NADA

Pierre Anthon decide no volver a la escuela, decide no seguir el curso normal de las cosas, decide romper con la cíclica existencia en la que nada encuentra. Él, un chico que apenas cursa el séptimo grado, abre los ojos al mundo y queda desahuciado a muy temprana edad, aplicando a cabalidad lo que decía Borges “Bienaventurados los que abren los ojos, porque no volverán a cerrarlos”. Pierre, que es el personaje principal, logra desencadenar una serie de acciones en sus compañeros en torno al significado de la vida, del sentido de la existencia. Él nos devela la vida como un ciclo inútil, como algo que por azar nos toca enfrentar, como una infortunada existencia a la que le debemos dar sentido. Schopenhauer decía que el peor error del humano era haber nacido y que su forma de enmendarlo era la posibilidad de la muerte, Pierre Anthon no sería un típico discípulo del filósofo alemán, pero en algo sí convergirían, en el sinsentido de la existencia y el tedio de la vida. “Nada” nos sumerge con ingenuidad, a veces, con profundidad en otras, en temas propios del existencialismo, si el hombre se percata de que nada tienen sentido, ha de tomar dos posturas frente a ello, caer en el pesimismo más derrotista o cargar ese camino de significado, quizá por ello seamos Sísifos en medio del azar cotidiano, todo el tiempo estamos alcanzando cúspides para al otro día descubrirnos en el inicio de las mismas; así per saecula saeculorum. Puede que parezca un texto desalentador, quizá para el común sea una amenaza juvenil, como efectivamente sucedió en muchos países donde lo vetaron, pero creo que cumple exactamente con lo contrario, una obra que al cuestionar todo lo establecido, intenta generar en el lector otro tipo de proyecciones, salir de esa zona de confort donde damos todo por preexistente, cargar todo de nuestro propio significado. Finalmente eso creo que deben hacer los buenos libros, cuestionarnos, enfrentarnos, golpearnos, si esperamos de ellos lo que queremos que nos digan, no estamos frente a una obra de arte, sino frente a un producto que solo nos quiere hacer sentir bien, para que lo compremos y lo divulguemos, una consecuencia más del canto de las sirenas que pregona el comercio.

Siempre decía que nada importaba, que todos moriríamos y jamás nadie nos recordaría así que al final nada importaba. Pero este libro me dijo lo contrario, me demostró que existe un significado. Somos efímeros, cambiantes, iguales e inigualables, poseemos más de lo que pensamos, somos más de lo que creemos. Todos tenemos un significado. Nadie es nada. Nuestra identidad, nuestra patria, nuestra religión, nuestros placeres, nuestros pasatiempos, nuestros gustos, nuestros amigos, nuestras mascotas, nuestra familia, nuestros dedos, nuestra existencia tiene un significado, impalpable pero perceptible. Nuestro. Algunas veces pensamos que nada importa, nada tiene sentido, todo empieza y termina, todo vive y muere. Las flores abren sus pétalos y se marchitan luego. Pero la flor es bella y dará lugar a más flores y ese es su significado, inmenso e infinito, en un ciclo, en un carrusel sin fin. Un libro pieza del significado y de la nada. Un libro que te adolece y te cura. Un libro que te pierde y te encuentra. Un libro que te cambia y te hace el mismo. Un libro especial. NADA es un remolino de imposibilidades narradas como si fueran posibles. Es un arrastre subjetivo a la profundidad de nuestros miedos acerca del sentido de nuestras vidas. Es la puerta sonriente de nuestra conciencia en boca de niños de trece años, en Pierre Anthon de catorce. Es un ciruelo viejo, retorcido, con demasiadas ramas, lejos del mundo que susurra la nada y huye del significado. Sinceramente estoy encantada, es un libro maravilloso. Es demasiado bueno. Es lo que estaba buscando.

“Nada” es un libro que penetra y escudriña todos tus rincones haciendote buscar el significado de algo que quizá no lo tiene. Es un libro que inicia completamente inocente y podría llegar a tratarse un tanto infantil, pero a medida que se va desarrollando la historia, se torna un poco tétrico y espeluznante; más allá de eso, tiene un trasfondo casi que filosófico, en donde nos enseña como estamos viviendo sin realmente sentirnos vivos, como en realidad a veces no importa nada y constantemente le buscamos el significado a las cosas para poder avanzar y sentirnos aunque sea un poco en tierra, porque eso es lo que día tras día nos enseñan, el tener que hacer algo como significado para “ser alguien” cuando a veces ni sabemos lo que somos. Aquí, se conoce la vida de Pierre Anthon, un niño de séptimo grado que se aleja de todo para ser parte de la nada, en donde dice que ni la vida misma tiene sentido, puesto que todo consta de vivir para luego morir y quedar en el olvido; en medio de esa nada, sus compañeros de clase intentan buscar el todo, el significado de cada cosa que con el pasar del tiempo ya no significa tanto, y terminan dejándose llevar por la banalidad y lo material, creyendo que aquello es el verdadero significado de la existencia. Nos relatan poco a poco como el ser humano al entrar en duda frente a las riendas de su vida, se convierte en un ser totalmente desalmado y es capaz de sobrepasar esos limites imaginarios de lo que es lo bueno y lo que es malo. Muchas personas luchan contra ese Pierre que no los deja avanzar y en medio de su desdicha y del sinsentido en que se convierte su vida, deciden ponerle un punto final, al fin y al cabo “todo da igual, porque todo empieza sólo para acabar. En el mismo instante en que naceís, empezaís ya a morir. Y así ocurre con todo”. -Evelin Querubín Ramírez 10-2

Cuando ví por primera vez este libro pensé en un gran vacío, en ese momento no sabía quién era Pierre Anthon ni la inmensidad de sus pensamientos. ¿Qué significaba la vida si todo era un comienzo, un final y un volver a empezar? ¿qué significado había en creer, en temer, en agradecer, sentir y existir? ¿qué importancia habría detrás de nuestra existencia? Nada... nada importa ¿o si? Acompaña a aquel grupo de niños en su búsqueda de respuestas para encontrar algo que tenga significado. Y es que, con el significado no se juega.

¡Vaya, que libro! Se vuelve más oscuro conforme lo vas leyendo. Este libro es una bofetada en la cara, pero una de esas bofetadas que son necesarias, que te despiertan, que te conmueven, que te muerden. ¡De verdad, que libro!

No podía dejar de leerlo. Buena lectura.

Cuando conseguí este libro fué por un blog de lectura, pensé que sería un libro de fácil lectura para adolescentes. Estaba completamente equivocada. Un libro que leí muy rápido, con algunas preguntas existenciales que me ha costado responder. Aún no puedo decidir que pondría en “el montón de significado”. Sin duda este libro se quedó rondando por mi mente varios días

Texto argumentativo del grado 10°2 Tesis: El libro me parece excelente, por sus enseñanzas y su trama, aunque me parece algo inapropiado, siendo un libro para niños de 14 años. Argumento 1: Me parece inapropiado porqué el libro está diseñado para un público de 14 años, y no creo que todos los niños puedan "digerir" las escenas donde profanan una tumba, o incluso, degollan a una perra. Argumento 2: Parte de su trama se basa también en la crítica que le hacen a la iglesia, robando al Jesucristo y dejando que la perra haga sus necesidades en él. A mí me parece excelente la forma en la que lo hacen; pero, reitero que es muy dificil que un niño lo entienda. Argumento 3: También me parece muy bueno el libro porque sus enseñanzas nos hacen ver la vida desde otro punto. Nos enseña que debemos vivir nuestra vida sin fijarnos en las de los demás y también no enseña que lo único que importa en la vida son las experiencias. Conclusión: "Nada" es un libro entretenido y fuerte para algunas personas, pero que vale la pena leer por sus enseñanzas.