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LITERATURA CONTEMPORÁNEA

MAÑANA EN LA BATALLA PIENSA EN MI

JAVIER MARÍAS

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8,2

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Sinopsis de MAÑANA EN LA BATALLA PIENSA EN MI

Narración sobre asuntos que nos atañen a todos: sobre el ocultamiento, los hechos y las intenciones; sobre el actuar sin saber y la voluntad que casi nunca se cumple; sobre la negación de las personas que una vez quisimos y el olvido y la indecisión; sobre la despedida, y también sobre el engaño, que quizá «es nuestra... La hechizante primera frase de esta novela ya dice mucho, quizá demasiado: «Nadie piensa nunca que pueda ir a encontrarse con una muerta entre los brazos y que ya no verá más su rostro cuyo nombre recuerda». Esto es lo que ocurre al narrador, Víctor Francés, guionista de televisión y «negro» o «escritor fantasma», encargado de redactar los discursos de la gente importante e ignorante. Recientemente divorciado, es invitado a cenar a su casa por Marta Téllez, mujer casada cuyo marido está de viaje y madre de un niño de dos años. Tras la cena galante, el hombre y la mujer pasan al dormitorio donde, «aún medio vestidos y medio desvestidos», ella empieza a sentirse mal hasta que agoniza y muere en una escena sobrecogedora.Esa infidelidad no consumada se convierte así en una especie de «encantamiento», con problemas bien reales e inmediatos: qué hacer con el cadáver, avisar o no avisar, qué hacer respecto al marido, qué hacer con el niño dormido, qué diferencia hay entre lavida y la muerte.

17 reseñas sobre el libro MAÑANA EN LA BATALLA PIENSA EN MI

Víctor Francés, narrador y protagonista de esta novela, es escritor de guiones y tb trabaja como negro ocasionalmente. Se cita con Marta Téllez, mujer casada y madre de un niño, en la casa de esta. En el transcurso de la noche, ella muere repentinamente en sus brazos y él huye sin comunicárselo a nadie. Ya en su funeral conoce a Eduardo Deán, marido de Marta, y al padre y hermana de Marta. Por motivos laborales llega a relacionarse con estos personajes, pero nunca cuenta que él acompañó a Marta en sus últimas horas de vida. Es esta novela una historia sobre el ocultamiento y la negación con interesantes reflexiones del protagonista. Muy estilo Javier Marias, que siempre cautiva.


"Mañana en la batalla, piensa de mí, y caiga tu espada sin filo: ¡Desespera y muere!” Estos versos, que se repiten una y otra vez a lo largo de la novela, proceden de la tragedia "Ricardo III" de Shakespeare. En la escena, estas palabras son susurradas por los espectros de todas aquellas personas a las que les han dado la espalda en vida o les han provocado la muerte. Precisamente, Javier Marías quiere hacer hincapié en la muerte y en todo lo que conlleva. Más que la historia en sí misma, lo verdaderamente interesante es la profunda reflexión que hace sobre temas que siguen siendo tabú en la sociedad: cómo afrontamos la muerte, cuánto dura el olvido si es que es posible olvidar, el sentimiento de culpa, la vergüenza, las dudas que surgen de todo lo que pudimos decir y lo que pudimos callar, los remordimientos, el sufrimiento y también el engaño. Cada párrafo nos hace pensar en nuestra propia existencia y nos muestra que todos somos insignificantes ante un mundo tan grande. En realidad, ninguno somos nadie y lo somos todo. A pesar de que la gramática resulta algo caótica, pues utiliza frases demasiado extensas, sin apenas signos de puntuación, el lenguaje es muy enriquecedor y la forma de expresar y transmitir ideas de Javier Marías es absorbente. Una lectura muy recomendable.


Marta Tellez durante la ausencia de su esposo decide invitar a cenar a Victor Frances con la idea de algo más que una cena, luego de la comida y acostar a su pequeño hijo deciden irse juntos a la cama pero antes de consumar la infidelidad Marta comienza sentirse mal y fallece en brazos de Victor. En medio de este desesperante momento Victor decide irse dejando al niño solo tras plantearse si quedarse y llamar a una ambulancia o al marido para dar aviso de lo sucedido. Llegue a este libro por recomendación de Sergio un vendedor español con el cual hicimos una amistad atraves de los libros ya que tiene un puesto de libros usados en mi feria favorita y por el descubrí a Chase, Tom Sharpe y otros autores que no he leído aún, con esta novela acertó nuevamente ya que me gusto mucho. Al principio pensé como hará Marías para seguir con la historia si lo más importante sucede en las primeras 40 o 50 páginas y faltan todavía unas 300 páginas más, sin dudas el autor logró atraparme y desarrollar la trama de manera tranquila pero brillante. Me pareció muy bueno como nos hace entrar en la cabeza de Victor y ver lo que piensa en cada momento hasta el punto de sobrepensar demasiado todo creando escenarios posibles (algo con lo que me sentí identificado). Gracias al amigo Sergio pude descubrir a esta autor que espero volver a leer pronto nuevamente ya que me obsequio otro libro de Marías.


Soy de aquellos lectores cuyo mayor disfrute está en apreciar el estilo que tiene un escritor al narrar una historia, más allá del interés que la historia en sí misma pueda tener. Obviamente, cuando ambas cosas se encuentran en un mismo libro, ese disfrute es mayor. Y debo confesar que el estilo de Javier Marias me gusta mucho. Encontramos en Marias un escritor con un uso del lenguaje excelente, detallista al máximo en este punto, y sobre todo, un escritor obsesivo con la idea que nos quiere plantear. Cierto es que esto a veces lo hace caer en la repetición innecesaria, lo que puede hacer que su lectura sea densa por momentos. Pero cuando uno llega al meollo de la historia, todo encaja perfectamente, y nos habremos quedado con un libro que vale la pena leer. Víctor, el protagonista de este libro, tiene una primera cita con Marta, una mujer casada que lo invita a su casa donde vive con su hijo de cuatro años y con su esposo, quien esa noche se encuentra en el exterior por viaje de negocios. Esta primera cita parece ser el preámbulo de una relación clandestina, pero esta no llega a concretarse porque Marta fallece luego de la cena, antes de cualquier concreción amorosa con Víctor, y mientras su hijo duerme en la otra habitación. Entonces Víctor comienza un dilema que lo llevará a actuar siempre en la clandestinidad porque no podemos salir a contar lo que nos pasó sin tener que llegar a explicar por qué estábamos en ese momento y lugar. Aquí el tema planteado es que todos ocultamos cosas. Y a veces ni siquiera hay maldad en esto. Ocultamos por olvido, o por vergüenza, o por piedad hacia el otro, o porque no consideramos relevante contar algo. Y hasta a veces estamos obligados a ocultar por el bien nuestro o del otro. A algunas personas le contamos algunas cosas, y a otras personas le contamos otras, quizá hasta diferentes, o si son las mismas quizá obviemos algunos detalles o agreguemos otros. Es difícil vivir así porque siempre debemos estar recordando lo que le contamos a cada uno para no traicionarnos a nosotros mismos. A cada uno de nosotros le toca su propia condena.


Esa noche me detuvo el semáforo como de costumbre, y miré a la puta desde el coche con la mezcla de curiosidad y fantasía y dominio y lástima con que las miramos los hombres que no vamos con ellas


"Nadie piensa nunca que pueda ir a encontrarse con una muerte entre los brazos y que ya no verá más su rostro cuyo nombre recuerda". Esta reflexión enmarca el hilo conductor de la novela, que nos habla de la muerte y de los vínculos que se establecen con los muertos. En esta novela la trama gira alrededor de la muerte imprevista, accidental de Marta Téllez, y no hay nada misterioso que envuelva su muerte. Ella sufre un malestar repentino que en pocos minutos acaba con su vida, justo cuando se disponía a tener una aventura amorosa con Víctor Francés Sanz, el narrador consternado, quien no pudo hacer nada por ayudarla. Nadie puede esperar que la muerte se presente en un momento como ese, convirtiendo la escena en algo absurdo se mire por donde se mire. Pero puede pasar, como tanta otras cosas que descartamos por la misma absurdidad. Nadie piensa nunca que nadie vaya a morir en el momento más inadecuado a pesar de que eso sucede todo el tiempo y creemos que nadie que no está previsto habrá de morir junto a nosotros. Con semejante comienzo los lectores quedarán atrapados y no podrán dejar de leer, porque la trama es adictiva. Lo que se nos presenta en el libro es una versión filtrada y elaborada de sucesos para los que sólo ha habido un testigo, un producto artificial que se debe menos a la calidad de lo vivido, que a la arbitrariedad y la omnipotencia del narrador. Cuando ella muere  su marido estaba de viaje en Londres por supuestos motivos de trabajo. Pero la realidad era otra, el se  encontraba acompañando a su amante, de nombre Eva, quien iba a abortar en una clínica. Ella morirá atropellada. Esa infidelidad no consumada se convierte así en una especie de encantamiento, con problemas bien reales e inmediatos:  qué hacer con el cadáver, avisar o no avisar, qué hacer con el niño, qué  diferencia hay entre la vida y la muerte. De esta manera se va dibujando más claramente el papel que desempeñará este amante frustrado: que tratará de investigar sobre la vida de la mujer que apenas conoció y relacionarla con su muerte, pero la curiosidad por descifrar los enigmas de semejante situación le hacen volver al lugar del «crimen», ya que nunca podría alejarse de las consecuencias de actuar de una forma poco ética tras la muerte de Marta.


"Nadie piensa nunca que pueda ir a encontrarse con una muerta entre los brazos y que ya no verá más su rostro cuyo nombre recuerda" La historia engancha desde el comienzo. Martha Téllez mujer casada y con un pequeño hijo de 2 años cita a una noche que pinta para el romance a Victor. Pero el plan de serle infiel a su marido se complica cuando ella muere entre los brazos de su casi amante, dejando a Victor en una horrible situación con ella muerta en la cama y el pequeño hijo dormido en el cuarto vecino. Vamos conociendo más sobre ella y su familia a medida que avanza la historia y crece la curiosidad de Victor por saber más sobre ella llegando a convertirse en obsesión. En ocasiones no podía hacer más que enojarme y pensar ¿por qué sigues?, ¿por qué no puedes dejarlo así y ya? Ha sido de los libros que he querido leer a cuenta gotas para no acabarlo, primer acercamiento con el autor y definitivamente no el último. "Mañana en la batalla piensa en mí, desespera y muere"


Reflexiones sobre la vida y la muerte. Sencillamente genial.


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