El descenso a los infiernos de la droga, narrado en primera persona. Publicado por primera vez con gran éxito en 1973, es el diario real de una adolescente de 15 años que se introduce en el mundo de las drogas. Sin culpables ni moralinas hipócritas, nos narra el abismo de degradación al que llega la protagonista. Una historia auténtica y conmovedora, que sigue siendo actual. Uno de los libros más leídos en los años 70.
Es un libro duro a la vez que realísta. Trata las drogas, la depresión y la bipolaridad contado en primera persona en forma de diario. Lo cual resulta muy entretenido y se hace corto. Quizás es un libro que todos debieramos leer para concienciarnos.
Un libro que leí a la edad de 11 años, lo recuerdo bastante, pues en verdad me gusto, una chica cayendo en el mundo oscuro de la droga, la autodestrucción de una joven me llamo bastante la atención en ese entonces. ahora que lo pienso, tratan el tema de una manera muy cuidada, no es un libro muy fuerte, una lectura ligera que recuerdo con cariño...
Como bien dice en la sinopsis, este libro fue publicado en los años 70. Yo había visto opiniones que decían que era un libro bastante fuerte, que no ocultaba la realidad de la situación y debo decir que en este sentido me decepcionó un poco. Es cierto, que puede ser porque con la información que hay actualmente sobre las drogas las narraciones del libro no causan el mismo impacto que lo podrían haber hecho hace unos años. Aún así, lo recomiendo, porque es una realidad que cada vez tenemos más visible, y cada vez es incluso más dura porque se van creando drogas nuevas. Me ha gustado mucho como está narrado, en forma de diario, y eso lo hace todo mucho más personal. Si queréis conocer el mundo de las drogas y sus efectos un poco más de cerca, os lo recomiendo.
Lo leí hace más de 10 años, y la verdad al ser más joven sí me impactó, porque me metí mucho en el personaje, me dolió lo que le tocó vivir a esta chica, por más ficción que pueda ser aunque te la pintan de real, creo que finalmente fue por lo segundo que me afectó más. Estoy segura que, si hoy por hoy, vuelvo a leerlo, tendría mucho que decir sobre la narrativa, o otros aspectos, pero me quedo con la experiencia de la primera vez que lo leí, no lo recomiendo para jóvenes adolescentes, que aun no tienen claro sus convicciones, pero sí lo recomiendo a manera de entretenerse con algo de lectura.
Tengo este necio temor, querido amigo: el temor de ser vieja sin haber sido joven de verdad.
Antes pensaba que la única que sentía las cosas era yo, pero realmente no soy sino una parte infinitamente pequeña de la humanidad que sufre.
Tengo la impresión de estar perdiendo el interés por todo. Tal vez se deba a que estoy creciendo o que la vida se esta volviendo más asquerosa.
Tal vez ha sido bueno sufrir tanto, pues eso me hará más comprensiva y tolerante con el resto de la humanidad.