EL MATADERO; LA CAUTIVA

Tanto "El matadero" como "La cautiva" son relatos muy cortos que plantean dos momentos históricos muy importantes de una manera cruda y sin pulir, mostrando la barbarie sin firuletes...de una forma visceral y sanguinaria. En el matadero (1871) Echeverría muestra la crudeza y salvajismo que acarreó el gobierno del Gral. Rosas, la mazorca y la rivalidad a fuego entre unitarios y federales, tomando como escenario un matadero a representación del país y de toda la violencia y sangre que estaba produciendo esa situación. Obviamente sensuradísimo. Incluso siendo publicado después de su muerte. Una voz más acallada en el momento. "La cautiva" (1837) un poema dónde se plasma con mismas pinceladas de violencia y tortura la historia de una pareja de españoles que son cautivos de los indígenas y cómo intentan escapar de esa barbarie, en el contexto de la conquista de América. En este caso es llamativo el contraste entre lo poético y el hecho histórico narrado de forma tan fuerte, la "crueldad poetizada" Se entiende porqué son relatos fundacionales que suelen darse como material en la escuela secundaria, ya que a través de ellos se conoce una buena parte de la historia que se debe conocer, Y digo una buena y no toda porque ya sabemos que lamentablemente de muchas cuestiones históricas y políticas hay infinidad de versiones que no nos alcanzaría la vida para conocer, y así y todo no daríamos con las verdaderas en muchos casos.

Rescato su valor histórico, pero no me gustó la obra. Me pareció algo densa y abusa de un vocabulario que resulta complejo.

“El foco de la federación estaba en el matadero”. De esta manera Esteban Echeverría concluye su relato con una frase que sintetiza todas las metáforas y alusiones al gobierno de Juan Manuel de Rosas que realiza en su relato. Con una gran maestría literaria, Echeverría configura un escenario con imágenes sumamente sangrientas y grotescas. Y es a través de un lenguaje mordaz y satírico que denuncia el contexto social, político y económico del gobierno federal. Así pues, el escenario degradado del matadero le sirve para hacer una analogía con las instituciones del Estado, entre ellas, claro está, la Iglesia Católica. Es la segunda vez que lo leo pero no es un relato que me haya volado la cabeza, por eso el puntaje. Sin embargo, como dije, la prosa satírica de Echeverría me ha gustado bastante.

Relato cruel y despiadado de la época rosista. El fragmento donde el chico es degollado por el lazo y todo sigue como si no hubiese pasado nada me hizo acordar al partido de fútbol del año 1983 cuando una bengala mató a un chico de 25 años y el partido no se suspendió...

No me gustó, entiendo su valor histórico pero me pareció muy violento, demasiado cruel. Se me hizo denso, lo tuve que parar de leer varias veces.

Publicada en formato de folletín entre 1779 y 1880, esta obra se configura como una crónica policial que narra la vida del gaucho Juan Moreira. De carácter noble y humilde, es perseguido incansablemente por la justicia a partir de su casamiento con una mujer pretendida por el teniente alcalde del partido de Matanzas. Rescato las críticas que realiza al sistema judicial de finales del siglo XIX, el cual no garantizaba los derechos constitucionales del gaucho argentino sino que, por el contrario, lo perseguía, abusaba y condenaba en situaciones totalmente absurdas e injustificadas. Pero por otro lado, si bien la pluma de Eduardo Gutiérrez es cautivadora, por momentos se me hacía muy repetitiva y pesada. Se narraban algunos detalles muchas veces cuando ya no hacía falta (por ejemplo, en qué posición dormía Moreira por la tarde). Además, la vida de Moreira es digna de asombro pero me parece que la historia tiene muchos episodios exagerados. A veces me parecía estar leyendo una película de Hollywood donde el protagonista lucha con todo el mundo y nunca sale herido... Por último, el narrador se ocupa bastante en ensalzar con elogios a Moreira sin cuestionar ni una sola de sus acciones, algunas de las cuales me parecieron mínimamente polémicas (como el robo a los indígenas, las trampas en los juegos o el resentimiento con Vicenta). Aun así, no deja de ser un clásico de la literatura argentina y del romanticismo latinoamericano que hay que leer para entender, aunque sea un poco, la vida sufrida del gaucho argentino, con todas sus penas y proezas tan bien narradas por Gutiérrez.