LA BIENAMADA

Me sentí identificada con la emoción del protagonista del amor, comprendiendo que se faltaba la madurez en el amor, porque así de sublime como se veía, en realidad era una falta de amor maduro. El problema es que por la inmadurez del amor el protagonista se obsesionó con tres generaciones de una sola mujer: madre, hija y nieta. No me gustó como historia pero deja una buena lección para quien la lee, sobretodo si la inmadurez del amor, la idea de lo que es estar enamorado sin amar de verdad es lo que rige tan idealmente. Recuerden que un ideal no tiene forma, por eso es bello con matices brillantes y nada reales. Falta el otro lado de la moneda, lo que no queremos pero que el "ideal" lo tiene sin haber sido contemplado, de otra manera sólo es un gesto egoísta de perfección.

Nuestro protagonista tal vez a estar en un casi punto de un trastorno psicológico, nos hace ver la novela de como siempre buscamos a la misma persona en diferentes rostros. Y no defiendo las desiciones de este protagonista, ni romantizar todo aquello, pero si, hablamos de una historia de amor. Eso se debe a que en las relaciones parentales se crearon unas inseguridades, unos miedos y unas necesidades emocionales que dejaron, de alguna manera, esa marca emocional que los suele acompañar a lo largo de la vida. Pueden buscar personas que aparentemente parezcan distintas a esas figuras, pero que inconscientemente tienen algo en común