EL PRINCIPE

Es increíble la claridad con que se expresa teniendo en cuenta la época en que lo escribió. Obviamente hay explicaciones que no se pueden llevar a cabo en estos tiempos, pero por lo demás un libro muy recomendable. Hay que leerlo entre líneas y se puede aplicar tanto a un gobierno como también al manejo empresarial. Por suerte la edición que tenía en casa contaba con notas al pie atribuidas a Napoleón que no tienen desperdicio.

Es la obra más conocída del escritor y podríamos referirnos a ella en la actualidad como una Guía Deontológica, ya que fue en su momento un documento que recogía un conjunto más o menos amplios de criterios, normas y estrategias, que se formuló para que los gobernantes pueden gobernar una nación y de los modos de hacer política. De escritura sencilla,  de fácil lectura porque utiliza un lenguaje claro y expone mediante comparaciones, los manejos diplomáticos de antiguos gobernantes.  Una obra que merece ser leída al menos una vez en la vida, porque te ayudara a reflexionar que en ocasiones el bien y el mal puede volverse difícil de apreciar. Siendo estas reflexiones una lectura obligada para quienes deseen comprender cuál es la naturaleza y límites del poder. En la actualidad siguiendo las reglas expuestas en esta obra, diríamos que hoy en día para que un país sea considerado una potencia mundial debe cumplir dos requisitos: tener poder económico y poder militar, y le podríamos agregar uno más, contar con el apoyo de la población.

El príncipe de Nicolas Maquiavelo es un tratado intemporal; publicado póstumamente en 1531, el cual se puede seguir consultando para temas de estrategia política y negocios. Maquiavelo detalla la forma en la que un gobernante puede seguir en el poder.

Pocas obras han influido tanto en el pensamiento occidental como El Príncipe. Se ha dicho que Maquiavelo inaugura la política como cálculo y riesgo calculado. Esta verdad nos permite ver la conexión de su pensamiento político con la formación en Italia desde el siglo XII de la mentalidad calculadora del empresario, comerciante y financiero florentino, veneciano, milanés o sienés. Según Maquiavelo, la Iglesia ha corrompido la "virtud" italiana mediante la total degeneración de la religión, concebida siempre por él como la fuerza de cohesión social y de "consentimiento" en una perspectiva puramente política. Maquiavelo afirma que la causa de que Italia no haya llegado a la obediencia de un sólo príncipe o república reside precisamente en la Iglesia, lo suficientemente débil para llevarla a cabo y lo suficientemente fuerte para impedir que otro Estado italiano lo haga. Maquiavelo es enemigo en principio de las "vías del medio", de la vía de la "neutralidad" y de "gozar del beneficio del tiempo", así como de la excesiva prudencia y de la lentitud en la toma de decisiones. Es abiertamente hostil al Estado feudal, como demuestra su valoración de la conducta de César Borgia, Alejandro VI, Julio II y Fernando el Católico. Vistas las cosas como son, hay presuntas cosas buenas que, en realidad son malas y vicios que en realidad son virtudes. Se disuelve así el concepto medieval cristiano de "virtud" en la nueva concepción de la "virtù" política, capacidad de acción en el presente real hacia la obtención del fin. Algunas de las pinceladas de la obra: ▪️Es mucho más seguro ser temido que amado si hay que renunciar a una de las dos. ▪️Las injusticias se deben hacer todas a las vez a fin de que, por gustarlas menos, hagan menos daño mientras que los favores se deben hacer poco a poco con el objetivo de que se saboreen mejor. ▪️Por encima de todas las cosas, debe abstenerse siempre de los bienes ajenos, porque los hombres olvidan con mayor rapidez la muerte de su padre que la pérdida de su patrimonio. ▪️Quienes han hecho grandes cosas han sido los príncipes que han tenido pocos miramientos hacia sus propias promesas y que han sabido burlar con astucia el ingenio de los hombres. ▪️Jamás faltaron a un príncipe razones legítimas con las que disfrazar la violacion de sus promesas.

El aporte de este libro a la historia es haber develado en forma metódica y razonada las prácticas usuales y las motivaciones de quienes manejaban (y manejan) los hilos del poder. Maquiavelo lo escribió para publicitarse como experto asesor y poder ser "contratado" por quienes necesitaban esos servicios. Su valor es la revelación de la necesidad del pragmatismo amoral de la política.

¡Quién lo iba a pensar! Maquiavelo pone como ejemplo del Príncipe ideal a Fernando el Católico, pero el peso de la Leyenda negra se ha olvidado de ello. Estoy seguro que ni los especialistas lo toman en cuenta.

Me pareció interesante ver las diferentes estrategias políticas que un hombre debe conocer para poder manejar los hilos de un estado.

Lectura obligada para los estudiosos de la ciencia política, derecho, sociología y demás ciencias sociales. Descubrirán que Maquiavelo no dijo tantas sandeces que ahora los que no lo han leído dicen que dijo.