Prepárese para entrar en un mundo único y lleno de encanto, donde el tiempo se ha detenido: estamos en la segunda década del siglo XX, en unos Estados Unidos todavía rurales y de paisajes idílicos, donde conviven los viejos carromatos y los novísimos automóviles; Roger Mifflin, un librero ambulante que desea regresar a Brooklyn para redactar sus memorias, vende su singular librería sobre ruedas (junto a su yegua y su perro) a la ya madura señorita Helen McGill, quien decide, harta de la monotonía de su vida, lanzarse a la aventura y recorrer mundo. A partir de ese momento se sucederán los encuentros y los desencuentros, y las más divertidas peripecias se darán la mano con las grandes enseñanzas que proporcionan libros y librero.Desde que este clásico de la literatura norteamericana se publicara en 1917 han sido muchos los lectores seducidos por su poder evocador, por el reconfortante humor que destila y, cómo no, por su atención a los pequeños detalles: estas páginas huelen a las hogazas de pan recién sacadas del horno; en ellas se siente el viento de otoño en los abedules.
La simpleza y dulzura de este libro!! Me encantó! Está muy bien narrado, un placer leerlo. Sin dudas leeré algo más de Morley. 🙌💕📚
Una trama fresca y divertida llena de sorpresas y toques de atención a las costumbres de la época. Fácil de leer pero con un doble fondo relevante y a considerar en aquel contexto y, por que no, en el de hoy en día.
Un libro cortito pero lleno de un encanto muy placentero. Una historia quizá naif para nuestra época, pero que nos deja con una sonrisa en la boca.
Libro cortito, lo que se agradece, porque no me gusta abandonar lecturas y esta me ha resultado totalmente insulsa (si llega a ser más largo seguramente me habría planteado abandonarla por otra lectura más interesante) Nada me ha enganchado, ni los personajes ni la trama. Tenía buena pinta… pero no, no me ha terminado de gustar.
Helen McGill, una mujer que bordea los 40 años, con sobrepeso y dedicada a los quehaceres domésticos durante 15 años, decide comprar «El Parnaso», una librería ambulante (carreta transformada para la venta de libros), y tomar unas merecidas vacaciones vendiendo libros. Todo ello para darle una lección a su distraído y egoísta hermano. La acompañará en esta gran aventura el anterior dueño de la librería, Roger Mifflin, un hombrecillo alegre, excéntrico y amante de la literatura. Me estaba encantando la historia, pero al llegar a los últimos capítulos me di cuenta que el prólogo te hace un gran spoiler y la historia se vuelve cursi. Fue demasiado para mí. Hay una segunda parte que no pienso leer. Lectura: 3/2021
Una novela deliciosa , divertida y llena de encanto que nos habla de la vida y las relaciones humanas, de libros y del amor.
Es una novela que habla de libros, pero también es una historia de los amantes de los libros: nosotros. Revive la sed ancestral que llevamos dentro y nos lleva a bebernos las historias que otros nos cuentan y, que al final, su destino es ser parte de nuestras vidas cotidianas cuando reímos, necesitamos, amamos o buscamos. Siempre encontrándonos en los libros.
Q absurdas víctimas d deseos contradictorios somos las personas!El hombre q s ha establecido n 1 sitio anhela la vida dl vagabundo.El q viaja anhela tener 1 hogar¡Y,aun así,cuán bestial es l conformismo!Todas las grandes cosas d la vida fueron hechas x gente q no estaba conforme
Cuando le vendes un libro a alguien no solamente le estás vendiendo doce onzas de papel, tinta y pegamento. Le estás vendiendo una vida totalmente nueva. Amor, amistad y humor y barcos que navegan en la noche. En un libro cabe todo, el cielo y la tierra, en un libro de verdad...
¡Qué absurdas víctimas de deseos contradictorios somos las personas! El hombre que se ha establecido en un sitio anhela la vida del vagabundo. El hombre que viaja anhela tener un hogar. ¡Y, aún así, cuán bestial es el conformismo!
«¡Dios!», dijo, «cuando le vendes un libro a alguien no solamente le estás vendiendo doce onzas de papel, tinta y pegamento. Le estás vendiendo una vida totalmente nueva.
Un buen libro debe ser simple. Y como Eva, debe provenir de algún lugar entre la segunda y la tercera costilla: debe haber un corazón latiendo en su interior.