ANA, LA DE AVONLEA

AMO, AMO, AMO. Seguimos con la historia de Ana. Ya no es más la chiquilla parlanchina que llegó a Tejas Verdes cuatro años atrás. Ha crecido, se ha educado y ahora es maestra en la escuela de Avonlea. Ayuda a Marilla, su protectora, a criar a un par de mellizos huérfanos, y va por ahí ganándose el cariño de las personas y entablando amistades muy profundas con almas gemelas. La verdad pensé que la historia no podía gustarme más, porque Ana, como joven adulta, ha dejado atrás las incansables conversaciones que tanto me divertían y ahora se convierte en una joven más serena y establecida, capaz de enseñar lecciones de moral a sus alumnos y mellizos protegidos, así como dar la bienvenida al romance. Sin embargo, gracias a unos cuantos sucesos se demuestra que Ana sigue teniendo el espíritu de la niña que alguna vez fue, como ella misma lo dice: He sido niña durante catorce años y llevo apenas tres de persona mayor. Creo que siempre me sentiré niña en los bosques. En este tomo, se agregan algunos personajes nuevos que hacen variar la historia librándola de caer en lo repetitivo y monótono (que considero con Ana nunca pasaría). De entre ellos destacan, claramente, los niños Davy y Paul. Gracias a ellos, no perdemos esa chispa de diversión con los comentarios que los niños hacen y las demostraciones de imaginación que Ana misma nos brindaba en el primer libro. Y sobre todo, amé como se desenvolvió todo para el señor Harrison y la señorita Lavendar Lewis. En conclusión, Ana de Avonlea superó las expectativas bajas que le tenia por una Ana crecida y cambiada, pues me sigue demostrando que no solo los habitantes de Avonlea le toman cariño por su personalidad, bondad y buenas obras, sino también yo, que estoy ansiosa de continuar con su historia.

Una saga muy tranquila que, aunque no te deja picada, quieres seguir disfrutando de los personajes. No lo disfruté tanto como el primero (no aguantaba al mellizo, solo aparecía para molestar), pero sigue siendo una buena lectura.

Ana ya tiene dieciséis años, y es la maestra de la escuela de Avonlea, en la misma puede practicar su vocacion de enseñar pero tambien continua aprendiendo de sus alumnos viviendo miles de nuevas historias, conociendo nuevos amigos, uniendo amores antiguos y descubriendo su propio romance. Es una historia con mucha frescura y simpatia.

Este libro me ha gustado, pero no es lo mismo que el primero, porque, si bien logra mantener todo el encanto de Ana y añade personajes maravillosos como los gemelos, Paul o Harrison, he sentido que era un libro puente hacia el siguiente. A veces lo leía y no sabía hasta dónde llegaría, no había nada que me motivara a seguir leyendo más allá del encanto de los personajes, era un libro sin trama en el que muestran qué pasa hasta que Ana llegue a la universidad. Además, mis partes favoritas, que siempre han sido los alumnos en la escuela, no aparecían apenas. Por descontado, en este libro se muestran pequeñas pinceladas de misoginia que en el anterior no aparecían (ENTIENDO QUE NOS REMONTAMOS AL SIGLO xix) que me daban un poco de pereza. Igualmente, el libro estaba bien, aun si eché de menos la aparición de Diana y Gilbert, que en el primero aparecían con mucha frecuencia y en este no tanto, se descubren personajes e historias maravillosos, como la de Lavender. Espero poder ponerle unas merecidas 5 estrellas al siguiente libro, como hice con Ana la de tejas verdes.

Inmediatamente de acabar Ana de las tejas verdes me puse a buscar la novela siguiente que es para lectores a partir de 12 años y yo tengo 68 pero no importa la edad porque este tipo de novela llena de frescor y fantasía me llega al corazón Es tan duro escuchar las noticias en los telediarios que ocupar la cabeza de cuando en cuando con romances y fantasías escritos por una mujer que vivió hace dos siglos es una cura para el espíritu Lo recomiendo y voy a ver si me hago con la continuación

Se pierde demasiado de la magia del primer libro, la inocencia de Ana se transforma y pierde atractivo a la narración, hasta que entran más niños en escena y todo vuelve a tomar un matiz inocente. Los que para mí salvan el libro son los pequeños que conocemos y con los que Ana interactúa a diario. Las relaciones con los mayores se transforman y hay una nueva complicidad con todos ellos, y lo único que me animó a empezar el siguiente libro fue que comienza la etapa de enamoramiento de Ana. Seguiré hasta que de plano haya uno que no me agrade.

Me parece que el libro es muy bonito, me gusta la llegada de los nuevos personajes. Fue bonito ver a Ana como maestra de la escuela. Le tengo gran amor a estos libros y a este libro igual porque me mostró sigue ese gran corazón que tiene Ana y a pesar de que se volvió algo más sensata sigue nos muestra su alegría, sus aventuras, su amor por cada detalle, su lado romántico y todo lo demás.

Maravilloso libro, toda la saga es incomparable. Los leì en mi adolescencia y son también los favoritos de mi hija, que ya es adulta. lo he releído unas 6 veces, y siempre descubro un nuevo matiz.