CADA SIETE OLAS

Continuación de la novela Contra el viento del norte, cuyo argumento gira en torno a dos desconocidos que empiezan a escribirse vía mail después de que uno de ellos reciba por error un mensaje que no le corresponde. Son libros cortos y de lectura ágil, ya que están escritos íntegramente en formato epistolar (todo lo que sucede se narra a través de correos electrónicos que se van enviando) Si bien este segundo libro no me ha llegado a gustar tanto como el primero, es de lectura obligada si quieres conocer como termina la historia de Emmi y Leo...

Una peculiar mirada sobre las relaciones amorosas en la era del internet. En la vida diaria ¿hay lugar más seguro para los deseos secretos que el mundo virtual? En Contra el viendo del norte, Emmi Rothner envía por error un correo electrónico a Leo Leike y no se da cuenta de las consecuencias. Así, poco a poco, se entabla un diálogo en el que no hay marcha atrás. Parece solo una cuestión de tiempo que se conozcan en persona, pero la idea los altera tan profundamente que prefieren posponer el encuentro. ¿Sobrevivirían las emociones enviadas, recibidas y guardadas un encuentro «real»? En Cada siete olas (no digo más, sino es spoiler) Emmi y Leo nos enseñan que, después de que seis olas rompan en la orilla llega la séptima, y ésa trae siempre muchas sorpresas. El romance epistolar de un hombre y de una mujer que se ocultan detrás de su computadora, desarrollan una relación parcialmente protegida por un cierto anonimato y la impresión de dominar una parte de la libertad. Ambos quedan atrapados en el juego y tienden a descuidar cada vez más su complicada vida. Pero esa libertad relativa, así como su relación, les traerá problemas. Ambas trabajan con los límites entre la posibilidad del encuentro y la postergación del mismo; la posibilidad de la realidad y la inevitabilidad de la fantasía. Lo que más me llamo la atención de ambas novelas es su estructura. No es una estructura lineal típica de inicio, nudo y desenlace. Más bien, un conjunto caótico, pero a la vez ordenado, de e-mails que intentan contar una historia, aunque en la actualidad, con la inmersión que tenemos en las redes sociales y las app de mensajería, poco realista. La imagino (porque no se nos señala) situada en los ‘90. En tal sentido, siento que el autor se ha limitado a trasladar el género epistolar a nuestros días, sin plantearse jugar con las posibilidades que ofrece internet o con sus limitaciones. Sin embargo, creo que nunca había estado tan atrapada en el mundo de los correos electrónicos. Hay algo que atrae y que engancha. Es una lectura ágil y fresca. Con esta estructura, el autor permite la intriga por leer y el experimentar las mismas emociones que los personajes. Quizás su misma estructura incida en el desarrollo de los personajes porque siempre son develados en virtud de cómo el otro los concibe, percibe e interpreta. Las acciones de Emmi siempre son juzgadas desde lo que Leo deduce, y viceversa. La novelas epistolares permiten un abordaje que en este caso queda superficial. No obstante, como el lector sabe en todo momento exactamente lo mismo que saben los protagonistas de la historia, ni más ni menos información, vive la historia al mismo tiempo que la viven los personajes. Los emails son, en ambas entregas, bastante originales, con tonos cómicos, sentimentales, mordaces. Quizás me faltó al menos un email más para disfrutar con más detalle del desenlace de la última novela.

Finalizado: domingo 13 de julio del 2023. Puntuación: 2.5 / 5. Segunda parte de una bilogía. Si bien esta continuación de "Contra el viento del norte" es buena y me hizo pasar un buen rato, no está al nivel de su antecesor. Y encima, ese buen rato estuvo marcado por largos intervalos de irritación y desagrado. La verdad es que se pierde bastante de la magia del primer libro. Los diálogos entre Emmi y Leo me parecieron monótonos la gran mayoría del tiempo. E incluso, las situaciones que se suponían debían ser dramáticas y tensas, terminaron siendo reiterativas, predecibles, exasperantes, pero, sobre todo, INNECESARIAS. Reiterativas porque es un copia y pega del primer libro y sinceramente esperaba más evolución en las problemáticas de los personajes. Predecibles porque son los típicos y ya más que manoseados problemas de comunicación que tienen los personajes de libros de romance, los cuáles fueron tratados de una forma sumamente infantil y ridícula considerando que se trata de personajes de 34 y 37 años. Exasperantes porque al autor, en un abanico enorme de posibilidades para expresar las complejidades de un amor en línea, de los efectos que eso tiene en la mente de las personas o de las problemáticas sociales y culturales que trae consigo, la fantástica y original idea que se le ocurre es repetir el mismo drama ridículo del primer libro, dándole mil y una vuelta, llevándolo al límite para terminar resolviéndolo de una forma sumamente simplista y deshonesta. E innecesarios porque si le sacamos al libro todo lo ya mencionado, la sustancia que le suma a la historia del primer libro es mínima. Los personajes no son tan elocuentes como en el primer libro. Las conversaciones no fueron para nada interesantes o excitantes. Todo se trató de jueguitos de poder muy tontos, de tiras y aflojas y de querer tener la razón. Las discusiones entre ellos se volvieron cada vez más irritantes e infantiles. La falta de comunicación y los "quiero, pero no puedo" y los "me gusta, pero me asusta" me dieron vergüenza ajena. Al final, después de todo el daño que hicieron Emmi y Leo a las personas que los rodeaban, de todo el daño que se hicieron mutuamente y de todo el daño que se hicieron a sí mismos, ¿qué aprendieron? NADA. ¡Pero no importa! Son felices mientras comen perdices. Aún no puedo creer que el autor decidió que el giro argumental de la historia fuera que la protagonista ocultara algo que podría haber solucionado toda su historia de amor en la página 50, pero se lo calla porque... ¿porque por qué no? En definitiva, a este libro le sobraron páginas. Con 100 bastaban para contar esta segunda parte. Creo que el autor debió haber agregado esas 100 páginas al primer libro y hacerlo autoconclusivo. Esta segunda parte no era necesaria. Para concluir, y a modo de reflexión, creo que el género del romance se ha convertido en algo tan patológicamente infantil y ridículo que ya ni libros que apuestan por un romance maduro y profundo se salvan. Detesto la palabra "normalizar", pero es demasiado cierto que en los libros de romance no solo se normalizan, sino que también se exaltan y se toman por verdaderas y deseables las conductas sumamente mezquinas, egoístas, caprichosas y ridículas de los personajes. Incluso en libros como este, hay problemas de comunicación irrisorios, actitudes sumamente ególatras y egoístas por parte de los personajes, cero aprendizaje, cero evolución, cero responsabilizarse por las decisiones que toman y mucho, pero mucho drama y absurdo. Ninguno sufre las consecuencias negativas de sus actos, e incluso son pintadas como tiernas o pasionales. Los mismos autores que escriben romance son los que se encargan de ensuciar el género, de rebajarlo a la mera superficialidad. Decepcionante.

Continuación de Contra el viento del Norte, esta segunda parte está a la altura de la primera desde mi punto de vista, empieza justo donde se quedó la primera y nos sigue desarrollando la historia entre Emmi y Leo. Aquí se ve menos desarrollo de los personajes, menos crecimiento, quizás la historia es algo más lenta, más centrada en sentimientos que en hechos, pero creo que es una continuación perfecta para el primer libro, aunque también debo confesar que quizás ambos libros podrían fundirse en uno solo. Aún así si os gustó Contra el viento del norte lo recomiendo.

Creo que escribió esta continuación a pedido del público, porque yo con "Contra el viento del norte" me quedé verdaderamente descorazonada. Después de este libro me declaro fan de este autor alemán.

Es adictivo leer las conversaciones.... sientes las emociones

Una historia que me ha encantado y que te engancha desde el principio a fin !

Para recomendar.