Pablo Miralles es el hijo gandul, procaz y gordo de una familia bien barcelonesa. Una mañana, su hermano pijo y políticamente correcto, le hace un encargo aparentemente fácil: localizar al propietario de una misteriosa casona del barrio que ha sobrevivido a la especulación inmobiliaria. Sin embargo, su hermano desaparece y Pablo se verá en la enojosa obligación de investigar qué ha sido de él.
Confieso que he leído. Era joven, inexperto. Cuando descubrí el engaño pensé en quemar todo aquel montón de papel, pero terminé por comprender que quemar libros es tan excesivo como leerlos".
"Gracias pero yo estoy hecho a lo mío, disfruto de la vida a mi manera y eso es mucho más de lo que puede decir la mayoría".
Pedante yo: yo, que consiento en seguir relacionándome con mis congéneres en un alarde de humildad sin precedentes.