De la mano de su profesor, dos estudiantes de psicología participan en un experimento que consiste en estudiar el expediente médico de un paciente de una clínica psiquiátrica privada de Berlín, donde hace años tuvieron lugar escenas de horror y que, actualmente, se mantiene cerrada al público. En medio de los acontecimientos se hallan el joven Caspar, un paciente que sufre amnesia, incapaz de recordar quién es, y también un asesino en serie conocido como el Destructor de almas. Tras el ataque a tres mujeres, el Destructor de almas centrará ahora su objetivo en el centro psiquiátrico. Cualquiera puede ser la próxima víctima…
Este es mi primer libro de Sebastian Fitzek por lo que puede que mi experiencia de lectura se viese afectada por el hecho de que no estaba acostumbrado a su tipo de escritura, dicho esto puedo resaltar que su punto más fuerte es el enigma propuesto desde sus primeras hojas, así pues convirtiendo al lector también en jugador dentro de la historia tentándolo a prestar atención a las pistas que se dan para adivinar la respuesta antes que los personajes del libro. Si bien algunas "vueltas de tuerca" pueden sentirse injustas o tramposas e incluso algunos elementos de la historia demasiado convenientes o poco naturales podemos rescatar un ritmo veloz de lectura y una marcada distinción de personajes que no consideraría para nada complejos así como un par de pausas bien definidas de la lectura (saltos entre historias) que marcan los diferentes actos. Es un libro sencillo con sus altos y bajos que no deja la sensación de ser trascendental para el lector pero es entretenido. Lo recomendaría para las personas que no suelen leer demasiado o que gustan de lecturas veloces más no para quienes busquen un lectura compleja o apantallante.
El autor trasplanta sus pensamientos a la mente del lector, dejando que estos, que a menudo se encuentran a miles de kilómetros, puedan ver, sentir, experimentar y descubrir lugares que nunca habían pisado antes"
Si era el Destructor de almas quien había intentado abrirla, por qué le había perdonado la vida a Greta?
¿Y si sólo soy un simple mensajero?. Un caballo de Troya con una carga mortífera en el interior de mi cuerpo que tan sólo espera a que llegue el mejor momento para hacerla estallar.
Se cómo hacer el nudo de una corbata, leer un libro o ir en bicicleta. Sólo son mis vivencias las que han desaparecido.
Todo el mundo sabe que no es posible hipnotizar a alguien en contra de su voluntad.
Cayó hacia la profundidad, al hueco frío y oscuro en el que nunca había habido una luz antes, a la prisión de su alma.