Un prófugo de una prisión de alta seguridad en Australia y llega a Bombay dejando tras de sí toda su vida anterior: una ex - esposa y una hija de la cual ha perdido su custodia. Su nombre es Lin, pero pronto será conocido como Shantaram, el hombre de la paz de Dios. En Bombay conoce a Prabaker, su guía hindú, poseedor de una eterna sonrisa que le hace ganarse a todo el mundo. Prabaker le enseña a hablar hindú y marathi y lo sumerge en el Bombay turística y en el desconocido Bombay de los bajos fondos. Durantes este viaje conocerá a la hermosa y peligrosa, Karla, que ocultará un oscuro pasado y de la que, cómo no puede ser de otra manera, se enamorará perdidamente. La novela combina el relato épico con pasajes de gran belleza, humor y sensibilidad a la vez que conmueve la mente y el corazón e induce a la reflexión. Es por otra parte, un gran homenaje literario a Bombay.
Un condenado australiano consigue fugarse de una prisión de alta seguridad en su país. Después de colarse escondido a bordo, en diferentes medios de transporte, consigue llegar a la ciudad india de Bombay. En principio, aquí se siente libre y a salvo de las autoridades. Sus conocimientos sobre primeros auxilios le permiten ganarse la vida practicando sanaciones y curas. También va conquistando confianzas, ayudas y simpatías de muchos de los vecinos en aquel suburbio donde, finalmente, ha decidido instalarse a vivir. Pero a su alrededor también afloran otro tipo de negocios menos saludables y transparentes. Otro tipo de relaciones menos recomendables. Claro, que las frecuentes peleas entre jóvenes de diferentes etnias, por motivos ideológicos o religiosos, favorecen económicamente a nuestro protagonista, al menos en la mayoría de las veces. Se incluyen aquí relucientes e intensos episodios de amor, prostitución, drogas... ¡Además de este carismático prófugo de la justicia! Para bien, y para todo lo peor, Bombay es una ciudad de lo más cosmopolita, muy bien descrita y detallada por Gregory David Roberts, autor de esta fenomenal obra literaria.
De esos libros que una vez que lo comienzas a leer no lo puedes soltar hasta haberlo acabado. Es una historia que tiene un poco de todo: prófugos de la ley, mafia, amor, aventura, comedia, filosofía. La manera de escribir de Gregory David Roberts es muy peculiar; es digerible, y de alguna manera sabe llegar al corazón del lector. Mil y tantas páginas que disfruté de inicio a fin.
... si conviertes tu corazón en un arma, siempre terminas utilizándola contra ti mismo.
Soy francés, gay, judío y delincuente, más o menos en ese orden. Bombay es la única ciudad que conozco que me permite ser esas cuatro cosas a la vez.
... la civilización se define por lo que prohibimos, más que por lo que permitimos.
La vida de un fugitivo supone una mentira en el eco de cada risa y, como mínimo, un pequeño hurto en cada acto de amor.
Y había aprendido por las malas que a veces, incluso cuando nos mueven las intenciones más puras, empeoramos las cosas cuando pretendemos mejorarlas por todos los medios.