LAS LEALTADES

Es uno de esos libros con sobredosis de realidad, una realidad necesaria.Duro, crudo, directo y al mismo tiempo conmovedor. La autora toca un tema común y susceptible,el del alcoholismo es un tema que no pasa desapercibido sobre todo cuando se habla de la problemática en la juventud. "Las lealtades" es un libro de mucha reflexión incluso de introspectiva.

Un relato desgarrador que hace reflexionar y que impacta en muchos momentos por el tema espinoso que toca, pues muestra la soledad, la culpa, la impotencia de un niño de padres separados, la asunción de una responsabilidad que no le corresponde. Te hace reflexionar y no te deja indiferente. Delphine de Vigan va directa a la llaga, pero a la vez muestra una sutileza increíble. En la trama hay un divorcio de los complicados, en el que el padre (con una gran depresión) y la madre se odian, ni se nombran, y un hijo, Theo, de doce años, en medio de ese podrido escenario, que lo sufre todo en sus carnes, refugiándose en la bebida para evadirse de la situación, arrastrando a su único amigo, Mathis, que se ve incapaz de abandonarlo, queriendo protegerle. Otro de los personajes es Helene, la profesora de Theo, la única que se da cuenta de que algo le ocurre al niño, vive obsesionada con ayudarle, arrastrando su pasado, hija de un padre maltratador cuya herida todavía no está cicatrizada. Cecile es la madre de Mathis, con una herida recién abierta, pues ha descubierto un marido al que no reconoce, un ser despreciable. Descubres varias lealtades a lo largo de la lectura del libro: la lealtad de Mathis hacia su amigo Theo, la lealtad amorosa de Cecile a su marido, la lealtad de la profesora Helene con su alumno y consigo misma incluso y, por último y la más destacable, la lealtad de ese hijo Theo hacia su padre y su madre, no queriendo defraudar a ninguno de los dos en ese divorcio tormentoso, en medio de esa guerra que no es la suya. Las lealtades impuestas, no las que elegimos nosotros, pueden resultar a veces cadenas difíciles de romper, pero cuando logramos desprendernos de ellas, nos sentimos liberados. Me ha parecido una novela fantástica, aunque me ha sabido a poco por su brevedad. Aun así, creo que es contundente y dice todo lo necesario. Te lleva a reflexionar cómo la actuación de los padres lleva a un dolor en el hijo que durará para toda la vida, destruyendo su infancia y adolescencia.

Y pensar que estas cosas suceden… grandes cuestionamientos a los adultos , padres , maestros y demás personas q deberían dar amor y contención a cualquier menor . Esta autora ha sabido expresar sentimientos humanos destacando la importancia de la lealtad y la falta de ella . Excelente y a la vez duro relato !!

Una escritora que me encanta . Tiene un ritmio y una melodia en su escritura que hace que no pueda dejarla de leer. Esta tiene un formato curioso y una sensibilidad preciosa..

Novela escrita a cuatro voces (Théo, su profesora Hélène, su amigo Mathis y Cécile, la madre de Mathis). Personajes que callan por lealtad. Una lealtad mal entendida que les lleva a caer en un dolor emocional mal gestionado. Pero, sobre todo, lo que aquí podemos leer son las consecuencias de un divorcio, gestionado de la peor manera posible, sobre la pieza más inocente: el hijo. Cruda, pero necesaria. Me dejó muy triste esta historia. Y una necesidad de abrazar a Théo como si de una persona real se tratase.

El centro de esta historia es Theo , un adolescente de padres separados. Su padre hundido en el abandono y la depresión.  Su madre hundida en el odio de su separación. En medio de este caos Theo encuentra en el alcohol la vía de escape a todos sus problemas. Acompañan su entorno Helene,  la profesora que intenta ocuparse de él,  Mathis,  su amigo incondicional y Cecile  la madre de Mathis,  quien descubre un monstruo en el interior de su marido. Las Lealtades,  esos lazos de fidelidad que nos vinculan a los demás, es una historia corta, escrita con mucha sencillez, pero triste y desgarradora. Considero muy recomendable su lectura.

La única crítica es que se acaba demasiado rápido. Estoy fascinada por cómo se muestran los efectos mortíferos de todo lo no dicho y por como puede exponer las vivencias infantiles, fundamentalmente en cuanto a los estragos de suponer que lxs niñoxs "no entienden" o "no perciben". También adoro su buceo, en toda su obra, por lo "roto" de las personas y como solo aceptando esa herida es posible empatizar con lo "roto" del otro.

Muy ágil su lectura y con golpes certeros va construyendo la trama. Es un libro corto. Me quedo sabor a poco.