origen de cada persona el lugar donde acaba una persona siendo feliz, a veces es circunstancial,cuestión de suerte o,por qué no, del destino.

Reconozco que mi problema es que lo primero que he leído de O´Farrell es Hamnet. Y bueno, después de aquello, existe el riesgo que cualquier cosa se puede ver pálida. Así llegué a “Tiene que ser aquí” sobándome las manos, dando por anticipado que Maggie me iba a hablar otra vez a mí y de nuevo me iba a estremecer con lo que contara. Y es cierto que esta lectura la disfruté, pero no me encandiló. Tampoco recuerdo algún pasaje que me haya llevado por los húmedos senderos de la emoción. Pero, qué duda cabe que está bien escrita. Con una arquitectura inteligente, de muchos saltos temporales en cada uno de sus veintisiete capítulos. (Que comprenden casi siete décadas) y espaciales (variados lugares en tres continentes). En la novela siempre ronda la necesidad y la lucha por construir familia y el significado de la búsqueda y el sentido de pertenecer a algún lugar del mundo ¿Será aquí donde me quedo? ¿Tiene que ser aquí donde está mi lugar? Lo que ocurrió alguna vez, en la lejana adolescencia y juventud, lo que quedó pendiente es una voz en la conciencia y en los sentimientos y puede no dejar vivir el presente y lo que es peor, se atraviesa amenazante en el futuro. Maggie O´Farrell nos dice que la vida es un constante optar entre distintas rutas que elegimos al llegar a los cruces de caminos. Y allí está lo difícil. Y también nos dice que siempre habrá segundas oportunidades. Incluso pueden haber, y las hay, las benditas terceras oportunidades. Y a ver si atinas en la tercera. Dos protagonistas, que O´Farrell se las ingenia para que siempre las cosas se relacionen con al menos uno de ellos, en el puzzle que va armando en los veintisiete capítulos: Daniel Sullivan, de Nueva York, con hijos en California, con intereses en algún lugar montañoso, aunque cerca del mar en Irlanda y que fue estudiante de intercambio en Inglaterra. Y doña Claudette Wells, de origen parisino, madre y rutilante estrella de cine, que decidió cambiar la fama por el anonimato y una tranquila vida en el campo. Y también hay otros personajes, los hijos, los ex, los que alguna vez se atravesaron por alguna razón en la vida de los protagonistas, todos muy reales, hay que decirlo, ¡Maggie, si los hiciste de carne y hueso! Claro que entre tanto ir y venir en el tiempo, algún errorcillo de fechas y edades que no calzan aparece por allí, pero mejor dejemos que cada quién lo descubra y si pasa piola, pues mejor. Y Maggie, finalmente sólo agradecer las escenas que construyes, como si fuera el montaje de una película (bueno, pues hay una actriz y cosas del cine en el argumento) y especialmente esa pasada por el salar de Uyuni, en nuestra Sudamérica. Me hiciste recordar mi época de mochilero cuando arriba de un vagón de carga lleno de minerales, porque no había otro medio, crucé un salar más pequeño, al norte del de Uyuni, en Bolivia, atesorando en la memoria y los sentidos uno de los paisajes más alucinantes que he visto y gracias a tu relato ese recuerdo se agiganta. Seguiré buscando otro Hamnet, porque no fue este de aquí.

Todo lo que leo de esta autora me gusta. Y este libro es una muestra más. Una gran autora, con la que sientes su poderosa maestría en la manera de presentarnos las relaciones entre el pasado y el presente, así como la enorme complejidad de la estructura, son veintisiete capítulos en los que cada uno transcurre en momentos temporales diferentes, en lugares distintos y con narradores diversos, además de muy numerosos. Sin embargo, esta es precisamente una gran habilidad de la autora, que logra mantener en todo momento la coherencia y por supuesto nuestra atención. Todo se irá revelado poco a poco y desde los diferentes puntos de vista de cada uno de los personajes, e incluso, a veces, sabemos lo que va a ocurrir, antes que el propio protagonista. Y la intriga se mantiene y se acrecienta. Si hablamos del título, se puede explicar como la necesidad y la búsqueda de tener nuestro sitio, de encontrarlo, ese lugar donde todos podemos decir “Tiene que ser aquí” porque es al que sentimos que pertenecemos. ¿Habéis encontrado vuestro sitio? ¿Estáis en él? Yo sí lo encontré pero no estoy en él. Una gran novela que podemos entender como una novela atípica, una novela , en cierto sentido de ida y vuelta, una obra que a través de este viaje bidireccional consigue acercarnos y a creer en las segundas oportunidades que nos ofrece la vida y donde las reflexiones sobre el amor, las relaciones, las infidelidades, la familia, la fama, los errores cometidos en la juventud, se exponen de forma magistral. Los lectores vamos armando el gran puzzle que nos presenta la historia cargada de saltos temporales, abundantes personajes en sus diferentes momentos, pero perfectamente construidos con los que nos lanzamos para llegar a comprender perfectamente sus comportamientos y conocer sus características identidades. Para situarnos os diré que la novela nos lleva a una casa en Irlanda, en medio del campo, un paisaje idílico y donde vive la pareja formada por Daniel Sullivan y su esposa Claudette Wells con sus hijos. Una pareja peculiar con la que vamos a ir descubriendo toda la serie de particularidades que harán las delicias de esta gran novela. Hay que estar muy atentos, ambos tienen un pasado que es poco común y alucinante, un presente también atípico y un futuro inesperado que iremos viviendo junto a ellos. Y sin olvidarnos de sus hijos, que son geniales. Es a través de una grabación de una entrevista, que Daniel escucha en la radio mientras conduce, realizada a una mujer a la que conoció en el pasado y que murió hace ya más de treinta años, como se avivan sus recuerdos hasta comenzar su característica y peculiar manera de hacer lo posible por saber realmente qué es lo que le pasó. Regresa a Estados Unidos y empezará el reencuentro con aquello que dejó atrás. Y este es el desencadenante de todo el tejido de una novela coral y sobre las decisiones que tomamos en ciertos momentos de nuestra vida. También nos podemos preguntar ¿ Y de las decisiones que yo he tomado, qué? ¿Han sido siempre acertadas? Una gran novela, desde mi punto de vista, donde se establece el encuentro y la relación entre el pasado, el presente y el futuro. Original, interesante , bien escrito y en busca de las segundas oportunidades. ¿Qué más necesitamos?

Hay libros que llegan a tu vida por sorpresa y este es uno de ellos, me lancé a leerlo sin conocer a la autora y sin leer la sinopsis, pensé veamos que nos cuenta la señora O’Farrell y por favor .. me pegó de lleno con sus formas y más con sus personajes, tan real, tan cotidiano y a la vez tan improbable!!! Algunos autores te hacen sentir, otros te hacen creer y los hay que provocan que caigas rendido a sus pies ... y así estoy yo ahora comprando todo lo que lleva su nombre, mil gracias Sra Maggie por estrujarme el corazón y la cartera !!!! Lectura conjunta con mis perlas @Marey y @Aleisa mil gracias chicas por la lectura, por las risas y por todo lo demás 😉 sois geniales, aún nos quedan muchos más libros por diseccionar !!!!

Esta es la primera novela que leí de Maggie O Farrell y ha sido un muy agradable descubrimiento. Encontré a una autora que seduce desde lo cotidiano de su prosa y la elegancia con que cincela a sus personajes. Podría decirse que la novela narra la historia de amor de Daniel y Claudette, aunque sería decir poco; porque el libro, teniendo como centro y motivo esa historia, gira alrededor de ella, se expande y se convierte en un precioso y preciso rompecabezas cuyas piezas aúnan tiempos, geografias y personajes muy bien logrados. Y son esos elementos los que definen un universo propio, en cuyo seno se inscribe una historia plena de sutilezas y matices. Si bien al principio puede desorientarnos un poco y parecernos confusa la forma en que está estructurado el relato; pronto logra fluir e ir tejiendo un tapiz que consigue hacernos partícipes de las distintas etapas, vínculos, las elecciones de vida y sus implicancias de unos personajes que se tornan absolutamente reales, complejos y humanos. Y es ésa una gran virtud de la novela, que sus personajes se sientan reales, que su vida no parezca de ficción sino el relato de un devenir vital como el que atraviesa cualquiera de nosotros. Y todo contado bella y hábilmente por una gran escritora... ¿Qué más se puede pedir?...

Gran libro que me deja sin palabras pues la historia que narra las tiene todas. Recomiendo totalmente el disfrute con esta novela que he tenido el placer de compartir con mis Perlas @JOANA L.R. y @Aleisa Gracias chicas por hacer más grande aún está lectura.

Una lectura que cuánto más avanzas más bonita te parece. Me ha En Can Ta Doooo ❤💯 Recomendaría este libro siempre! No conocía a esta escritora, es la primera lectura que hago pero tengo clarísimo que no será la ultima 😀