EL RETRATO DE CASADA

Con pinceladas suaves, precisas, contundentes O'Farrell traza la breve vida de Lucrezia, hija de Cósimo de Medici, que es casada a los quince años con Alfonso, duque de Ferrara, con la clara intención de convertirse en un recipiente para su desahogo y proveerle de un heredero, pese a la sospecha sobre la infertilidad del duque y su crueldad. Lucrecia es una niña cuando se enfrenta a su despiadado destino. Los que estamos del otro lado del papel embebidos en el relato, magistralmente escrito por la autora, la acompañamos con el corazón encogido hasta el trágico final que la Historia le reservó, expectantes, rogando que algún milagro se produzca y su vida no se extinga a tan corta edad, y pueda seguir soñando y pintando animales salvajes con sus manos de artista. Esta ha sido mi primera novela de Maggie O' Farrell y me ha sorprendido gratamente. Escrita con una riqueza de matices y vocabulario soberbia, consigue transportarte, a veces contra tu voluntad, a la época, al lugar y a los hechos que vivió Lucrezia.

No acostumbro a leer novela histórica, pero llega Maggie, ficciona un hecho real y me deja sin palabras. El hallazgo casual de un poema y un retrato le bastaron para traernos la vida de Lucrezia, quinta hija de Cosimo I de' Medici y Leonor Álvarez de Toledo, en pleno esplendor fiorentino del S- XVI, a finales del Renacimiento. Igual que hizo con Hamnet, vuelve a repetir fórmula pero con una novela completamente distinta, que también conquista a los lectores. La atmósfera conseguida a través de las minuciosas descripciones de los palazzos, la vida y las costumbres de la época consiguen que nos sintamos muy cerca de esos personajes. Pero Maggie hace mucho más que una novela histórica y bien documentada, en ella también encontramos misterio y unos personajes psicológicamente complejos, con gran profundidad de matices y una interesante evolución. Desde la primera página la propia Lucrezia siente que su esposo la quiere matar, intuye que su destino pende de un hilo. Y según los acontecimientos históricos sabemos que la protagonista murió en extrañas circunstancias a los 16 años. Pero esto no es más que el principal motivo por el que seguir leyendo, para descubrir en qué momento sucedió esto. La intriga está servida. En capítulos alternos iremos descubriendo el pasado de Lucrezia, mientras en el presente la tensión irá en aumento. Lucrezia de Medici fue una mujer avanzada a la época. Inteligente, atrevida, curiosa y sensible, con dotes artísticas para el dibujo y la pintura, que pudo formarse académicamente al lado de sus hermanos. Rebelde desde su más tierna infancia, luchó para ser feliz y sentirse querida, pero sufrió la desatención de su familia y la obligaron a casarse a los 15 años con Alfonso II duque de Ferrara, deseoso de tener un heredero. Una mujer con ansias de libertad y un fuerte carácter que, al igual que una de las fieras que tenía su padre en los sótanos, forzaron a ser una esposa sumisa y recluida. Al lado de un Alfonso amable y cariñoso a su lado, pero déspota, violento y cruel con la servidumbre. ¿Un hombre con dos caras? Maggie O'Farrell nos presenta una vez más a una mujer con gran carisma de la que rápidamente nos encariñaremos y acompañaremos en su sufrimiento. Una mujer que descubre la importancia de preservar su interior como el único lugar en el que nadie podrá arrebatarle la libertad. Una historia llena de simbolismo, que contrasta la dureza de los acontecimientos con una gran belleza y delicadeza en las descripciones. Una novela excelente con la que disfrutar de inicio a fin, porque el final es sorprendente e inesperado. Una preciosidad. Recomendadísima al igual que Hamnet, si todavía no lo habéis leído. Maggie O'Farrell creo que ya es mi autora contemporánea favorita y ahora solo necesito que escriba pronto otra novela o nos traduzcan algunas obras que aquí todavía no se han publicado.

Simplemente brillante esta recreación histórica y psicológica (con sus grandes y pequeños detalles) de Lucrezia de Médici, hija de Cosimo (Cosme I de Médici) casada con Alfonso II d'Este y nieta por vía materna del virrey de Nápoles Pedro Álvarez de Toledo. Pero también es la recreación de una época: el Renacimiento italiano con sus matrimonios concertados por intereses políticos, la frecuente muerte de los niños, la influencia del Papado, las luchas dinásticas (de ahí la importancia del heredero) o religiosas; pero también de la influencia de los consejeros y de la importancia de tener pintores o artistas de Corte, como prestigio del soberano. Un narrador omnisciente reconstruye en varios capítulos (algunos un tanto largos) toda la vida de Lucrezia desde su gestación hasta su viaje a la fortaleza y mezcla estos capítulos con otros más breves mostrando sus últimos días en la fortaleza “sabiendo y dudando” que va a ser asesinada y estas dos ramas se encuentran en un final esperado (desde el inicio) pero con un toque de “ilusión”. En mi opinión destacan tres aspectos: 1º la gran elegancia del estilo de la autora, con un lenguaje muy cuidado, sensual, poético casi pictórico, creando una tensión, unas imágenes y un ambiente muy vívido; destacar el trabajo de Esther Benítez con la traducción; 2º la construcción psicológica del personaje y su transformación de una niña “libre” a una “duquesa niña” considerada como un objeto para tener hijos, sometida a la dualidad del temperamento de su marido sin poder opinar y asistiendo a actitudes violentas que se ve obligada a justificar y 3º la tensión, no por un final esperado desde la primera línea, sino por los cambios en la actitud del marido y en la de otros personajes y las consecuencias que estos cambios traerán.

Lucrezia di Cosimo, duquesa de Ferrara, es casada con Alfonso de Ferrara a la edad de 15 años. Su extremada sensibilidad y sus habilidades pictóricas destacan desde su más tierna infancia. Esta sensibilidad le permite presagiar muchos de los acontecimientos que le ocurren en su corta vida. Una novela magistral e increíble sobre esta joven duquesa, que vive en la Italia renacentista. Maggie O' Farrel acierta de pleno con esta novela. La he leído impulsada por el recuerdo de su otra novela, Hamlet.

Conociendo el estilo de Maggie O’Farrell a la que conocí por “Hamnet”, era fácil intuir que sería un gran libro. Efectivamente, hay que ver cómo retrata las características de la época, el paisaje, sus jardines y palacios, las cortes reales… Todo eso, junto a la opresión a la que estaban sometidas las mujeres y las lealtades a los grandes señores, contribuyen a crear un maravilloso contexto histórico para esta historia realmente desgarradora. Está construida de forma muy detallada y meticulosa para crearnos una atmósfera asfixiante y una inquietante sensación de fatalidad debido también a lo inevitable, a lo que ya conocemos desde las primeras páginas. Como lector, he tenido durante toda la lectura un sentimiento de impotencia por el conocimiento de que Lucrezia no iba a sobrevivir a su adolescencia. La historia se sitúa en la Italia del Renacimiento, a mediados del siglo XVI en el palacio de los Médicis en Florencia. El corazón se te encoje mientras O’Farrell teje la historia del matrimonio concertado de Lucrezia, de 15 años, con el Duque Alfonso, de 27, un matrimonio que apenas duró un año hasta su trágico final. Lucrezia es una niña muy inteligente y con una perspicacia superior a la de su edad, con la premonición de que morirá a manos de su marido. Alfonso al principio se muestra muy educado y solícito, pero Lucrezia está ante una corte extraña, desconoce las costumbres y se asusta de las intrigas y cotilleos ya que todo el mundo, incluidas las hermanas de Alfonso, piensan que es un hombre con dos caras que tiene a todos aterrorizados. Lucrezia se da cuenta de ello y es testigo de sus cambios de humor y de su crueldad cuando ejerce el poder. Es un relato triste, pero la belleza de este libro reside en su elegante prosa. O’Farrell escribe con tanto vigor y elegancia como lo es el alma de la propia Lucrezia. No puedes dejar de pensar en ningún momento en ese arcaico ritual del matrimonio con un extraño y la impotencia de vivir como un simple peón de causas políticas para producir herederos. Alfonso es lo que en la actualidad podríamos definir como sociópata, guapo, encantador, despreocupado por fuera, pero por dentro manipulador, dominante y peligroso. Lucrezia parece decir: no me mirarás, no mirarás dentro de mí, no sabrás quién soy, nunca seré tuya. Disimula y reprime su rica vida interior y su naturaleza salvaje en aras de la apariencia y el estatus al que está obligada. Su famoso retrato, el retrato de casada, es el relato inolvidable de una personalidad que va más allá de lo que se ve a simple vista. Ahora pienso en los museos de arte, en esas salas repletas de retratos con sofisticados marcos ornamentales de la época del renacimiento, en los rostros severos de mujeres envueltas en terciopelo y bonitas joyas que parecen tan tristes o indiferentes. No puedo dejar de imaginar que fueron mujeres reales de carne y hueso y en cómo habrán sido sus historias o qué clase de vida hubo detrás de todos esos rostros deslucidos por el paso del tiempo. Un excelente libro homenaje a la Italia renacentista que sirve también como crudo recordatorio de la crueldad y el maltrato que soportaron las mujeres que fueron utilizadas como herramientas en nombre del progreso y el avance político para después ser desechadas cuando dejaban de ser beneficiosas para el reino. Lo hubiera calificado con cuatro estrellas, pero lo subo a cinco por el fantástico final, tan brillante como inesperado.

El retrato de casada de Maggie o Farrell, ha sido una lectura muy entretenida, la capacidad de la autora de la descripción amena suave y distendida tanto de paisajes no solo físicos sino también interiores de los personajes de la novela han construido una lectura sin precedentes, a nivel literario es sublime la capacidad de la autora pues no solamente como digo, te describe las acciones de la protagonista en cuestión sino que también a través de estas mismas acciones y de la descripción de su interioridad hace que te construyas en exactitud en tu mente la personalidad de la protagonista. Particularmente, es verdad que el tema oh los pilares fundamentales de lo que trata la novela no son de mi gusto exactamente así pues aunque la novela me ha gustado en cuanto a calidad literaria y en cuanto a destreza de la autora la novela nombra al convencido por los tintes oscurantistas que presenta en este caso el marido. Aunque no niego que pasara esto en la antigüedad en otras épocas distintas a la nuestra tanto en lo sociológico como en lo psicológico, me ha parecido la lectura de esta novela demasiado oscura, demasiado rígida aunque ciertamente era oscura y rígida los pasajes oscuros abundan, para mi gusto, en demasía es por eso que no que no nos gusta ya que el sufrimiento de la protagonista ensombrece el resto del libro que aunque me parece legítimo y muy loable ya que la autora con grandes destreza así le ha parecido no acaba de ser una lectura de me gusto. En conclusión: He disfrutado de la lectura por la sublime caridad literaria de la autora pero me repetía el tema del que trata ya que para mí era demasiado violento y oscuro. Recomendaré este libro a quienes crea que le gustan estos temas, seguiré atento a más publicaciones de esta autora.

Después de la maravillosa Hanmet Maggie O´Farrel volvió a seducirme con El retrato de casada. Otras lectoras han realizado muy buenas reseñas sobre este libro, así que simplemente voy a ceñirme a recomendar con énfasis, con vehemencia, con urgencia, que visiten a esta autora dueña de una prosa tan delicada, sugerente, amorosa y precisa como excelsa. No se la pierdan porfavor!!

El retrato de casada, de Maggie O’Farrell La nueva novela de Maggie O’Farrell, quien me deslumbrara con su anterior libro, «Hamnet», es realmente el retrato de una mujer/niña, Lucrezia de Medici. Lucrezia, hija menor del duque Cosimo de Medici, nunca fue como las demás niñas, ni siquiera como sus hermanas mayores. Algo salvaje y apasionado habitaba en su interior y la diferenciaba de los demás, tanto en el palacio como fuera de él. Esta novela acompaña su vida, desde antes de su gestación, y nos permite dar un vislumbre de la vida en la corte, de cómo vivían esos niños que serían educados para tener roles importantes, para marcar la historia y regir en el siglo XVI. Lucrezia no puede ser como los demás, quizás porque no lo fue, quizás porque esta es solo una novela que elige narrar sobre uno de esos personajes que han dejado huellas pequeñas, mujeres invisibles y olvidadas, ligadas únicamente a la historia muchas veces oscuras de los hombres que decidieron su destino. Por eso ella ama lo bello y lo encuentra donde otros ni siquiera son capaces de ver. Tiene el corazón de una artista, dotada para el dibujo y la pintura, y la sensibilidad afín a ese don. Cuando su hermana mayor, María, muere de modo inesperado sus padres deciden comprometer a Lucrezia con el duque de Ferrara, Alfonso d’Este, un hombre en apariencia encantador y enigmático, doce años mayor que ella. Aquí es donde la autora se toma algunas licencias que no hacen que la verdadera historia sea menos trágica, y que ella explica al final del libro. Estás licencias permiten que la Lucrezia personaje tenga la posibilidad de crecer y desarrollar su talento antes de volverse una esposa, una mujer destinada a engendrar al heredero que la dinastía requiere. «El retrato de casada» tiene un ritmo pausado, contemplativo. Nos va envolviendo lentamente en el mundo tan lejano en el que se ambienta, nos acerca a Lucrezia hasta que nos coloca en la posición ideal para conmovernos. Es un libro bello, narrado con mucha sensibilidad, con una prosa evocativa y detallada. Una novela para ver la historia propiamente dicha desde otro ángulo, que no nos permite la indiferencia.