Sinopsis de MEMORIAS DE ADRIANO

Un emperador romano se inclina sobre su pasado: el poder, las conquistas, los turbios episodios palaciegos, las horas de triunfo y de peligro... Adriano cuenta su propia historia y poco a poco el César va dejando asomar al hombre, su atormentada intimidad, su secreto, que habría de fijarse en estatuas, en poemas, en templos. Bajo la forma de una autobiografía imaginaria minuciosamcnte fundamentada en la realidad histórica, Marguerite Yourcenar reconstruye un tramo espectacular del gran pasado clásico.La autora cuenta que una vez encontró, en una carta de Flaubert, esta frase inolvidable: 'Los dioses no estaban ya, y Cristo no estaba todavía, de Cicerón a Marco Aurelio hubo un momento único en que el hombre estuvo solo'. Es el momento que inmortaliza su Memorias de Adriano.

49 reseñas sobre el libro MEMORIAS DE ADRIANO

Esto es otro nivel, amigo mío. Esta obra de Yourcenar juega en otra liga. Poco más de doscientas páginas de pura literatura. No esperes una novela histórica al uso, con sus batallas, intrigas y amores. Se trata de un ejercicio de introspección en el que la autora, sirviéndose de un estilo epistolar, se introduce en el alma del emperador Adriano y consigue crear un personaje, un ser humano completamente real. Yourcenar nos habla desde lo más profundo del personaje haciendo que la olvidemos completamente y consiguiendo hacer aparecer ante nosotros a un Adriano de carne y hueso que respira y que siente. Supongo que la traducción de Julio Cortázar ha ayudado bastante a elaborar un tejido sublime en el que prosa, poesía y filosofía se entremezclan como hilos tan finos que en ocasiones es difícil distinguirlos. Cierto es que el libro es exigente. No es fácil si quieres degustarlo en su plenitud. Incluso algunos fragmentos pueden hacer que pierdas la atención fácilmente. Requiere una lectura pausada. Casi frase a frase. Tal cual parece escrito. Cada oración tiene su lugar, su sentido independiente, su valor. El libro te pide un esfuerzo más intenso de lo habitual. Vamos, que no es una novela de esas que puedes leer con la tele encendida si de verdad quieres bucear dentro de ella. Pero el esfuerzo merece la pena. Mención especial merece el último capítulo: Patientia. No se dónde se puede aprender a escribir así. En resumen, una obra maestra que bien merece una relectura dentro de un tiempo.


Me costó empezar, pero madre mía cuando cogí ritmo… este libro es una maldita obra de arte!!! Las descripciones, los detalles, los personajes históricos que aparecen, los escenarios en los que se sucede su vida, la ambientación, todo, absolutamente todo, es una maravilla. Es como hacer un viaje en el tiempo y sin más estar escuchando al mismísimo Adriano y viendo todo lo que él vivió. No hay tensión narrativa, ni épicas batallas, ni capítulos o diálogos que hagan más ágil y cómoda la lectura. Es una narración pura y dura. Un texto denso y serio. Y sin embargo te atrapa. Destila inteligencia en cada página. El trabajo de documentación es tan detallado, tan profundo, que no puedes más que sentir admiración por esta mujer y la maravillosa obra que nos ha regalado. Y ahora necesito volver a Roma. Y pronto!


Esta novela histórica escrita a mediados del siglo pasado juega a imaginar cómo serían las memorias de unos de los considerados emperadores “buenos” de Roma: Adriano. Marguerite Yourcenar hace un trabajo enorme de documentación cogiendo lo que sabemos a través de muchas de las fuentes clásicas, misivas y descubrimientos históricos y arqueológicos, no solo para narrar la vida y metas alcanzadas por el emperador Adriano, sino también para ver el mundo a través de sus ojos y sus ideas. No es una lectura rápida si la comparamos con la novela histórica que se escribe en la actualidad: más dinámica, con más acción y con un estilo más cinematográfico. El estilo de Yourcenar es más íntimo, pausado, reflexivo. Con un esfuerzo enorme para ponerse en la piel de un emperador que vivió hace casi dos mil años y contarnos el mundo tal y como ella imagina que lo vivió. Así pues no leeremos sobre batallas, conquistas, conjuras e intrigas. Las hay, por supuesto, pero se las menciona de pasada sin pararse en ellas. El foco se centra más en las reflexiones filosóficas del momento, de los vaivenes de una vida en el que el centro del poder está en tu persona, en los retos y anhelos, en el amor y el desasosiego de la muerte. Una introspección de la persona y no del personaje que da a la obra un carácter muy personal, similar al que Robert Graves hizo en su “Yo, Claudio” y la segunda parte, “Claudio, el dios y su esposa Mesalina”. Aunque existen diferencias importantes entre ambos escritores. Como la propia autora dice en las notas finales del libro: “[…] este estudio sobre la suerte de un hombre que se llamó Adriano hubiera sido una tragedia en el siglo XVII y un ensayo en el Renacimiento.” Por ello, “Memorias de Adriano” demuestra el enorme trabajo que hay detrás de la obra y un tacto sin igual para tratar los hechos históricos y de los personajes, reales o ficticios. Obviamente, Yourcenar coge muchas de las fuentes históricas con pinzas, pues es bien sabido que mucho de lo que transmiten no es del todo fiable. Y añade de su cosecha personajes y motivaciones para poder completar la historia y formar esta novela histórica. Por supuesto, habrá partes del libro en el que se mencionan algunos de los legados más conocidos de la importancia de Adriano que nos han llegado a día de hoy, como la creación del Muro de Adriano en Britania como defensa (o delimitación de los límites) del imperio. La restauración del Panteón, que se quemó y tuvo que ser reconstruido manteniendo la inscripción de Agripa en su frontón. El conflicto y rebeliones en Jerusalén que destruyó la paz por la que tanto había trabajado en Oriente. O su propio mausoleo, que acabó llegando a nuestros días como el famoso castillo Sant’Angelo en Roma. También tengo que decir que su lectura no me ha enganchado tanto como esperaba. Y es que su texto es muy denso en algunos pasajes. Hay poca acción y el estilo es tan reflexivo, que es fácil distraerse en su lectura. Aún así reconozco el trabajo y los enormes conocimientos tanto culturales como humanos que hay detrás. Es una perfecta continuación a la historia que narra Santiago Posteguillo en su trilogía de Trajano, ya que ambas historias se yuxtaponen y complementan. De esta manera podemos comprobar que las personalidades de Trajano y Adriano coinciden en ambos escritores, pero las motivaciones que mueven a Adriano en las novelas de Posteguillo (especialmente en la última, “La legión perdida”) se muestran diferentes en la novela de Yourcenar. Y ojo, esto no es malo, sino que nos ayuda a entender la riqueza del personaje, tener una visión más concreta del momento que le tocó vivir y la situación en la que se encontraba hasta que Trajano no nombrara un heredero. Así que si estáis leyendo o vais a leer la trilogía de Posteguillo, os recomiendo mucho que leáis a continuación “Memoria de Adriano”. Y es que me ha fastidiado un poco que hayan pasado tres años desde que leyera el último libro y reencontrarme aquí a muchos de sus personajes, de los que muchos solo tengo un vago recuerdo, y en el que se les trata de manera diferente según el punto de vista de Adriano.


Escrito de una forma elegante e intimista, es una novela histórica de calidad suprema. Naturalidad y fineza tratando de temas amorosos. Impresionante. No es un libro para los que leen best sellers. No hay acción trepidante. Solo sentimiento.


Posicionamiento histórico, poesía narrativa y una historia de amor cautivante. Sumesele a ese cóctel la traducción de Cortázar y obtendrá un libro con pretencion de podio.


Una novela histórica sin igual, narrada en primera persona por el emperador Adriano, se cuestiona sobre el hombre que deseó ser, el hombre que fue y el hombre que es, y como sus acciones lo llevaron a donde se encuentra. Un libro lleno de frases intensas y poderosas sobre la vida, la muerte, la humanidad, la arquitectura, entre otros temas. Pdta.: si desean adquirir el libro en físico, se sugiere la traducción que realiza Julio Cortázar.


Novela apacionante captura al buen lector y le exige.Lo reta diría yo .Por ello muchos no lo terminan.Me gustó el capítulo que habla sobre el sueño la autora lo compara con la muerte y la resurrección.


Sin duda la autora nos deleita con su calidad intelectual.


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