Colección de historias en las que Sherlock Holmes se enfrenta a varios casos que incluyen caballos de carreras desaparecidos y tratados navales robados. El fervor que desató en los lectores la serie de aventuras protagonizadas por Sherlock Holmes publicadas periódicamente en la revista Strand y que acabó reuniéndose en el volumen titulado "Las aventuras de Sherlock Holmes" -publicado también en esta colección-, llevó a los editores y al propio Arthur Conan Doyle (1859-1930) a prolongar las andanzas del detective, hasta que, superado por la popularidad del personaje, puso fin a su vida en el episodio titulado El problema final.
Este libro me ha encantado, por muchas cosas desde "El problema final", que me ha hecho preguntarme una cosa, que hubiera pasado si Moriarty hubiera engañado a Watson?? Sería muy interesante, se me ocurren varias ideas, probablemente tal vez Moriarty se hubiera disfrazado de Watson, mientras uno de sus tantos agentes se lo llevaría para otro lado, de esta idea surgió otra pregunta, a dónde llevaría a Watson?? Probablemente a donde ellos vivían, siendo en ese caso, dónde viven?? Debe de ser una organización muy grande para que todos entren en una casa de Londres, por lo tanto tal vez vivan en el campo, o tal vez dado que Moriarty si tenía buen dinero toda su organización viviera en diferentes partes. También me ha gustado por "Estrella de plata".
Nada más refrescante que leer algo de Sherlock Holmes. Siempre recomendable. Además de entretenida, la colección de Sherlock Holmes despierta en uno cierto sentido de cautela y análisis que no viene nada mal. Sir Arthur Conan Doyle nos deleita otra vez con el detective más famoso de todos los tiempos.
Es bien sabido que cuando el arte se lleva en las venas toma las formas menos esperadas
Subestimarse es algo tan alejado de la verdad como exagerar las propias facultades.
Allí, en la profundidad de aquella horrorosa caldera de aguas turbulentas, yacerán para siempre el más peligroso de los criminales y el más grande defensor de la ley de su generación
Watson, si alguna vez usted se percata de que me estoy volviendo demasiado confiado en mis poderes, o tratara un caso con menos interés del que merece, por favor murmure en mi oído "Norbury", y le estaré infinitamente agradecido.