Si al depertarse, Simón Corona se hubiera vuelto a su casa, los crímenes de Las Poquianchis habrían permanecidos ocultos. Pero el destino tenía escrita otra historia. El reencuentro con Serafina Balandro, su amant, le costará a Simón Corona cuarenta y ocho balas de calibre reglamentario, y aún así de librará de la muerte. Pero también le valdrá una confesión ante el inspector Teódulo Cueto: una vez ayudó a Serafina y a su hermana Arcángela a trasladar el cadáver exhumado de una mujer.
Muy buena lectura, tuve que leerla como lectura obligatoria de la escuela pero no había podido terminarla a causa de trabajos finales. Muy interesante ver relatado el caso de Las Poquianchis en un libro, aunque algunos nombres tuvieron que ser cambiados para relatar lo sucedido, es muy impresionante ver todo lo que hicieron las hermanas. De todo el libro solo puedo pensar en las muertes de las victimas, muy fuertes de leer, pero la muerte de Blanca es la que nunca podré sacar de mi mente, fue muy fuerte
Muy buena lectura, tuve que leerla como lectura obligatoria de la escuela pero no había podido terminarla a causa de trabajos finales. Muy interesante ver relatado el caso de Las Poquianchis en un libro, aunque algunos nombres tuvieron que ser cambiados para relatar lo sucedido, es muy impresionante ver todo lo que hicieron las hermanas. De todo el libro solo puedo pensar en las muertes de las victimas, muy fuertes de leer, pero la muerte de Blanca es la que nunca podré sacar de mi mente, fue muy fuerte
Una obra relatada a modo de reportaje que un cuidado vocabulario describe el horror del mundo de la prostitución en un medio hostil, donde la vida poco vale.
Regresaba a mi casa Rayando el sol. ¿ DÓNDE ESTUVISTE?, me preguntaba mi mujer. EN UNA JUNTA DE ACCIÓN CATÓLICA. Nunca me creyó. Durante años sospechó que yo tenía un amante. No sabe que la engañé con cuarenta y tres.