LA FÓRMULA PREFERIDA DEL PROFESOR

Una madre soltera, es contratada por una compañía de limpieza para asistir a un profesor que no sale de su casa, ya que hace muchos años, sufrió un accidente de tránsito, qué le dejó una lesión cerebral. Perdió la memoria a corto plazo y no puede recordar más allá de 80 minutos. Su forma de relacionarse con el mundo es a través de las matemáticas y el béisbol. Ella,lleva a su trabajo a su hijo de 11 años y los tres comenzarán en relación entrañable. El profesor es uno de esos libros que hay que leerlos lento, degustarlos, disfrutarlos y saborearlos. Un libro que te toca el alma, te conmueve, te muestra cómo la solidaridad todavía existe en este mundo alienado y lleno de estímulos. Si bien por momentos se hace denso si uno no es conocedor del béisbol y también te obliga a pensar por la cantidad de fórmulas matemáticas que da, aclaro que son fórmulas simples , nada complejo, el libro merece la pena. Lo recomiendo !!!

La fórmula preferida del profesor, de Yoko Ogawa ¿Qué hacer cuando tu memoria a largo plazo decide no ir más allá de una fecha específica, lo que implica que tu memoria a corto plazo se reinicia cada 80 minutos? A eso se enfrenta un profesor de matemática debido a un accidente automovilístico, lo cual, como es de esperar le trae una serie de problemas para interactuar con los demás y cuidar de sí mismo, pues es incapaz de reconocer a personas que no estuvieron en su vida antes de la lesión y aún más de recordar lo que hizo o vivió apenas hace poco más de una hora, por lo que decide aislarse del mundo y vivir su presente de 80 minutos evitando al máximo todo lo que perturbe su zona de confort. Dedica pues su vida a lo que más le gusta, asocia todo a los números y fórmulas matemáticas que eran fundamentales en su mundo anterior. “No es que simplemente no hubiera ruido, sino que unas capas de silencio llenaban el corazón del profesor cuando vagaba por el bosque de los números, indiferente a los cabellos caídos y al moho que todo lo invadía. Era un silencio transparente, como un lago escondido en el fondo de un bosque.” Es una novela llena de ternura y amor. Muy realista en cuanto a la descripción del desarrollo y deterioro de la lesión cerebral del profesor y sus implicaciones a nivel de memoria. Explica como la matemática y la afición al béisbol se convierten en la mejor terapia y medio que usa el profesor para sobrellevar su situación e interactuar con el mundo a su alrededor. También del papel de la asistenta y su hijo quienes adoptan la responsabilidad de entender y ayudar al profesor mucho más allá de las obligaciones laborales, creando un lazo que perdurará en la vida. El profesor toma la fórmula de Euler para expresar la relación entre ellos, una fórmula que emplea un concepto de lo más irracional, una conexión natural entre números que aparentemente no tenían nada que ver entre sí. Aunque no le gusten los números o el béisbol, le invito a leer este libro e impregnarse del sentido de solidaridad, cariño y amistad que todos queremos para nuestras vidas en todo momento. Leído en 2021. PD: Si te ha gustado esta reseña o la de cualquier de nuestros compañeros y decides premiarla con un like debes hacerlo en el corazón grande 💙 donde dice: ¿te ha gustado esta reseña? O por si acaso a los corazones. Muchas Gracias!!

LA FORMULA PREFERIDA DEL PROFESOR Siempre he sido reacio a leer libros de autores orientales, esto debido a que he tenido malas experiencias, hasta el punto de sentir que he perdido mí tiempo dedicándome a estos. Creo que es la primera vez que he quedado prendado de una novelista como Yōko Ogawa, haciéndome recordar momentos y tocando fibras sensibles de mi niñez. A simple vista es un libro de literatura contemporánea básico, narrado en el tiempo actual, donde se mezcla la delicadeza de la pluma de Ogawa, en una sencilla historia de la vida diaria de un ser humano, con las matemáticas y el Béisbol, donde la fé y la esperanza son el centro de la misma, y el reflejo de la soledad que puede soportar una persona con problemas como el profesor, quien padece una especie de Alzheimer, y que olvida todo en lo absoluto cada 80 minutos. Un hombre sin más familia que su cuñada que ha decidido hacerse cargo de él. Por otro lado, una madre soltera, trabajadora, que busca echar adelante a su hijo de 10 años, consigue un trabajo como asistente en la casa del profesor de matemáticas, este que se mantiene alejado del mundo desde los años 70´s, luego de haber sufrido un gran accidente que lo ha llevado a sufrir de dicha enfermedad, recordando sólo lo pasado antes del mismo. Nos encontramos una novela bastante original y curiosa, que muestra la hermosa relación entre asistenta e hijo, en casa de un profesor, la cual poco a poco se va volviendo muy particular y encantadora, llena de todo tipo de emociones, donde se puede ver cómo se van creando los lazos afectivos, llegando a ser prácticamente una familia que invita a leer rápidamente hasta el final. Al ser tan corta, a mi parecer debería ser continuada. Recomendada para leer en momentos sobrios y sin presión alguna.

A veces las relaciones más bonitas se construyen con las personas menos esperadas, con aquellas que te dan la mano, te arrojan un salvavidas sin esperar nada a cambio, ofreciéndote de sobra lo que quizás ellas no han recibido en mucho tiempo, pero que se alientan con tu bienestar. En medio de curiosidades matemáticas y Béisbol, la autora Okawa no solo nos entretiene con estas relaciones numéricas y nombres de expeloteros Japoneses, sino que también las emplea como excusa para montar el mundo “feliz” del profesor, un hombre mayor quien tras sufrir un grave accidente de transito, irremediablemente pierde la memoria, de tal forma que cada 80 minutos comienza de cero. La esposa de su hermano se encarga de él, y para ello decide contratar una asistenta, que para su mala suerte solo hasta la décima de las que han pasado, se logra un especial clic en la vida de su familiar. Así pues, nos encontramos con la fórmula preferida del profesor que inconscientemente se convierte en la bonita amistad que establece con su asistenta y su hijo, quienes no sólo resultan interesados en las enseñanzas de este hombre, sino que también logra un efecto especial en su vida y dan un mayor significado a sus días. La historia es de aquellas que no te hacen correr, ni te mantienen en vilo. Es tranquila, sosegada y sin embargo te despiertan una serie de cuestionamientos, sobre lo que eres, las relaciones que entablamos con los demás, y especialmente sobre lo que puede llegar a significar eso que se llama VIDA.

Empecé con Murakami y ya son varios los autores orientales leídos y tengo que reconocer que me estoy enganchando a esta literatura.Este es el primero que leí de esta autora y no será el último. Es una obra en la que no ocurre prácticamente nada,la base de la historia es la relación de un profesor de matemáticas en la que su memoria solo logra recordar 80 minutos,transcurrido este tiempo no memoriza nada,sin embargo si recuerda todo lo aprendido como matemático que fue,luego tenemos a la asistenta que lo cuida y a su hijo de 10 años.En está historia las matemáticas y el béisbol tendrán una gran importancia,decir que he disfrutado mucho con las fórmulas y los números. Con un estilo fluido, sencillo,sin pretensiones,con una gran sensibilidad y sin apenas contar nada logra implicarte en la historia y cogerle un cariño especial a los personajes.Es una lectura para dejarse llevar,disfrutarla,sentirla y quererla,además tiene tanta mérito introducir la ciencia de las matemáticas con ese profesor tan deteriorado e indefenso y el amor y la compasión que derrochan los personajes de esta narración que hacen de esta novela un cóctel tan espectacular y con tan pocos elementos que se la quiera aún más después de leerla.

Una historia entrañable sobre la relación entre una asistenta y su hijo con un anciano profesor de matemáticas que, tras un accidente, sólo conserva su memoria reciente en fragmentos de 80 minutos. Una oda a los números, necesarios para conocer al personaje y su mundo interior pero excesivos y atragantantes para una mente de letras como la mía 🤣🤣

Confieso que es la primera ves que leo literatura japonesa, pareciéndome una muy buena autora, siendo una lectura poco compleja y muy agradable que nos envuelve en la historia de un señor de edad avanzada que vive con un problema en el cerebro producido por un accidente automovilístico, desde entonces solo posee la capacidad de recordar los 80 minutos previos vividos en su presente y al finalizar este tiempo su memoria se devuelve a los años70. Su vida gira en torno a su amor por las matemáticas, su nueva asistenta, quien nos narra la historia colmada de paciencia y cariño lo cuida con mucho esmero y se contagia fácilmente del amor y devoción que posee el profesor hacia las matemáticas, su hijo desde el primer momento con el profesor establece una hermosa y tierna relación, por supuesto que la matemática es la protagonista al igual que el beisbol deporte por el cual ambos sienten gran pasión, la paciencia con la que se mueven la madre y el hijo hacia el profesor convierte a la historia en un claro ejemplo de empatía, comprensión y respeto, y la diligencia y afecto que brinda el profesor al niño le complementan en su formación, ocupando un lugar de figura paterna en su corazón, creciendo con valores muy marcados y una perspectiva muy distinta de ver y vivir la vida, a través de la matemática.

Matemáticas, béisbol y ternura. La delicadeza hecha libro. Primero, creo que debería decir que las matemáticas no me gustan nada. Ni siquiera podría decir que se me dan mal, porque no es verdad, pero desarrollé una aversión enorme hacia ellas y se me erizan los pelos de la nuca sólo de recordar las muchas horas que pasé en el instituto de pie en la pizarra, resolviendo problemas. Y debo aclarar que "muchas horas" significan todas y cada una de las horas de matemáticas que di en bachiller. Que mi profesor tenía un peculiar sentido del humor (o de la tortura, depende de como se quiera ver). Vamos, que si me preguntas que si prefiero estudiar matemáticas o comer cristales, te pregunto si los puedo pasar con pan. Por eso sé que este libro es no sólo bonito sino también bueno. Esta novela es una oda a las matemáticas, referencias a números, fórmulas, teoremas en cada esquina..y aún asi, para mi, ha sido una delicia. La historia nos habla de una madre soltera que empieza a trabajar de asistenta para un viejo profesor de matemáticas, huraño y difícil, que tuvo un accidente de trafico décadas atrás y su memoria quedó dañada. Recuerda todo lo de antes del accidente, pero desde entonces su memoria sólo dura 80 minutos. Un hombre inteligentísimo y roto que hace uso de los números para relacionarse con un mundo que se resetea cada hora y veinte. Son su zona de comfort, sus amigos y su vida entera. En estas circunstancias especiales vemos cómo se desarrolla un fuerte vínculo entre la asistenta, el profesor y el hijo de ella de 10 años.Y me sorprendí encontrarme tan fascinada por los números, como la asistenta. YO! Que como he dicho comería cristales... Un libro que es bondad, solidaridad, fragilidad, amistad y amor a la enésima potencia. Un libro donde las matemáticas se convierten en una metáfora de la vida. Un libro donde se hace evidente el impacto que la bondad tiene sobre otras personas. Porque aquí, ganan todos, los tres personajes sin nombre. Un libro que es casi como el número 28. Perfecto. Libros del Mundo: Japón 1/2