EL MONSTRUO PENTÁPODO

El monstruo pentápodo, qué título más acertado. Una lectura difícil, y no por cómo está escrita, sino por lo duro y aberrante de su historia. La novela oscila entre dos tipos de narradores: por un lado, el narrador omnisciente, que cuenta el relato de Raymundo Betancourt así como sus pensamientos y forma de actuar, y por otro, un narrador en primera persona en forma epistolar y entradas de diario, muy profunda y emocional, a cargo de Aimeé. Los que hemos decidido leer este libro ya sabíamos a lo que íbamos, no lo hemos abierto a ver con qué nos sorprendería, y aún así lo hace, y estamos ante una novela de esas de las que no son para todo el mundo. A ratos se hace difícil de tragar, no solo por las escenas explícitas que contiene, sino porque la imaginación va más allá, y te aprieta el corazón y sufres, sufres mucho. Quieres gritar y tirarte del pelo e irte a otro lado, dejar de leer, salir a la calle y correr. Otros ratos, sobre todo en las entradas de diario y las cartas de Aimeé, se hace más humano y comprensible y, de alguna manera, se convierte en un pequeño consuelo para tanta angustia. Lo peor de todo esto es que, sabiendo que es una historia ficticia, se conoce que cosas así han pasado, y que pueden seguir pasando en este mismo momento.

"Fue un mal sueño, pero no como son los sueños, hechos de retazos del día, de cosas que uno quiere o de lo que nos asusta. Mi sueño estaba hecho de puros recuerdos, de cosas reales. Una pesadilla que no se tiene que interpretar porque de simbólica no tiene ni un pelo: es sólo revivir lo que ya pasó. A veces creo que así debe de ser el infierno: pensar y recordar las cosas más dolorosas, las más vergonzosas, las que nos hacen sentir como cucaracha por toda la eternidad." Hacer una reseña de este libro se me antoja complicado. Ojalá pudiera opinar sin condicionantes, pero es que es un libro tremendamente duro, cruel y repulsivo y qué, obviamente, condiciona muchísimo. Si eres una persona sensible te va a costar avanzar. Sí, por el contrario, eres más fuerte que el vinagre lo vas a disfrutar, a pesar de su crudeza. Un tema que, aunque resulte difícil de entender o de aceptar, es más común de lo que nos pensamos. Por momentos afecta incluso demasiado, pero también es necesario adentrarse en temas de tal magnitud para percatarse de un problema tan grande y rastrero en nuestra sociedad, del porqué actúan así estos depravados mentales, con qué finalidad lo hacen... aunque, sinceramente, creo que jamás lo llegaré a entender. He sentido rabia, por momentos asco, tristeza, impotencia, etc., todos ellos estados de ánimo que convergen del principio al final del libro y que te machacan interiormente. Bien escrito, una trama bien resuelta y con buenos personajes, pero una vez acabado, ahora necesito otra cosa. Sinceramente no sé qué puntuación darle. Me ha gustado mucho, pero es un libro muy incómodo de leer y que duele mucho. *PUNTUACIÓN: 7/10

Me dejó un sabor amargo en la boca. Sentí que estaba escrito con mucho desprecio, no sólo hacia los miserables personajes que suponemos existirán en la historia antes de empezar el libro, también por cada uno de los que intervienen a lo largo de la natación aún siendo víctimas. Hasta la forma en la que se refiere a su propia hija uno de los personajes me resulta fría, irreal. Terminé odiando al narrador por lo insensible y despectivo.¿ Era el objetivo de la autora que sintiera el lector que en estos casos de abuso todos somos responsables por estúpidos, negligentes, superficiales e irresponsable? Tal vez debí abandonarlo cuando sentí que estaba leyendo un periódico amarillista.

El libro más cruel, horrible que he leído. Pensé dejarlo varias veces por que era muy fuerte, pero sin duda es un libro muy bien escrito. Creo que me va a provocar muchas noches de pesadillas 😭😭😭😭😭

Después de escuchar tan variados comentarios de este libro, me decidí a leerlo para comprobar por mí misma que tal. No es que quisiera que fuera muy fuerte o duro, pero no lo he visto así, ojo, en el sentido de que no detalla lo que le hacen a la niña. La historia en si, es fuerte, por lo que conlleva, ser un pedófilo, más la historia contada por la que fue su pareja. Pero escuché tanto, lo tuve que soltar porque no podía seguir leyendo, y reseñas que yo decía, madre mía! Lo leo o no lo leo? Me ha venido el recuerdo de Lolita, hombre maduro que se sienten atraídos por niñas y como "pretenden" justificar esa atracción. En fin, que no está mal, pero si alguien piensa que va a detallar lo que le hacía a la niña, tranquilos que no.

Ay, la verdad esperé que este libro me "espantara" más de lo que lo hizo. No por la parte física (pues esos momentos sí me hicieron sentir repugnancia), pero lo que más buscaba era los pensamientos de él: lo que él sentía, cómo afrontaba su cotidianidad según su/s ideología/pensamientos, etc. Pero esto me falló, y creo que la razón principal porque está escrito en tercera persona; ya sé que esto ayuda a ver diferentes puntos de vistas, pero necesité más del pedófilo para poder adentrarme más a la historia. Pues, como dije, aunque las acciones de tocamientos, etc, sí me hicieron sentir incómoda y muy mal, no fue más allá, lo sentí como si estuviera leyendo una noticia del día a día (dicho sea de paso: qué lamentable que una historia de ficción de pedofilia, lo pude haber sentido de esta manera, como un apartado en el periódico).

Historia desagradable, pero si has cogido este libro es algo que ya te esperas. El ser humano lleva violando niñas desde los anales de la historia (la palabra anales está escogida aposta) al igual que lleva haciendo guerras y conquistas. No voy a entrar en el transfondo del asunto porque no me apetece y seguro que algún oligofrénico podría interpretar que simpatizo con el tema. Desde mi punto de vista a la autora tampoco le ha sido fácil afrontar la historia. A pesar de su crudeza, según avanza la trama los detalles y la dureza del fondo se van contando de manera más velada para volver a coger carrerilla hacia el final del libro. De igual manera toma demasiada trascendencia un tercer personaje que, a pesar de ser importante, termina por acaparar toda la historia. Esta incursión hacia un observador "ajeno" es la parte que más me ha sacado del libro. Al pasar demasiado tiempo en su perspectiva, nos saca de la crudeza que hemos venido a buscar y termina por no dejar que nos recreemos en el odio que sentimos hacia Raymundo.

Es una historia cruel, realista nos presenta el personaje de Raymundo un hombre en apariencia ejemplar pero en el interior de su casa es un monstruo que te sumerge en la parte más oscura del ser humano, te muestra los pensamientos, sentimientos, planes y acciones de un pederasta, como también aborda con Aimee la dependencia de un amor tóxico que la hace ser cómplice con tal de no volver a estar sola; también es una historia dolorosa cuando vives con Cinthia y su madre las consecuencias de su secuestro