Novela con una trama hipnótica encajada como un puzle y unos personajes con alma que se debaten entre el bien y el mal. Un hombre aparece ahorcado en un pinar a las afueras de Madrid, con los ojos arrancados de cuajo. En uno de sus bolsillos se halla un misterioso papel con el nombre y la dirección de una mujer: Sara Azcárraga, que vive a pocos kilómetros del escenario del crimen. Frágil, solitaria, bebedora de vodka en soledad, Sara rehúye cualquier contacto con los humanos y trabaja desde casa. El teniente de la Guardia Civil Julián Tresser se hace cargo del caso, asistido por el joven cabo Coira, que se enfrenta por vez primera a una investigación criminal, una investigación difícil, sin apenas pistas, con demasiados enigmas. A medida que el teniente Tresser avance en sus indagaciones, descubrirá unos hechos que darán un trágico vuelco a su existencia y le conducirán a un viaje a los infiernos que marcará su vida para siempre.
Es una historia ágil, entretenida. Habla de aspectos muy duros de la vida, de cómo algo que te ocurre en la niñez marca tu vida para siempre. Me ha gustado mucho aunque me habría gustado un final más cerrado.
Entretenido,buena trama y apasionante.!Cuántos maltratos y violaciones silenciados en la infancia que convierten a esos niños en adultos psicológicamente inestables y dejan impunes a los culpables!
Apasionante. Bien escrito, sin rodeos. Buena literatura en edte thriller que no pude dejar de leer hasta el final. Ah! Y muy actual
No pude pasar de la Página 130. No deseaba leerlo, me obligaba a ello. Y si te obligas a leer, eso significa que ese libro no es para ti.Este no es para mí. Por lo poco que leí, los personajes son super odiosos, la historia va lenta...y pasa a cosas que no vienen a cuento. Quizá ahora no es el momento para leer este libro. Puede que más adelante le de otra oportunidad.
Sólo se puede llegar a la luz cuando se aprende a ver en la oscuridad
Nunca se conoce a las personas del todo. En cada una habita una sorpresa o una decepción
No existe el crimen perfecto, sino la investigacion imperfecta
No se puede amar demasiado, porque siempre acechará la decepción.